<
>

Un vuelco en la vida

Por DAN RAFAEL

(ESPN.com) -- Si hay alguien en el planeta que entiende por lo que está pasando el boxeador dominicano Leocadio Mañón, de la categoría de peso pluma junior, es el ex peso pesado Tommy Morrison.

Mañón se estaba preparando para pelear contra el pugilista mexicano Abner Mares, quien participó de los Juegos Olímpicos de 2004, el 9 de abril en El Paso, Texas, en la cartelera de paga-por-ver de la pelea de Marco Antonio Barrera, cuando su mundo se cayó a pedazos. Mañón dio positivo por VIH en un examen de sangre de rutina previo a la pelea. Fue sacado de la función horas antes de que el combate se llevara a cabo, suspendido indefinidamente y su carrera de boxeo probablemente haya terminado.

Morrison (46-3-1, 40 KO's) pasó por la misma situación casi 10 años atrás en el caso más controversial de VIH en la historia del boxeo.

"Sabía que mi mundo cambiaría, pero nunca imaginé cuanto. Fue devastador", dijo Morrison de 36 años de edad, a ESPN.com desde su casa en Sparta, Tennessee, donde vive con su mujer; Dawn, y su hijo de 20 meses; Tristin.

Morrison era un conocido y popular boxeador de peso completo, habiendo participado como actor de reparto junto a Sylvester Stallone en Rocky V y habiendo derrotado a George Foreman y a Razor Ruddock. A pesar de que Morrison estaba saliendo de una derrota por knockout técnico contra Lennox Lewis, había firmado un contrato por tres peleas por $38.5 millones con el promotor Don King. La tercera pelea iba a ser un encuentro con Mike Tyson.

Era un 10 de febrero de 1996, y Morrison se estaba alistando para su primer combate del nuevo contrato. Iba a enfrentarse a Arthur Weathers en una tarjeta de Showtime en el MGM Grand de Las Vegas, y estaba emocionado con su futuro.

"Acababa de firmar el contrato más importante de mi vida con Don King", dijo Morrison. "Tres peleas. Un par de peleas para entrar en calor y luego Tyson. Eso es lo que iba a suceder. Ese era el plan. Y luego se derrumbó".

No sucedió porque en el día de la pelea contra Weathers, Morrison se enteró que había dado positivo por VIH en el análisis de sangre al que se sometió previo a la pelea, examen requerido en el estado de Nevada.

"Es lo último que uno se imagina que pueda llegar a pasar", dijo Morrison.

Ese día había comenzado como cualquier otro día de pelea. Cenó temprano y salió a caminar un rato antes de irse a descansar para la velada.

"Regresé a mi habitación y la luz del contestador automático del teléfono estaba encendida", dijo. "Mi entrenador quería verme, para tener una reunión de equipo. Caminé hasta su habitación y mi equipo entero me miraba como si fuera hombre muerto. Pensé que mi oponente se había retirado de la pelea. Luego, el promotor Tony Holded se me acercó y dijo: 'No se me ocurre otra manera para decirte lo que te voy a decir. Tus análisis dieron HIV positivo. Te sacaremos de aquí en el próximo avión que parta de Las Vegas'. Todo lo que pensé fue '¿A donde estoy yendo?' Querían esconderme hasta que se les ocurriera qué decir".

"Estaba mareado. Era una bomba de tiempo. Sabía lo que estaba pasando pero no había nada que yo pudiera hacer para cambiarlo".

Morrison se había ido a las pocas horas, camino a Tulsa, Oklahoma. Recuerda vívidamente estar caminando para tomar una conexión de su vuelo y vio un grupo de gente amontonada enfrente a la televisión en el aeropuerto. Estaban viendo las noticias acerca de su situación.

"Fue tan extraño", dijo Morrison. "Nunca me sentí tan solo, como si cada amigo que tenía se hubiera vuelto en mi contra. Fueron momentos muy duros".

Morrison dijo que piensa que Mañón tendrá más facilidad para lidiar con el tema porque "las personas están mucho más educadas acerca del VIH estos días a pesar de que hayan un par de idiotas por ahí dando vueltas. Se dará cuenta quienes son sus verdaderos amigos".

Morrison peleó una vez más después del diagnóstico, derrotando por knockout en el primer round a Marcus Rhode en Japón, combate que fue realizado bajo reglas especiales. De sufrir un corte cualquier boxeador --una de las formas de transmisión del VIH es a través de la sangre-- la pelea se daría por terminada y el ganador se definiría tras las tarjetas.

A pesar de que Morrison está interesado en realizar un documental sobre su vida e intentando dar comienzo a una carrera como actor, dijo que le gustaría volver a boxear. Cree que es imposible que el virus del HIV sea transmitido en el ring.

"Aún no me he retirado", dijo Morrison, quien agregó que está considerando la posibilidad de volver a solicitar una licencia en Nevada, la cual debería levantar su suspensión para que pueda pelear en los Estados Unidos nuevamente. "Tuve que renunciar justo cuando las cosas estaban empezando a mejorar. Miro la división de peso pesado hoy y se me hace agua la boca. Dénme seis meses en el gimnasio y un par de peleas de preparación y me llevaré uno de esos títulos".

Irse al extranjero para resolver el tema de la suspensión no le interesa a Morrison después de la experiencia vivida.

"Siempre podría pelear en el extranjero, pero ¿quién quiere hacer eso? Tendría que valer mucho la pelea para gastar mi tiempo en eso", dijo.

En cuanto a Mañón, Morrison le deseó la mejor suerte del mundo en esta situación.

"El VIH cambió mi vida pero lo he aceptado. No pienso en ello a menos que alguien saque el tema. Y cambiará la vida del muchacho también", dijo Morrison. "Pero le diría que se relaje y siga con su trabajo. Quizás no tenga que dejar de pelear. El hecho de que le hayan dicho que todo se terminó no tiene porque detenerlo".