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Por la pelea de su vida

NUEVA YORK (Notimex) -- La "Bestia", Mike Tyson, regresará
a los cuadriláteros el próximo sábado para enfrentarse a Kevin
McBride, en el "MCI Arena" de Washington, encuentro que ya es
calificado como "La pelea de su vida".

A punto de cumplir los 39 años (30 de junio), tras una condena
de tres años de cárcel por violación, sufrir una desastrosa
bancarrota y dos divorcios, Tyson necesita más que nunca una victoria
para recobrar credibilidad como boxeador de peso pesado.

La expectación está al rojo vivo: más de 13 mil boletos vendidos
para el combate, con perspectivas de colgar el cartel de "no hay
billetes" y miles de personas que pagarán los casi 50 dólares por ver
la vuelta del mítico Tyson en pago por evento.

Más las aspiraciones de uno de los boxeadores más duros y
polémicos de la historia no se limitan al ring, Tyson le pide
desesperadamente una nueva oportunidad a la vida.

"Me hice viejo muy pronto y aprendí demasiado tarde", es la
frase a la que el boxeador recurre una y otra vez para describirse
tanto a él y a su turbulenta carrera, y la que acudió de nueva cuenta
en una entrevista con el New York Times.

"Quise humillar a la gente porque yo había sido humillado,"
afirmó el boxeador de Brooklyn, Nueva York. "Quise que otros
sintiesen el dolor que yo había sentido de niño", puntualizó.

Pero ahora, un Tyson maduro insiste en que no quiere ser
recordado ni por eso ni por sus numerosos errores: quiere convertirse
en un ejemplo para sus seis hijos.

Quienes le rodean y entrenan en un pueblo de Arizona dicen ver
en él una calma sin precedentes y gran motivación, que esperan sepa
aplicar en la pelea de este fin de semana, contra el desconocido
Kevin McBride.

Sus entrenadores, y seguro también sus fans, quieren ver pisar
el cuadrilátero al pegador de siempre, un Tyson que afirman está en
una decente forma física y que no ha perdido la capacidad de mover su
pesado cuerpo tatuado con gran definición.

El tan odiado como idolatrado Tyson recibirá cinco millones de
dólares por el encuentro; ganar le devolvería confianza y le abriría
la puerta del destino que sueña, aunque necesita aún pagar deudas que
le acechan.

Tyson perdió el calificativo de "invencible" cuando en 1990
James "Búster" Douglas le ganó en el décimo round y, aunque en 1996
se volvió a proclamar campeón del mundo al noquear a Frank Bruno en
el tercer asalto, un incidente a finales de 1996 le descalificó.

El púgil mordió la oreja de Evander Holyfield no sólo una vez
sino dos en el curso de una pelea y fue descalificado. Desde entonces
interminables problemas legales dentro y fuera del ring le dieron un
giro a su vida.

Aunque no vuelva a ser el dueño del ring y muy a pesar de sus
múltiples transgresiones, el magnetismo que desprende, y seguirá
desprendiendo, continúa fascinando a muchos. Difícilmente pasará
inadvertido.