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Una celebración muy esperada

CHICAGO (EFE).- Las calles de Chicago volvieron a ser el escenario de la celebración de un título de campeones de liga, pero esta vez no fue el de la NBA ni con los Bulls de Michael Jordan sino el de la Serie Mundial del béisbol profesional y con los Medias Blancas del manejador venezolano Ozzie Guillén.

Los Medias Blancas después de 88 años de espera consiguieron su tercer título del "Clásico de Otoño" al barrer 4-0 en la serie que disputaron contra los Astros de Houston.

Los jugadores, entrenadores y sus familiares encabezaron una caravana de vehículos que partió del estadio U.S.Cellular Field y atravesó varios barrios populares de la ciudad hasta que llegaron al centro de Chicago para que de esta manera todos los fanáticos pudieran vitorear a los nuevos campeones.

El triunfo de los Medias Blancas se dio un año después que los Medias Rojas de Boston también ganaron la Serie Mundial para romper una sequía de 86 años sin tener el título del "Clásico de Otoño".

Ahora en Chicago se espera que el equipo local de los Cachorros, que militan en la Liga Nacional y que no han ganado un título de la Serie Mundial desde la temporada de 1908 sean los próximo el conseguirlo.

El dueño de los Medias Blancas, Jerry Reinsdorf, que había vivido seis veces la celebración de un título de liga con los Bulls y Jordan, y que había dicho que los cambiaría por uno de la Serie Mundial, dijo que ahora ya estaba seguro que no era un sueño lo que había vivido en Houston sino toda una realidad.

"No hay palabras que puedan describir lo que siento al llegar a Chicago con el trofeo de campeones de la Serie Mundial", declaró Reinsdorf. "Al final todo el sacrificio y apoyo que hemos recibido de los fanáticos ha tenido su compensación".

Por su parte, Guillén, el primer manejador latinoamericano que consiguió ganar el título de la Serie Mundial, también dijo que el triunfo era para los fanáticos de los Medias Blancas y Reinsdorf, la persona que creyó en él como profesional.

"Me gran sueño era conseguir el título y especialmente por una persona como Jerry, que se todo lo que ha hecho al frente del equipo y como trata a todos los que pertenecemos a su organización", destacó Guillén. "Será un honor muy especial desfilar por las calles de Chicago con el trofeo y recibiendo el cariño de los fanáticos".