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Arsenal y un triunfo agónico que no festejó ante Everton: Manchester City ganó y se consagró campeón de la Premier

Arsenal sabía que sus esperanzas de coronarse en la Premier League no dependían solamente de lo que podía hacer frente a Everton. No le alcanzaba con una victoria, que le costó mucho construir y finalmente consiguió por 2-1 en el Emirates Stadium. Dependía de un milagro: que West Ham le quitara puntos a Manchester City en el Etihad. Y no sucedió: el conjunto de Mikel Arteta finalizó subcampeón.

La ilusión pareció desvanecerse muy rápido: cuando apenas habían transcurrido 3:30 minutos en Londres, en Manchester Phil Foden clavó un golazo con menos de 90 segundos disputados. La información llegó primero a los teléfonos celulares de los hinchas de los Gunners y luego al banco de suplentes y al césped. Los jugadores sintieron el golpe.

El equipo de Mikel Arteta no encontraba la claridad para llegar al arco de Everton. Controlaba la pelota, pero no generaba peligro. El segundo gol de Foden para Manchester City, antes de los 20 minutos, derrumbaba cualquier sueño para Arsenal.

La intrascendencia de los intentos de los Gunners se contrapuso con el inesperado gol de los Toffees: Idrissa Gueye ejecutó u tiro libre, Declan Rice la desvió con la cabeza en su intento de rechazo y la pelota se desvío para descolocar a David Raya. A los 40 minutos del primer tiempo el escenario era el peor posible para Arsenal: perdía 1-0 y el City ganaba 2-0 con comodidad.

El panorama se modificó en un instante esperanzador para Arsenal: Takehiro Tomiyasu definió una clásica jugada colectiva de los dirigidos por Arteta y anotó el empate en Emirates. Mientras los hinchas festejaban la conquista en Londres, Mohammed Kudus sacudió la modorra en Manchester con una chilena para el gol del descuento de West Ham. El título parecía posible para los Gunners.

Sin embargo, no hubo un instante de la tarde en el que los de Arteta pudieron meter presión. A los 14 minutos del segundo tiempo en Etihad, Rodri amplió la ventaja de los de Guardiola y volvió a voltear las ilusiones de los londinenses.

El gol de Kai Havertz sobre el final solo sirvió para que los de Arteta cumplieran con el objetivo de mínima: ganar su partido. Manchester City fue demasiado para West Ham y también para los Gunners, que no pudieron coronar la gran campaña realizada.

Arsenal, con pocas respuestas futbolísticas y una victoria inútil, extendió su racha a 20 años sin consagrarse campeón, desde su coronación en forma invicta en la temporada 2003/2004.