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Tiempo al tiempo

Loeb recibió una fuerte penalización Getty Images

CÓRDOBA -- Todo a su debido tiempo. La sentencia popular es norma en el rally. Que lo diga Sébastien Loeb, siete veces campeón mundial, ganador en 64 ocasiones, cinco de ellas en el Rally de la Argentina.

Sin linaje automovilístico, a tiempo le llegó la posibilidad de mostrar su talento sobre un auto de carrera, luego de que se destacara como gimnasta. A tiempo fue reclutado por Citroën, que lo formó hasta que se coronó campeón Junior en 2001, su graduación para el Mundial.

El francés se hizo luego dueño de su tiempo, un monopolio de siete años que abarcó las campañas de los modelos Xsara, C4 y amenaza extenderse ahora con el DS3.

Al cabo una carrera contra el reloj, el tiempo es el pulso del rally. Y Loeb lo perdió un momento en la primera etapa. Fue un instante, nada, una confusión por la que su equipo aún pelea. Por ahora, la paga con un minuto de recargo que hipoteca sus chances de ganar por sexta ocasión consecutiva en Córdoba.

Ocurrió en la entrada al parque de asistencia que partió el día, luego de las primeras pasadas por los tramos de Traslasierra. El retraso se pena con diez segundos de recargo por cada minuto de demora. La antelación, en cambio, paga impuesto más caro: un minuto por cada uno de anticipación.

Daniel Elena, el navegante monegasco que guió al francés en todas las conquistas, jura que entregó su tarjeta justo a tiempo en la mesa de control. Pero Seb ya había metido el DS3 entre las pancartas. Adujo que la señal no estaba colocada correctamente. Su acompañante culpó a la gente, que no dejaba ver la señalización.

Los testigos aseguran que la zona estaba despejada, y que sólo fue un error de coordinación. En 2003 le ocurrió lo mismo al español Marc Martí, navegante de Carlos Sainz, también integrante del equipo Citroën. El catalán entregó antes la tarjeta en La Cumbre y el madrileño perdió una victoria que parecía a la mano. Vaya paradoja: aquella fue la última ocasión en la que Citroën no venció en la Argentina.

Una veintena de pilotos recibió un tiempo de referencia al final del día. Fue luego de que la organización parara el tramo final por un fallido pedido de asistencia. El polaco Michal Kosciuszko se detuvo por un inconveniente mecánico a seis kilómetros de la largada de la segunda pasada por El Cóndor-Cuesta Blanca, pero se activó la alarma de emergencia.

El dispositivo, según lo estipulado, mandó una señal al control de tiempos con el reclamo de asistencia sanitaria inmediata. Entonces comenzó el operativo de rescate y se anuló el tránsito de quienes largaban detrás. De acuerdo con el reglamento, a esos pilotos se les designó un tiempo de referencia. Al final, se comprobó el fallido. Ni Kosciuszko ni su acompañante Maciek Szczepaniak sufrieron inconvenientes. El herido fue su auto, con una rueda maltrecha debido a la dureza del camino.

La segunda etapa, en los rápidos caminos del Valle de Calamuchita, será otro desafío contra el reloj. Y dejará más historias. Todo a su debido tiempo.