<
>

Mecánica ligera

Villagra recibe el sobrante de equipos oficiales Getty Images

CÓRDOBA -- La cinta adhesiva no fue suficiente. Jari-Matti Latvala y su navegante, Miikka Anttila, no lograron reparar el tensor. Largaron igual, con retraso, penalizados, en el penúltimo especial del día, la segunda pasada por Amboy-Santa Mónica, en los veloces caminos del Valle de Calamuchita. Pero el parche no resistió y los finlandeses abandonaron en el Rally de la Argentina. El equipo oficial Ford promete que se engancharán para la última etapa, pero ya sin opciones de pelear por el triunfo en la sexta fecha del Mundial.

Las reparaciones fuera del área de asistencia sólo pueden ser efectuadas por la tripulación del auto. Así es la esencia del rally. Por eso, piloto y navegante deben tener cierto conocimiento de mecánica y funcionamiento del coche. Como ayuda, los teléfonos celulares para recibir instrucciones desde la base. Esta vez no alcanzó.

Desde su diseño y construcción, los coches del Mundial están armados para que las refacciones resulten rápidas. El lapso disponible para arreglos en la asistencia es de 25 ó 40 minutos, según sea en la mitad de la etapa o al final del día. Los mecánicos son capaces de reconstruir el auto en ese tiempo. Cambiar las cuatro ruedas no demanda más de un minuto. Y eso que las llantas no tienen sólo una tuerca central, como las de Fórmula 1, sino cinco tuercas. El tiempo mayor puede consumirlo el reemplazo de la caja de cambios: 20 minutos.

Mientras el reloj montado en una esquina de la carpa cuenta en forma regresiva el tiempo disponible en la asistencia, los mecánicos sustituyen un palier en ocho minutos, cambian las pastillas de freno en sólo tres minutos, un disco en siete y el puente trasero en 17. Los equipos oficiales reconstruyen las máquinas en poco más de media hora. Cada minuto de exceso se pena con diez segundos de recargo al piloto.

Ford y Citroën, las escuadras con apoyo de fábrica, ponen nuevos discos de frenos después de 80 kilómetros de pruebas especiales. En cambio, los pilotos privados como el argentino Federico Villagra suelen recibir el material que descartan los oficiales. ¨Los discos de frenos que les sacan a los Fiesta de (Mikko) Hirvonen o Latvala se los ponen a mi auto. Pero es así cuando hay tanta diferencia de presupuesto", aclara el cordobés que cuatro años atrás fue convocado por Jorge Pérez Companc para que condujera el Ford en el cual el empresario corre como navegante.

Pérez Companc, heredero de una de las mayores fortunas de la Argentina, trabaja como un navegante más del Mundial. Cambia las gomas cuando hace falta rotarlas entre los tramos, está atento a señales y procedimientos como el que más, y pendiente de los tiempos y del piloto. Listo incluso para la mecánica ligera, esa que a veces marca la diferencia entre la victoria y la derrota.