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La guía Michelin

Si el Omnilife no es un estadio de primer mundo, seguro que ningún otro en México podría serlo Getty

GUADALAJARA -- Recientemente escuchaba a Enrique Olvera, chef del Pujol explicar que para estar entre los 50 mejores restaurantes del mundo no basta con tener la mejor cocina, ni los mejores sabores, se requiere que todo funcione perfecto.

Así que sonaba interesante saber que es el todo de un restaurante para poder estar considerado entre los mejores, y México lo ha logrado con dos representantes, el Biko y el Pujol, lugares increíbles por su gastronomía, por su cocina Vasca y mexicana, respectivamente, pero con toques evolutivos y con atención a todos los detalles, empezando por el baño.

Y sí lo sé, a que viene hablar de los baños en un blog panamericano, pues no mucho, de no ser por la grata experiencia de conocer el estadio Omnilife que por mi cuenta podría ponerlo en la guía Michelin por tener unos baños que envidiaría cualquier estadio mundialista, al menos los de Sudáfrica y en ellos incluyo hasta el Soccer City.

Independientemente de la increíble ceremonia de inauguración y todo lo que vio el mundo, hay mucho que no se ve en este escenario surgido de los sueños de Jorge Vergara, quien un día imaginó un escenario digno para sus Chivas y compró los terrenos para construirlo en una zona que la gente de Guadalajara ha criticado.

Para los aficionados de Chivas, el llevarse el Rebaño a una zona lejos de la zona centro era casi una afrenta. La gente dejó de ir al estadio diciendo que era complicado llegar, que es imposible estacionarse, que pierden mucho tiempo. La verdad, al menos desde mi punto de vista, el Omnilife está más cerca que muchos en otras ciudades, tiene accesos que aunque no son grandes vías rápidas sí cumplen y los estacionamientos parecen suficientes. Bueno, todo eso es lo que parece, quizá tendría que regresar un día que juegue Chivas para ver si pienso lo mismo.

Pero es un hecho que al salir por la noche tarde menos de 15 minutos en llegar a mi hotel en la zona centro, y eso que como es habitual, mi GPS jalisciense me llevó por lugares equivocados.

Como dije, ver el Omnilife "por encima" no te convierte en un experto, pero en lo que sí puedo considerarme conocedor es en haber pasado por los baños de muchos estadios y aquí la sorpresa fue mayúscula al encontrar pantallas de plasma sobre los lavabos que como dijo mi compañero Lalo: "Parecen baños de table de lujo".

La verdad, confiaré en Lalo y diré que después de la inauguración fue muy agradable pasar al baño y no salir con los zapatos escurriendo como pasaba en Sudáfrica después de los partidos y todo estaba inundado.