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¿Y dónde quedó la estafeta?

Dayron Robles impuso sus condiciones de campeón mundial y ganó fácilmente Getty

GUADALAJARA -- Hay contrastes que desnudan y dejan al descubierto errores y falta de preparación. Y lo ocurrido el viernes en la pista del estadio de atletismo colocó a Cuba en lo más alto del deporte contintental, y colocó a México como un equipo semi amateur, incapaz de terminar una prueba de relevos.

Eran las 15:45 horas locales cuando salió a la pista uno de los mayores atractivos del atletismo panamericano, el cubano Dayron Robles, campeón mundial de los 110 con vallas.

Su figura impone por la seguridad con la que enfrenta la prueba en la cual posee el récord mundial con 12.87 segundos conseguido desde 2008 en Ostrava, República Checa.

Robles sabía que esta tarde no tendría rivales capaces de pelearle el oro y sin mostrarse sobrado salió a la pista para atacar una a una las vallas pensando en llegar lo antes posible a la meta y así lo hizo, con 13.10 segundos, que le dieron un nuevo récord panamericano, superando el 13.17 que pertenecía a su compatriota Anier García conseguido en Río 2007.

Lejos, a 17 centésimas llegó el colombiano Paulo César Villar con 13.27, y se quedó con una presea de plata que, cuando está presente el campeón mundial, podría considerarse el máximo premio en disputa.

Porque Robles llegó, vio, corrió y ganó. Pero lo hizo tan seguro que ni siquiera se cerró toda la cremallera del uniforme. Su calidad no necesitaba de la aerodinámica.

Como tampoco los asistentes necesitaban ver la repetición en la pantalla para confirmar quien ganó.

Pero la tarde mostraría los contrastes, justo en el primer relevo femenil, en el 4x100 en donde México arrancaba desde el carril uno y los aficionados se dejaban soñar con un podio.

Sin embargo el anhelo de medalla se desvanecía 11 segundos después de escuchar el disparo de salida, cuando Gabriela Santos intentaba entregar la estafeta a Jessica Sánchez y perdían la posta y cualquier posibilidad de obtener ya no una medalla, pero sí un resultado decoroso.

Más tarde el atletismo mexicano tendría otra oportunidad de sacarse la espina, en el 4x400 femenil, que a diferencia del 4x100 esta vez ganaría Cuba y no Brasil.

Y nuevamente México perdió la estafeta, sólo que esta vez sí hubo tiempo de regresarse a buscarla y retomar el camino. A fin de la ruta México terminó en la quinta posición con 3:40.07, lejos del 3:28.09 de las cubanas, pero lo más triste es que de no ser por los segundos que se perdieron, seguramente habrían podido meterse en la pelea.

Así que mientras los campeones confirmaron su calidad en el cierre del atletismo de pista, México dejó huella por la falta de preparación, porque la entrega de estafetas es algo de lo más difícil del atletismo y muchos grandes la han perdido, pero siempre habrá más culpa de la técnica que de los nervios al momento de la actuación.