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Asunto de negocios para Kevin McHale

El partido del lunes frente a los Minnesota Timberwolves es un asunto estrictamente deportivo para Kevin McHale.

Los Houston Rockets, el equipo que dirige, andan en una buena racha y Minnesota es el nuevo impedimento en su empeño por alargarla. No hay nada más que tenga que considerar.

Es decir, muy poco importa para él que es su regreso a Minnesota, donde nació, se crió y se desarrolló como jugador, y en donde fue ejecutivo de los Timberwolves hasta que cortó vínculos con esa franquicia en 2009.

"Eso (regresar a Minnesota) es la última cosa en el mundo en la que estoy pensando", dijo McHale, citado por el Houston Chronicle. "Llevo tres años fuera de allí. Sólo queda un jugador del equipo de cuando yo estaba allí".

"Tengo muy pocos vínculos con ese equipo. Estuve dos años en TNT y NBA TV, estoy ahora en Houston y eso (el tiempo con los Timberwolves) pasó hace mucho tiempo".

McHale fue la estrella de la Universidad de Minnesota antes de iniciar una carrera de leyenda con los Boston Celtics que lo llevó al Salón de la Fama. Con el regreso del baloncesto de la NBA a Minnesota, fue contratado como vicepresidente de operaciones de la nueva franquicia y allí debutó como entrenador. Durante su estancia en la oficina fue el responsable de seleccionar a Kevin Garnett para los Timberwolves, y también de enviarlo a Boston una vez convertido en estrella.

En Houston, McHale no tuvo un buen comienzo. Los Rockets (9-7) abrieron la campaña con derrotas en siete de sus primeros diez partidos, antes de que la cadena de seis victorias enderezara la nave. El sábado, aprovecharon la ausencia de Tim Duncan para vencer a los San Antonio Spurs, con lo que mejoraron a 7-1 en su terreno.

De momento, todo le sale bien a McHale. A pocas horas del inicio de la campaña, recomendó la firma de Samuel Dalembert, quien se ha convertido en uno de los centros más productivos de la liga. El sábado, lo demostró con seis tapones frente a los Spurs.