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Sonríe un anfitrión

GDANSK -- Antes de hablar de la cuarta fecha de esta Eurocopa, la que cerró el primer turno de los seis previstos en toda la competición, vale la pena dedicarle algunas líneas al desafío entre Croacia e Irlanda, del que no pudimos hablar anteriormente para darle prioridad a la información del enfrentamiento entre Italia y España.

Tenemos que admitir que el seleccionado eslavo nos sorprendió en positivo, porque le ganó bien a un equipo, el de Trapattoni, que no jugó para nada mal y que, en efecto, más allá de la superioridad de su rival tuvo también una cierta dosis de mala suerte.

Modric realmente la rompió en ese desafío y gran parte del mérito, en eso, fue también del entrenador Slaven Bilic, quien decidió pararlo mucho más abajo de la zona en la que suele jugar: desde ahí, el jugador de Totenham marcó diferencia, tomando las riendas del juego para dirigir la que fue una verdadera orquestra sinfónica de fútbol.

Los dos cuadros le harán partido a Italia y España, especialmente, queda claro, Croacia. Esto hace el Grupo C mucho más complicado de lo que se podía prever al inicio y, ahora, el riesgo para los dos grandes equipos mediterráneos es el de quedarse afuera y protagonizar así un verdadero papelón.

Respecto a la zona D, se empezó en Khrakiv con el enfrentamiento entre Francia e Inglaterra, que acabó igualado por 1 a 1 con goles de Lescott y Nasri. El resultado no fue justo, porque los "galos" fueron más y merecían vencer el desafío.

El seleccionado británico, en particular, se vio bastante perdido y confundido, sin una idea de juego y con poca cohesión. Verlos así a los leones nos da de que pensar y, quizás, no eran tan equivocadas las voces que en Italia veían en el tema de Therry la excusa de Capello para irse, para no tener que poner la cara en una EURO que el entrenador italiano ya preveía infeliz para los ingleses.

En general, no fue un gran partido y se pasó de una fase en la el juego estuvo muy cerrado, a una en la que los equipos perdieron un poco la brújula y jugaron en 70 metros, algo bastante atípico para dos conjuntos tan tácticos como Inglaterra y Francia.

En favor de los Blues estuvo la evidente diferencia técnica: Riberí, Nasrí, Benzemá y todos los demás hombres de Blanc tienen material para darle clases a los muchachos de Hodgson en ese sentido y, en efecto, la movieron muy bien y por momentos hasta mostraron cosas preciosas.

Al final, sin embargo, les faltó precisión y eficacia a la hora de mandarla a guardar; mérito también de una defensa inglesa que no estuvo particularmente ordenada pero que jugó con garra y corazón: a dejarlo realmente todo sobre el césped.

El desafío de la noche fue el que se disputó en Kiev entre el segundo anfitrión Ucrania y Suecia. Fue un match agradable en el que, durante los primeros 45 minutos, ambos sumaron buenas ocasiones de gol.

Tanto Ucrania cuanto Suecia mostraron una buena habilidad en la circulación del balón. Los dos equipos azul y oro jugaron con mucha verticalidad, pero los locales casi siempre por el piso, subiendo con la ayuda de los delanteros, mientras que los nórdicos utilizaron a menudo el recurso del cambio de juego o del balón alto.

Se vieron muy activos Shevchenko e Ibrahimovic (ambos ídolos máximos de la hinchada de Milan, en Italia), pero los dos tuvieron momentos positivos, especialmente a la hora de asistir a sus compañeros, pero también negativos cuando desperdiciaron excelentes chances para abrir el marcador.

En el complemento, Zlatan empezó mejor, se acercó al arco y en siete minutos anotó el 1 a o, con una desviación a quemarropa. Parecía el inicio de la caída ucraniana, en cambio fue todo lo contrario. Suecia, por su parte, se equivocó en quedarse demasiado atrás y dejó de mostrarse con peligro, paradójicamente, por culpa de la defensa, que no subía más para acompañar las jugadas de ataque.

Ucrania, por su parte, sin más nada que perder salió con todo y gracias a esa errada actitud rival encontró espacio para las corridas de sus jugadores. Así, al décimo de la segunda etapa, tres minutos después de la ventaja externa, Voronin se metió muy bien con pelota dominada en la media cancha rival, abrió para la derecha y desde ahí llegó el centro para Shevchenko.

El capitán local, entre cinco rivales, aprovechó de la dormida general y anticipó muy bien a su directo marcador, para poner un cabezazo hermoso prácticamente es zambullida y mandarla a guardar a las espaldas de Isaksson.

En apenas siete minutos más, otro cabezazo de Shevchenko, esta vez en jugada de tiro de esquina (en la ocasión falló Lustig, quien debía cubrir el primer palo, pero el toque del ucraniano fue realmente fino y muy preciso, desde posición angulada y difícil de prever), dio vuelta el resultado y cargó toda la hinchada local, que empezó a bailar y a cantar con todo.

Suecia tuvo sus buenas ocasione para igualar el marcador, con todo y que Ibrahimovic regresó a jugar demasiado lejos del arco y así disminuyó de un buen 80% el potencial ofensivo de su equipo. De todas maneras, el mismo Zlatan rozó el 2 a 2 con un sablazo demasiado central y, luego, le sirvió una asistencia perfecta a Elmander, quien falló un gol prácticamente hecho.

Al final fue Shevchenko el que se quedó con la corona de mejor de la cancha y su equipo, así, se llevó los tres puntos, que le permiten ponerse en primera posición y mirar con confianza a los próximos dos enfrentamientos, con buenas posibilidades de pasar el turno.

Los dos cuadros aún pueden peleársela, pero claramente después de este partido Ucrania puede especular con los empates en las próximas citas y está muy cerca de los cuartos de final, mientras que Suecia se verá obligada a ganarle tanto a Inglaterra cuanto a Francia: una misión realmente complicada, si bien no imposible.