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Bienvenidos, atletas

Atletas y artistas se mezclan en la villa olímpica ESPNdeportes.com

LONDRES -- Cada día se repite en la Villa Olímpica un ritual particuar. Se trata de una ceremonia de bienvenida e izado de bandera de los diferentes países que participarán en la competencia. Está exclusivamente dedicado a los atletas y es parte de una organización que quiere hacer sentir bienvenidos a los países de todo el mundo.

En rigor, el acto de media hora tiene más visos de espectáculo circense de los que cabría esperar del protocólo británico. Hay malabaristas, equilibristas y actores que demuestran sus propias habilidades atléticas en un show que incluye saltos, volteretas, efusivas alocuciones teatrales y algún discurso oficialmente aburrido de los funcionarios de turno.

También ofrece música, mucha música que se canta en vivo. Todas las canciones que van acompañando las alocuciones son de la misma banda británica: Queen. Suena We are the Champions, suena Bycicle Race, suena Fat Bottomed Girls. Las entona un solista con un micrófono o un entusiasmado coro que acompaña a capella.

Lo más increíble es que, como hay demasiados países por recibir, esta ceremonia se repite más o menos a cada hora. Y ni siquiera es dedicada exclusivamente a cada delegación: se realiza para homenajear a cinco equipos de manera consecutiva. Así que, de pronto, se iza la bandera de Chile, de Croacia, de China, de Suecia y de Omán... en la misma ceremonia. Se entonan los himnos de cada país –y del Comité Olímpico Internacional, claro- y se les da a todos un caluroso "Welcome-Bienvenue", en inglés y francés (sí, solamente en inglés y francés, nadie sabe por qué francés).

Las delegaciones no asisten de manera íntegra al acto. Por lo general se eligen unos diez deportistas que van acompañados por dirigentes del Comité Olímpico Nacional. Los atletas la pasan genuinamente bien. Se divierten, se ríen, sacan fotos. Los actores intentan que sea una experiencia inclusiva para ellos. A veces lo logran.

Cuando termina el show, los participantes –todos, artistas y espectadores- se dirigen a la puerta de la Villa Olímpica y entran juntos, mientras los saltimbanquis siguen dibujando su show en triciclos dorados decorados con alas, mamelucos coloridos y alguna cámara que intenta robarse una entrevista con la estrella de turno.

Es un toque especial para unos Juegos que sin entrar todavía en acción andan necesitando frescura.