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Marvin Miller: el hombre que cambió el beisbol

Miller dirigió la Asociación de Peloteros por 16 años, y fue responsable de grandes cambios. AP Photo/Howard

Es posible que muchas de las multimillonarias estrellas que hoy brillan en las Grandes Ligas no tengan ni idea de quién fue Marvin Miller.

Mucho menos creerán que en gran medida le deben a este hombre, que acaba de fallecer a los 95 años de edad, los salarios de siete u ocho cifras que cobran cada temporada.

Pero cuando se reescriba la historia del béisbol, habrá que dividir el tiempo en dos épocas, el antes y el después de Marvin Miller.

Entre 1966 y 1982, Miller encabezó la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas y fue en ese período en que los jugadores comenzaron a disfrutar de derechos y garantías laborales como nunca antes.

Seamos honestos. Durante las primeras seis décadas del siglo XX, las estrellas de las Grandes Ligas eran prácticamente esclavos propiedad de los dueños de los equipos, que les pagaban sueldos, en la mayoría de los casos, muy por debajo de su valor real.

Observen estos ejemplos: Stan Musial, uno de los integrantes del equipo del siglo que se dio a conocer en 1999, apenas ganó 100 mil dólares en dos campañas de las 22 que jugó en las Mayores. Su salario promedio a lo largo de toda su carrera ni siquiera llegó a los 60 mil anuales.

Ted Williams, para muchos el mejor bateador que haya existido jamás, tuvo un tope de 125 mil dólares en dos ocasiones, mientras que Yogi Berra, uno de los puntales de los poderosos Yankees de los 50, llegó a 58 mil como límite de su ilustre carrera.

Por supuesto que eran cifras que lucían bastante notables para la época, pero las mayores tajadas jamás eran para los jugadores, quienes estaban atados a sus equipos hasta tanto el dueño decidiera desecharlos o cambiarlos.

Bajo el mandato de Miller en el sindicato de peloteros, nació una figura jurídica que en su momento resultó un escándalo y hasta el día de hoy genera gran polémica, aunque ya sea vista como lo más normal del mundo: el agente libre.

El béisbol, visto como un negocio, cambió para siempre en esos 16 años que este hombre dirigió la Asociación de Jugadores.

En 1968 negoció el primer acuerdo laboral colectivo que estableció un salario mínimo de seis mil dólares, el cual se incrementó casi seis veces hasta llegar a 33 mil en 1982.

Pero aún hay más del legado de Miller. En 1970 se produjo la primera intervención arbitral para dirimir un conflicto salarial, paso previo al establecimiento en 1975 de la agencia libre.

Se creó un monstruo de muchas cabezas que para muchos terminó por reivindicar a los actores del principal pasatiempo de los Estados Unidos y para otros constituyó el principio del fin del gran espectáculo que era el béisbol.

Cada parte tiene su poco de razón. Miller le tendió un lazo a los dueños explotadores y ellos mismos terminaron poniéndoselo al cuello, pues nadie le ha puesto una pistola en la cabeza a los propietarios para que otorguen esos contratos estratosféricos.

Un mensaje a los peloteros actuales: cuando cobren su próximo cheque, mírenlo bien y dediquen un minuto a agradecer a este hombre, que desde dondequiera que esté, les estará haciendo un cómplice guiño de ojo.