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Una fecha que confirma la tendencia

BUENOS AIRES -- La fecha 20 del Calcio, la primera de la segunda rueda, fue una clásica fecha interlocutoria, por lo menos en lo que tiene que ver con la lucha por el título. En efecto, los dos primeros, Juventus y Roma, ganaron sus respectivos compromisos con cierta comodidad y le sacaron un poco más de diferencia al tercero Nápoli, que empató como visitante de Bologna.

Con cierta comodidad: era bastante fácil imaginar, por el valor absoluto de los rivales, que Juventus tenía un obstáculo algo más complicado y, de hecho, era de la derrota 4-2 con Fiorentina que la Madama no sufría más de un gol en un mismo partido, algo que por otra parte sólo ocurrió 3 veces en este torneo (la otra fue el triunfo de 3-2 ante Milan).

Es que Sampdoria, desde la llegada de Sinisa Mihajlovic, ha mejorado muchísimo y se ha alejado notoriamente de la zona descenso. Así y todo, con un Vidal incontenible, un Pogbá discontinuo pero genial y un nuevo cabezazo certero de Llorente, Juventus ganó claramente el duelo, más allá de un tarde bastante opaca de otros protagonistas, en especial los defensores.

Más simple fue lo de Roma, en primer lugar porque Livorno es mucho más débil que los dorianos, y además porque Rudy García ha encontrado en Destro un importante alternativa a Totti: no es un caso que el joven delantero, luego de una larga lesión, ya haya anotado 4 goles en campeonato. En este caso, hizo el más importante, el primero, y además fue fundamental en el segundo del 3 a 0 final.

Lo de Nápoli también era fácil de imaginar, puesto que el historial en Bologna le es sumamente desfavorable. Además, Ballardini parece haber arrancado muy bien su trabajo y fue fundamental la confianza puesta en Bianchi, quien repagó con un lindo doblete.

Por otra parte, me parece claro que Nápoli, que sigue gastando dinero en el mercado, no tiene claras las prioridades, porque la llegada de Jorginho de Hellas Vérona es sin dudas importante, pero mucho más lo sería traer un defensor de nivel internacional, porque 22 goles encajados en 20 partidos son demasiados como para poder soñar con algo más que el podio.

Archivada la lucha de arriba, la fecha nos regaló varios motivos para la reflexión y el análisis. Porque el fútbol no es una ciencia exacta sino un maravilloso arte que tiene, entre sus componentes más importantes, también los aspectos psicológicos y mentales.

Tomemos por ejemplo el caso de Alessandro Matri: Milan lo compró en el verano, por las lesiones de Pazzini, Robinho y El Shaarawy, pero él nunca se sintió central en el proyecto y apenas anotó un gol en 15 presencias. Ahora Fiorentina lo quiso, por las lesiones de Gomes (cada vez más misteriosa la situación del alemán) y de Pepito Rossi, y el delantero respondió con doblete y asistencia en el primer partido.

Claro, hay que decir que el esquema de Fiorentina, que abre la cancha como nadie en Italia, es ideal para él y, de hecho, todos los que han jugado de punta en el equipo violeta han anotado con continuidad. Algunos milanistas, despechados, hablaron de suerte, pero el tiempo demostrará que no se trata de eso sino simplemente de un equipo mucho mejor armado que otro.

Lo de Inter es sumamente sorprendente, puesto que había comenzado muy bien pero se fue cayendo en una crisis que parece más de "melancolía" que realmente técnica o táctica. Walter Mazzarri tiene una enorme personalidad, pero evientemente no logra transmitirla a sus dirigidos, puesto que el problema, muy manifiesto en la temporada anterior, cuando todos culpaban de eso la inexperiencia de Stramaccioni, ahora vuelve a presentarse de una manera demasiado similar como para que pueda ser una simple casualidad.

El viejo cuento de la "frazada corta" está cada vez más actual: cuando Inter trata de ganar, aumentando el peso ofensivo, termina perdiendo (ver Lazio y Genoa), pero cuando no arriesga debe conformarse con un tibio empate, como ante Chievo o Parma. Inter no juega mal, pero suma mucho menos de lo que produce, síntoma claro de falta de personalidad.

Por encima, a la hora de escribir esta nota se hablaba de un canje de mercado con Juventus, Guarín por Vucinic: una operación tan absurda que no se merece ningún comentario, pero que demuestra a la clara la incompetencia del nuevo presidente Tohir y, sobre todo, de los dirigentes heredados de la administración anterior, como el inefable Branca. Mazzarri, pobre, ya parece resignado a una temporada intrascendente.

Capítulo Milan, con los reflectores apuntados sobre Clarence Seedorf. Quien hizo la "gran Leonardo" (¿se acuerdan el 4-2-fantasía?), poniendo un 4-2-3-1 con los mismos hombres que antes, sólo Honda en lugar de un volante, arriba junto a Robinho, Kaká y Balotelli. Milan ganó, por un penal claro pero inútil e ingenuo en el final de un partido que era el más clásico de los 0-0.

Quizás pueda mejorar en el futuro, porque Seedorf es un muchacho inteligente y porque a veces, cuando se tiene el coraje de arriesgar, se logra sorprender a los rivales. Pero con esa defensa y sin volantes especialistas en el trabajo de "doble cinco", el techo está muy cerca. Para un verdadero "ciclo" del holandés, hará falta que Berlusconi vuelva a poner mano a la billetera. Con suerte, ocurrirá después del Mundial: mientras tanto, Clarence deberá demostrar que es él el "valor adjunto": le deseamos mucha suerte.

Cierre con el descenso. Catania cambió sin hacerlo, en el sentido de que volvió Maran: ahora tiene una mínima chance de salvarse, máxime porque el umbral de la permanencia queda a tan sólo 4 puntos. Pero deberá apurarse, porque Bologna y Chievo parecen tener otro paso, mientras que Livorno y Sassuolo otra vez perdieron el rumbo, a pesar del cambio de entrenador de los granates toscanos.

Pero todo está muy fluido y hasta Udinese deberá cuidarse: perdió tres partidos seguidos, algo que no le ocurría desde 2010, y el "torneo más difícil del mundo" no perdona ninguna flexión, aún si el protagonista es un plantel con el potencial técnico de los friulanos.