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Se acabó la confianza con Miguel Herrera

MÉXICO -- Es curioso, pero real. Por años he escuchado de entrenadores y jugadores que hay códigos de vestidor que no pueden revelarse, bajo ninguna circunstancia, a la opinión pública. Todo muy similar al de "lo que pasó en la cancha se queda en la cancha", porque son situaciones que únicamente, los que lo viven o sufren, lo guardan para siempre en toda su carrera futbolística y muy difícilmente lo revelan, quizá hasta con el paso de los años y cuando esta anécdota quede como eso. Nada más.

Siempre he alabado la franqueza y la forma con la que se maneja Miguel Herrera con la prensa. Respetuoso, sencillo, humilde. Siempre presto a colaborar hasta en las peticiones más atípicas que buscamos por hacer algo diferente en el medio. Sin embargo, lo que reveló el Piojo en Foro TV sobrepasó cualquier situación anecdótica, porque sin querer dejó al descubierto un hecho que no sólo trasciende por el enfado de Jesús Corona, sino porque también desnuda que al interior de la selección existe, quiera o no, un dejo de desconfianza sobre los llamados a la Selección Nacional.

Confesar sin tapujos que Chuy se 'molestó' por haber sido borrado de la titularidad para dejar a Guillermo Ochoa en la misma en la recién concluida Copa del Mundo, no pasa de ser una simple anécdota, porque inmiscuyó a un guardameta que, me consta, aguantó a pie firma la decisión final, no obstante que desde tiempo atrás Miguel lo consideraba como un hombre importante en el equipo mexicano. Eso sí, nunca le ofreció la titularidad, pero sí la confianza para poder ser el número uno.

Herrera sobrepasó los límites de lo que debe y no debe decirse en la prensa. Sacar a la luz que el propio Corona preguntó, sobre si recibió una llamada, deja entrever que en anteriores procesos probablemente las hubo, porque si no fuera de esa manera ¿de dónde sacó esa idea el portero del Cruz Azul? Estoy seguro que Miguel habló con los tres porteros en forma franca, pero llevó hasta las últimas instancias una situación que debió definir desde un principio. Corona siempre estuvo callado y respetó a decisión, pero esta inconsciencia del 'Piojo' no fue de su agrado, porque él tenía más posibilidades de escupir y no lo hizo, por respeto a sus compañeros y entrenador.

Según el libro de 'mexicanismos' ser 'Ajonjolí de todos los moles' es una persona protagonista que quiere estar inmiscuida en todos los asuntos laborales. Dicha costumbre nacional de decirle a las personas surgió en la cocina colonial poblana, donde el ajonjolí se usaba en las recetas de todo tipo de alimentos, ya fueran dulces, salados o en el pan. Pues bien, Miguel ha resultado ser ese 'ajonjolí', pues lo mismo lo ves en todos los programas deportivos, o incluso, en los que no tiene nada que ver con el tema futbolístico.

El Piojo sabrá lo que hace en su tiempo libre. Sin embargo, en medio de tantas declaraciones a tantos medios de comunicación, inmiscuyó a terceros y reveló 'códigos de vestidor', lo cual tendrá repercusiones a futuro, ya que sus propios dirigidos no tendrán la confianza de hablar con él, preocupados por no ser 'balconeados' en el primer programa donde se presente. No se trata de ser buena 'onda', se debe ser más razonable y entender que en su posición debe medir sus palabras y apariciones en los foros donde participa.

La personalidad de Miguel cae como anillo al dedo a los medios porque aprovechan el "click" que tiene con la gente, lo cual cada vez lo hace más popular, sin embargo, aquí si extraño la figura de José Manuel Chepo de la Torre (el otro lado de la moneda), que no se prestaba aparecer en todos lados y era respetuoso con su entorno y más con la gente a quienes dirigió. Formas de ver las cosas. En México gusta el estilo del Piojo y se odia el del Chepo por "manchado".

Lo que parecía que terminaba en una cancha del Complejo 'O Rei Pelé' fue nuevamente removido desde sus escombros por Miguel. Es justificable la molestia de Jesús Corona, así como también poner en duda su continuidad en el equipo Tricolor. Sabe que de ahora en adelante, habrá un distanciamiento con el Piojo pues no volverá a cometer el "error" de hablar de frente y luego salgan sus reacciones a la luz pública. Se acabó la confianza. Lo mejor para Chuy es que medite el siguiente paso, si no quiere vivir relegado nuevamente de la Selección Nacional, como ya lo vivió por otras circunstancias.

Me extraña que Héctor González Iñarritu, quien regularmente toma los asientos de conferencia destinados a reporteros para asentir las declaraciones del Piojo, no haya dicho nada. Bueno, se le ven algunos gestos. ¿Le habrás dicho algo al final sobre el tema, Héctor? ¿Qué estarás pensando tú que eres el filtro de absolutamente todo?