<
>

Del América perfecto, al imperfecto Cruz Azul

LOS ÁNGELES -- América roza la perfección. Cruz Azul goza de una imperfección casi perfecta.

Las Águilas: cinco victorias de cinco posibles. Matemáticamente impecable, futbolísticamente con deudas.

Cruz Azul: cinco puntos de 15 posibles. Se hunde. Lo hunde el lastre de sus contrataciones y de la mano timorata y pusilánime de sus dirigentes, quienes no se atreven a consumar la transición.

América está a tres victorias de la Clasificación. Con la gestión mediocre de tantos empates en el torneo, seguro con 24 puntos le bastarían para militar en la Liguilla.

Es evidente, sin embargo que en El Nido quieren, pueden y deben más. Ha gastado más de 20 millones de dólares en refuerzos, y buscar otro más, posiblemente a Sebastián Blanco. Pero la venta de Raúl Jiménez amortizó las renuencias a invertir.

En tanto, en La Máquina, siguen llegando refacciones de segunda mano, de sobreuso, de mala calidad, mientras que el abastecedor Carlos Hurtado goza de la complicidad de los dirigentes.

América, cierto, no firma espectáculo. No garantiza exquisitez. No cautiva ni embelesa. Pero agrega dramatismo, con victorias consumadas cuando el reloj se desangra, y eso obliga a sus seguidores a aguantar, a permanecer, porque saben que después de los créditos de la película del día, puede saltar una escena sorprendente. Y ese rocío de emotividad, en la agonía, resucita sensaciones.

Cruz Azul, sin embargo, muere consistentemente de nada. Monterrey lo golea 3-1 con la esplendidez absoluta de Dorlan Pabón, y de esa manera ratifica que su victoria anterior con un hombre más, en su cancha, y gracias a un autogol, era la confirmación de su crisis.

Pero, se sabe, las victorias visten de piel sintéticamente falsa y efímera a los esqueletos.

América tiene un camino abierto. Puede sufrir metiéndose a Chiapas, pero, seguramente, Pumas y Leones Negros deberán acercarlo a la Liguilla. Poco a poco, queda claro, la afición asume y consume el menú del Turco Mohamed.

La victoria como el fin que justifica todos los miedos y los medios.

La Máquina se acobarda. Rehúye al recambio. Cuando aún necesitas sacar fuerza de la flaqueza física, no espiritual, de Torrado y el Chaco, y sigue creyendo que su inocuo Mariano Pavone es su asesino, queda claro que hay ignorancia, complicidad o dislexia en el equipo. Suma 10 goles en los últimos 40 partidos de Liga: patético.

Y no deja de ser fascinante: hubo un tiempo en que Cruz Azul dominando torneos sin ganarlos, claro; o un Guadalajara con presencia hasta hace tres años, y un Pumas que vivía de los títulos de Tuca Ferretti y Memo Vázquez, en un tiempo, pues en que los tres se cebaban en burlas sobre el América.

Hoy, irónicamente, El Nido ha encontrado tiempos de bonanza, mientras sus denostadores tratan de sobrevivir en la miseria acumulada.