<
>

Un deporte violento para un mundo violento

Desde la vergonzosa imagen de un atleta profesional golpeando a una mujer en un elevador y hasta las declaraciones de un ex funcionario público en México que califica de "simio" a un jugador de futbol por el simple hecho de haber atorado el tráfico en la ciudad. Vivimos en un mundo cada día más perturbado y deteriorado y el deporte, sin jactarse de una imagen purista y refinada que no le corresponde totalmente, no está para alentar esos síntomas de agresividad. Yo no espero mucho ni de Ray Rice ni del político de cuarta categoría que declaró sobre Ronaldinho. De quienes sí espero una reacción sensata y directa es de las autoridades deportivas para investigar, sancionar, educar y prevenir que el deporte se convierta en un órgano transmisor de violencia para un mundo de por si violento.

LOS ANGELES -- Un canal muestra la vergonzosa imagen de un atleta profesional golpeando a una mujer en un elevador y otra señal recoge reacciones sobre la declaración racista de un ex funcionario público en México que llamó "simio" a un futbolista brasileño simplemente porque el tráfico se puso pesado durante su presentación. Y un poco más allá, la "oferta" del control remoto expone la terrorífica imagen de un hombre de túnica negra amenazando a otro vestido en un traje anaranjado, de rodillas, sobre el árido desierto.

Un mundo cada día más violento no puede, sin embargo, eximir al deporte de su gran responsabilidad de ser un ejemplo que termine permeando en todos los niveles de la sociedad. El deporte, desde su pequeña trinchera, desde su función de catalizador, de distractor, muchas veces trivial y anecdótica, puede y debe enviar mensajes que nos ayuden a vivir en un mundo mejor.

El deporte no es trampa, el deporte no es discriminación, el deporte no es violencia. El deporte no es racismo. El deporte, en la medida de lo posible, y sin jactarse totalmente de una imagen purista o refinada que tampoco le corresponde, debe transmitir el bien.

Personajes como el ex funcionario público -secretario de desarrollo social del municipio de Querétaro- existen y seguramente seguirán existiendo. Idiotas hay en todas partes y no vale la pena perder el tiempo en ellos. Detenerse en el tema, preocuparse por la imagen de México como país, de Ronaldinho como futbolista, me parece que sale sobrando. Lo que diga un político de cuarta categoría no es el sentir de una nación y un futbolista profesional como Ronaldinho sabe asimilar ese tipo de declaraciones. Lo que realmente es importante aquí es que los organismos o las autoridades que se encargan de regir al deporte le den un verdadero seguimiento a la situación.

Yo no recuerdo haber nacido en un México lleno de odio, de discriminación y de racismo, pero puede que los tiempos hayan cambiado. En los últimos años, existieron algunos mensajes, focos de atención, insinuaciones en las tribunas del futbol mexicano sobre temas de violencia racial. Lamentablemente, las autoridades futbolísticas fueron "cómplices" porque en lugar de tratar de abordar el tema, de combatirlo como que hay hacerlo, primero con sanciones y luego con educación y prevención, se taparon las cosas como antiguamente se hacía o se hace en México.

El tema del jugador de futbol americano Ray Rice es igualmente grave. Y puede que para muchos sea un tema común ++para mí no lo es++ el asunto de la violencia familiar, pero él es un atleta profesional, él representa un deporte, una liga y una imagen para la sociedad. Él no tiene derecho a equivocarse en ese sentido. La NFL, igual que las autoridades de la FMF o de la Liga MX, trató de ocultar el tema teniendo la información. ¿Para qué? ¿Por qué? Para proteger intereses, negocios, dineros...

En un mundo cada día más violento, el deporte, en la medida de lo posible, no puede ser violento. Al final del día, queda claro: todos somos o todos, por lo menos, nos comportamos como "unos simios".


@Faitelson_ESPN