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Abreu y deGrom, Novatos del Año

Lo de José Abreu no sorprendió a nadie. Si acaso había alguna duda era si se llevaba el premio de manera unánime, como ocurrió, o si algún votante no lo consideraba un novato puro, por su experiencia en la liga cubana, como ocurrió en el 2001 con el japonés Ichiro Suzuki.

El primera base cubano de los Medias Blancas de Chicago no sólo fue el mejor novato de todas las Grandes Ligas, sino que tuvo una de las campañas ofensivas más sobresalientes entre cualquier jugador de las Mayores.

Y si los Medias Blancas hubieran tenido una buena campaña, Abreu habría figurado incluso entre los aspirantes al premio de Jugador Más Valioso de la Liga Americana.

El cubano fue quinto en average con .317, tercero en jonrones (36) y cuarto en impulsadas (107). Además, sumó 35 dobletes, anotó 80 carreras y tuvo el mejor promedio de slugging de todas las Grandes Ligas, con .581.

Abreu es el cuarto cubano en conseguir el galardón y segundo de manera consecutiva, tras el lanzador José Fernández, de los Marlins de Miami, que lo logró el pasado año en la Liga Nacional.

Los otros fueron Tony Oliva (Mellizos de Minnesota) y José Canseco (Atléticos de Oakland), ambos en la Americana, en 1964 y 1986, respectivamente.

Los números de Abreu no dejaron espacio a dudas, a pesar de la extraordinaria campaña del dominicano Dellin Betances, quien se reveló como una reencarnación del panameño Mariano Rivera, con su récord de 135 ponches en 90 innings, cifra jamás lograda antes por ningún relevista de los Yankees de Nueva York.

O de la excelente temporada de Matt Shoemaker (16-4, 3.04), pieza clave en la rotación abridora de Angelinos de Los Ángeles, con números que de no ser por Abreu, le habrían hecho merecedor indiscutible del premio.

Incluso, si el japonés Masahiro Tanaka (13-5, 2.77) no se hubiera lesionado, hubiera completado un cuartero de lujo junto a Abreu, Betances y Shoemaker.

Pero de la misma manera en que la clase de los novatos de 2014 en la Liga Americana gozó de talento en abundancia, la Nacional tuvo una de las campañas más mediocres en lo que a debutantes se refiere.

Jacob deGrom, de los Mets de Nueva York, fue el escogido por el viejo circuito, por aquello de que "en casa del ciego, el tuerto es rey".

Con nueve ganados y seis perdidos en 22 aperturas y efectividad de 2.69 en 140.1 innings, deGrom es el pitcher abridor con menos victorias entre todos los serpentineros que han sido Novatos del Año desde Dave Righetti en 1981, quien terminó con 8-4.

Es el primer jugador de los Mets con el premio desde que el también pitcher Dwight Gooden lo ganó en 1984.

El derecho de los Mets compitió con Billy Hamilton, jardinero de los Rojos de Cincinnati, y Kolten Wong, segunda base de los Cardenales de San Luis, ambos con cifras del montón, que en otras circunstancias habrían pasado inadvertidas, más allá del potencial de desarrollo que tienen ambos jugadores.