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Gallardo, listo para repetir con River

MAR DEL PLATA -- Con una mueca de felicidad Marcelo Gallardo va a encarar el primer Superclásico del verano.

La llegada de dos refuerzos ha modificado, con lógica, el estado de ánimo del entrenador de River, quien estaba empezando a perder la pulseada con la ansiedad habida cuenta de que la pretemporada se acerca al epílogo y la plantilla Millonaria no sufría modificaciones.

Gonzalo Martínez y Camilo Mayada, ambos solicitados por el Muñeco, le acercaron algo de paz.

El choque con Boca asoma en el horizonte y pese a que aún los de Núñez no han conseguido ganar en lo que va de la fase preparatoria, el funcionamiento de los titulares durante gran parte del partido con Peñarol y en lo que ha observado en los entrenamientos, deja tranquilo a Gallardo. La calma se sustenta también en que, contrariamente a lo que venía sucediendo en años anteriores, el equipo base no necesita casi de retoques. A priori, aquellos que lleguen lo harán para nutrir a un plantel que cuenta con once inamovibles pero que viene medio flaco con el recambio.

El semestre pasado la falta de alternativas conspiró contra las posibilidades de River en el torneo local, de ahí la intención que tienen de dar un salto de calidad en ese rubro. Más allá de la mesura a la cual todos los directores técnicos suelen aferrarse a la hora de pronosticar campañas, en el caso del Millo hay cuestiones insoslayables.

Por un lado, fue el equipo que revolucionó el fútbol argentino con un estilo ofensivo, insaciable y dinámico. Y más allá de que los rivales le fueron tomando la mano a la forma de jugar, cuando estuvo fresco en lo físico logró generar anticuerpos para superar escollos. Esto hace presuponer que en un semestre donde tiene, entre otras cosas, un objetivo tan motivante como lo es la Copa Libertadores, lo anímico potenciará a lo futbolístico y sumado a ese crecimiento cuantitativo y cualitativo del plantel, todo va a redundar en que la esperanza del hincha se mantenga bien alta.

Tampoco es un detalle menor que, hasta el momento, River no se haya desprendido de ningún titular. Mantener la base será fundamental para Gallardo, porque los que están ya tienen internalizada su idea futbolística y lo que pretende de cada uno adentro del campo. Sólo deberá trabajar para afianzar nuevos conceptos, un detalle menor al lado de lo que representa configurar de cero a un equipo. Y este optimismo se percibe en la gente. Cada entrenamiento de River, cada salida y llegada del hotel, cada arribo a un estadio, estuvo (y está) acompañado de demostraciones de cariño y de felicidad tan grandes que denotan la confianza que el hincha tiene en lo que puede producir este equipo.

Así entonces, con perspectivas inmejorables, con su cabeza en gran forma y con la posibilidad de jugar un buen fútbol, se acerca River al choque con Boca, pero, además de ese partido puntual, también arriba en esa forma al comienzo de un año plagado de compromisos y de copas. Habrá que ver si logra convertir en realidad las irrefutables e inmejorables presunciones.