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Valió la pena la espera

Justamente a las diez de la noche... cuarenta y nueve horas y media después del inicio del quinto juego de la Serie Mundial, los Filis comenzaron su celebración.


Este video fue tomado con el Nokia 95N

Poco importaron los menos de cinco grados centígrados en el termómetro. Poco importó el haber esperado dos días para concluír un juego, por primera vez en el Clásico de Otoño.

Poco importó que el público se tuviera que desplazar al estadio solo para observar tres entradas de béisbol. Lo importante era ser parte de la historia. Ser testigo presencial de cómo finalizaba un ayuno de 28 años sin campeonatos para el equipo de una de las ciudades más deportivas de la Unión Americana.

Por eso, los aficionados estallaron en júbilo tras el ponche de Brad Lidge a Eric Hinske que ponía punto final a esa espera de casi tres décadas.

El Citizens Bank Park se convirtió en un manicomio y los jugadores, cuerpo técnico y directivos, comenzaron la celebración en el terreno de juego, misma que se extendió inmediatamente a la tribuna.

Y mientras los jugadores de los Filis daban la vuelta al campo con una enorme bandera en la que estaba escrito el "2008", el año mágico para el béisbol en la ciudad, el Philly Phanatic celebraba con ese estilo tan personal que lo hace ser la mascota número uno de todo el deporte estadounidense.

Y del terreno nos fuímos al clubhouse. El champagne esperaba ya a los jugadores, tan frío como lo noche en la Ciudad del Amor de Hermanos, pero con un ambiente tan caliente, que todos quisieron participar.

Los baños de espumosa no se hicieron esperar, las entrevistas y la aglomeración de cámaras que se confunden con jugadores y entrenadores, el líquido que vuela por todos los rincones del vestidor y una celebración que se prolongó durante toda la noche y hacia toda la ciudad.

Los Filis son los campeones del béisbol y esa jornada mágica, nadie podrá olvidarla.