Patrick Gorski/Icon SportswireNo quedaban muchos fanáticos en una noche fría en Chicago cuando los Yankees y los Cachorros batallaron por 18 entradas.
Era alrededor de la medianoche que la búsqueda de una carrera por parte de los Cachorros de Chicago que terminaría con la locura en entradas extras ante los Yankees de Nueva York se volvió desesperada. Con Chicago al bate - creo que estábamos en la parte baja de la entrada 16, aunque el sueño le coloca un velo alrededor de los detalles específicos - alguien en el dugout de los Cachorros comenzó a disparar semillas de girasol hacia el terreno. Docenas de semillas, una a la vez; un par de ellas llegaron a la línea de foul de tercera base, y entonces una o dos de ellas cayeron en el terreno, mientras el oficial de la antesala Alan Porter lo observaba.

En ocasiones los jugadores lanzan semillas como estas hacia el terreno en algunos partidos, pero la súbita llegada de la sexta hora de juego el domingo sugirió un brillante intento de alterar el karma de los dioses del béisbol. Semillas para cambiar la suerte. Pero al igual que los bateadores en ambos equipos en entradas extras, el truco de las semillas no funcionó; los Cachorros no pudieron anotar, de nuevo, y al final de la media entrada, el jugador responsable por haber lanzado las semillas lanzó otro puñado, como si fuera un último envío en un espectáculo de fuegos artificiales.

En la siguiente entrada, Kyle Schwarber se puso una careta de receptor en el dugout, y Ben Zobrist se puso un casco al revés. Todo para terminar el juego, el que finalmente terminó luego de 18 frías entradas, 6 horas y 5 minutos de duración y 583 lanzamientos. Como un reportero que busca cosas interesantes que ocurran, pensé que era divertido, un maratón de béisbol para contárselo en el futuro, dentro de 25 años, a los nietos. Yo amo la oportunidad del caos - el ejemplo base para el caos podría ser el partido de 19 entradas, demorado por lluvia, entre los Mets de Nueva York y los Bravos de Atlanta que comenzó el 4 de julio de 1985, y que terminó con los fuegos artificiales prometidos justo antes del desayuno.

Los jugadores y managers tienen una perspectiva muy diferente. Anthony Rizzo fue golpeado en el antebrazo por una recta de 99 mph de Aroldis Chapman en la novena entrada pero tuvo que mantenerse jugando por tres horas y nueve entradas más luego de ese incidente, por el que probablemente debió haber sido sacado de juego. El manager de los Cachorros Joe Maddon tuvo que extender el trabajo de sus relevistas, algunos de ellos ya habían comenzado el juego con mucha carga de trabajo reciente, en un área de riesgo aumentado. Y cuando todo había concluído, los Yankees y los Cachorros tuvieron que viajar toda la noche, y llegar a hotels cerca del amanecer y 12 horas antes de su siguiente juego.

Yo espero que ellos mantengan las reglas actuales en funcionamiento, porque las mismas han creado el nacimiento del ocasional maratón de béisbol memorable, y las Grandes Ligas están bien conscientes que los fanáticos quieren que las entradas extras sigan hasta que alguien gane y alguien pierda. El lunes, yo publiqué una encuesta en Twitter pidiendo la opinión de los fanáticos, y la respuesta fue una paliza: A cerca del 75 por ciento le gusta el status quo.

Pero el enfoque en la seguridad y las condiciones de trabajo en la industria ha aumentado, y sospecho que, inevitablemente, los juegos maratónicos pronto se convertirán en una especie en extinción, y pronto podrían dejar de existir, igual que los choques en el plato y los deslizamientos en la segunda base.

Sin embargo, esta no es una conclusión inevitable, como tampoco lo es la adopción de reglas como las utilizadas en el Clásico Mundial de Béisbol, con las cuales se colocan corredores en posición de anotar en las entradas adicionales para aumentar las probabilidades de anotar. MLB fue la fuerza que impulsó las alteraciones de dichas reglas en la segunda base y el plato, empujando a la unión de jugadores hacia el cambio, pero si van a haber cambios en las reglas de entradas extras luego del 12º episodio u otros ajustes, la asociación de jugadores tendrá que salirse de su cueva y buscar un trueque para ellos. Los jugadores tendrán que dirigir esa conversación.

Si ellos toman ese paso, van a ser alabados en silencio por los ejecutivos de los equipos, muchos de los cuales ven estos juegos maratónicos como una locura sin sentido. Esos oficiales notan que las escalas de riesgo/recompense se inclinan abruptamente hacia los juegos que siguen hasta tarde en la noche, con los juegos siendo empujados hacia el borde de las lesiones, si no más allá, y que sus equipos se ven afectados por días y semanas después en aras del tiempo extra que la mayoría de los fanáticos ni siquiera disfruta porque se han ido del estadio. (El domingo en la noche, un puñado de almas quedaba en los alrededores para el final del partido entre Yankees y Cachorros, pero quizás era una cuarta parte de la concurrencia original).

En esta era, los lanzadores hacen menos pitcheos y trabajan menos entradas, los jugadores de posición están en el terreno por menos partidos, y la lista de lesionados es utilizada con mayor frecuencia. El producto está siendo protegido en formas que nunca se vieron en los días de Babe Ruth y Willie Mays e, incluso, Barry Bonds. Y por esa razón, se cree que, eventualmente, los partidos maratónicos y los cascos al revés y los trucos de semillas serán cosa del pasado.

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Si te metes en una pelea en un estadio, vas a ser expulsado. Todo el que entra a un estadio sabe esto, porque antes de cada juego, los anunciadores locales leen una advertencia sobre las normas de conducta.

Si tocas una pelota dentro del terreno de juego, vas a ser expulsado. Todo el que entra a un estadio sabe esto, porque antes de cada juego, los anunciadores locales leen una advertencia a los fanáticos sobre esta causa y efecto en particular.

Si entras al terreno, vas a ser expulsado, y te van a acusar de traspasar propiedad privada. Todo el mundo sabe esto, porque antes de cada juego, los anunciadores locales le recuerdan a los fanáticos sobre lo que puede ocurrir.

En esta forma, las Grandes Ligas y los 30 equipos podrían declararle la guerra al tipo de lenguaje que los fanáticos le dirigieron al jardinero central de los Orioles de Baltimore Adam Jones en Boston el lunes en la noche. Es un gesto simple que podría hacer una gran diferencia en proteger a los jugadores de este tipo de basura.

En su versión actual, los anunciadores locales en los estadios mencionan el lenguaje "abusivo" en sus anuncios pre juego: El lenguaje abusivo no va a ser tolerado...

Pero esa advertencia puede ser mucho más explícita, contundente y poderosa: Cualquier fanático que diga cosas racistas, antisemitas y anti-gay a personal del terreno o fanáticos será expulsado de inmediato y se le prohibirá su entrada al estadio de forma permanente.

Es algo que le vuelta la mente a cualquiera que este tipo de paso sea necesario, pero es ahí donde estamos y donde hemos estado. Setenta años y 17 días han pasado desde Jackie Robinson jugó su primer partido para los Dodgers de Brooklyn, pero generaciones de jugadores han reportado incidentes similares al que Jones le mencionó a los diarios USA Today y Boston Globe luego del partido del lunes: La palabra 'N' y otras palabras o frases dichas desde las gradas como armas de degradación masiva.

Muchos jugadores se relacionan con estos episodios fuera de record, intentando eludir el conflicto y tratando las burlas racistas como algo que tienen que aguantar. Pero, ¿por qué alguien tiene que aguantar algo como esto dentro de los confines de un establecimiento comercial privado?

¿Por qué Adam Jones tiene que escuchar esto? ¿Por qué cualquier jugador, cualquier fanático tiene que escuchar esto sin consecuencias, más que lo que tolerarían a algún idiota corriendo dentro del terreno por nueve entradas, o a alguien que lance puños en las gradas del jardín central?

Si las Grandes Ligas y los equipos refuerzan el lenguaje de las advertencias pre juego hechas por los anunciadores locales, entonces ellos podrían ayudar a envalentonar una mayoría silente - las decenas de miles de aficionados en cada juego que no están gritándole estupideces racistas a los jugadores y que pueden señalarle a los oficiales de seguridad a aquellos que logran degradar a todo el mundo mediante el uso de palabras como las dichas a Jones.

Las apuestas se elevarán, la culturá cambió: Si dices esas cosas, la seguridad te va a encontrar con la ayuda de 40 mil fanáticos autorizados y preparados para hacer que este sea el último día que puedas entrar al estadio.

Si dices cosas como estas, vas a ser expulsado. Y todo el mundo lo va a saber.

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Aroldis Chapman, Andrew Miller y Kenley Jansen
Ilustración ESPN
Mucho después de que Anthony Rizzo levantara sus brazos en celebración y guardara la pelota del último out del campeonato en su bolsillo derecho, Aroldis Chapman le recordó a todo el mundo por qué la Gran Revolución del Relevista no tiene oportunidad de ocurrir.

Cuando los Yankees de Nueva York anunciaron formalmente la firma de regreso de Chapman, él le sugirió a los reporteros en una conferencia telefónica que el manager de los Cachorros Joe Maddon lo había sobreusado en la corrida titular de Chicago.

"Personalmente, yo no estoy de acuerdo con la forma en que él me uso", dijo Chapman a través de un intérprete. "Pero él es el manager, y él es quien implementa la estrategia, ¿sabes?"

Esto fue luego que Chapman, Maddon y los Cachorros ganaran la Serie Mundial - después de todo eso terminó bien. Imagínense cómo se sienten algunos jugadores sobre decisiones agresivas en el bullpen hechas por un manager de mucho menos estatus que Maddon - en otras palabras la mayoría de los managers - cuando las cosas no salen bien.

La razón principal para que la Gran Revolución del Relevista nunca se materialice es cuestión de practicidad. La forma agresiva en la que Terry Francona manejó el bullpen de Cleveland en octubre pasado no puede ocurrir durante el verano, porque en la temporada regular no hay días libres de forma consistente; los equipos juegan casi todos los días. En los primeros dos meses que Andrew Miller lanzó para Francona, en agosto y septiembre, él tuvo exactamente una aparición en la que llegó a los 30 pitcheos (35, el 17 de septiembre). En los 32 días de la postemporada de los Indios en 2016, Miller lanzó más de 30 pitcheos en cinco ocasiones. Si Francona intentara hacer eso desde abril a septiembre, Miller no estaría disponible del todo por periodos de tres a cuatro días. Si Francona quería colocar a Miller para un problema en la quinta entrada, eso hubiese significado pedirle a Cody Allen o Bryan Shaw que se pusieran a estirarse en la octava entrada - lo que implicaría perderlos de dos a tres días.

"La postemporada es un animal diferente", dijo recientemente Francona. "La única vez que lo hice diferente durante la temporada es cuando un lanzador no ha trabajado por mucho tiempo".

Pero en el corazón de lo que dijo Chapman no existía animosidad hacia Maddon, pero los jugadores suelen buscar alguna estructura durante la temporada regular. La mayoría de los jugadores de posición quiere saber la noche antes de un partido si van a estar en la alineación. La mayoría de los lanzadores abridores quiere saber cuán largo va a ser el himno nacional para poder hacer sus calentamientos apropiadamente. La mayoría de los relevistas quiere saber, por regla general, cuándo el teléfono del bullpen va a sonar en su búsqueda.

Eso es parte de lo que distingue a Miller de muchos otros relevistas: Él ha demostrado una y otra vez, con los Medias Rojas, Orioles, Yankees e Indios, que él está dispuesto a laborar cuando se lo pidan. Él cree que se le paga para lanzar cuando se le pida que lance, y no solo como preparador, o como cerrador, o en la octava o novena entrada.

Los relevistas han establecido records en cuanto a contratos en este invierno. Pero no asuman que el recién firmado Kenley Jansen va a saltar al bullpen en la séptima entrada en abril, o que Joe Girardi va a llamar a Chapman en la octava. Los hábitos y necesidades del viejo mundo del béisbol están demasiado enraizados para evitar que ocurra la Gran Revolución del Relevista - por ahora.

Con esto en mente: He aquí un Ranking de los 10 Mejores bullpens en MLB, basado en la información de evaluadores.

1. Indios de Cleveland

Miller y el cerrador Allen están entre los 10 mejores relevistas, y Shaw ha liderado la LA en apariciones en dos de las últimas tres temporadas. Shaw, de 29 años, ha sido increíblemente consistente en su tiempo en las Grandes Ligas. Cleveland tiene algo de experiencia y profundidad, con los derechos Dan Otero y Zach McAllister. Y los Indios conocen al candidato al bullpen Ryan Merritt, quien hizo una fuerte salida de emergencia en el juego decisivo de la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante Toronto, lanza strikes y no tiene miedo. Shawn Armstrong y Perci Garner pueden convertirse en alternativas de bullpen para Cleveland durante la temporada.

Factor X para el bullpen de Cleveland: ¿Cómo responderán los relevistas de Cleveland a la pesada carga de trabajo del 2016? Cuando un equipo llega lejos en octubre, siempre queda la pregunta de cómo sus lanzadores abridores - como un Madison Bumgarner, un Cole Hamels o un Corey Kluber -- volverán al año siguiente. La misma pregunta podría aplicársele a los principales relevistas de Cleveland, quienes fueron utilizados con bastante frecuencia en los primeros días de noviembre, acortando su descanso de temporada baja.

Entradas de Miller en 2016, total combinado de temporada regular/postemporada: 93 2/3 (el más alto de su carrera como relevista)

Entradas de Allen en el 2016: 81 2/3 (total más alto de su carrera)

Entradas de Shaw en el 2016: 77 (total más alto de su carrera)

2. Orioles de Baltimore

Detrás del cerrador Zach Britton, los Orioles tienen una sólida colección de preparadores, incluyendo a Darren O'Day (quien entrará a los entrenamientos primaverales sin restricciones médicas luego de ser limitado a 34 juegos la pasada temporada), Brad Brach y Mychal Givens.

Factor X para el bullpen de los Orioles: Va a llegar un día en los próximos dos años cuando los ejecutivos de Baltimore tendrán que atender la pregunta que cuelga sobre Britton: Si ellos no lo firman con un contrato a largo plazo más allá de su agencia libre (otoño del 2018), ¿cuándo ellos deben cambiarlo? Hablando en general, los ejecutivos del béisbol creen que se le puede sacar mayor provecho a un cambio por relevistas durante la temporada (y en la temporada baja para los lanzadores abridores). Y si los Orioles están languideciendo en lo que debe ser una División Este de la LA muy competitiva, Baltimore debería comenzar a explorar el posible valor de Britton en un cambio.

3. Cachorros de Chicago

Los Cachorros trajeron en cambio a Wade Davis y firmaron a Koji Uehara y Brian Duensing, rellenando un bullpen que perdió a Aroldis Chapman y Travis Wood en la agencia libre. Carl Edwards probablemente siga asumiendo más responsabilidades luego de dominar a los rivales en sus 36 partidos la pasada temporada, en los que maniató a los bateadores derechos a un promedio de .108 y a los zurdos con promedio de .146.

Factor X para el bullpen de los Cachorros: La salud de Davis. Se perdió más de un mes con una distensión en el antebrazo en 2016. Si el problema surge de nuevo, los Cachorros tienen una red de seguridad disponible en Héctor Rondón, que era el cerrador de Chicago antes de la adquisición de Chapman y sus 77 salvamentos de por vida. Rondón lideró las mayores en porcentaje de strike en su primer pitcheo de los turnos la pasada temporada.

4. Astros de Houston

Al final de la temporada 2016, los Astros habían desarrollado un equipo agradable de relevistas cuando tenían una ventaja que proteger, desde el lanza strikes Chris Devenski (efectividad de 1.61 en relevo) a Will Harris a Luke Gregerson al cerrador Ken Giles. ningún bullpen tuvo un WHIP más bajo que el de los Astros con 1.14 en 2016, y solo otros tres equipos generó un OPS de los contrarios más bajo que el de Houston, que fue de .672. Gregerson y Giles se ubicaron primero y segundo, respectivamente, entre todos los relevistas en tasa de abanicadas y falladas, con 20.1 y 10.9 por ciento.

Los relevistas de Houston lideraron a todos los bullpens en fWAR la pasada temporada, por mucho.

Houston: 7.9

Mets: 6.5

Dodgers: 6.5

Yankees: 6.4

Orioles: 5.5

Factor X para el bullpen de los Astros Ken Giles, quien pasó por una mala racha al principio de la temporada que le costó en ese momento el puesto de cerrador - hasta que se recuperó y retomó la labor de la novena entrada más tarde en la temporada. En sus últimas 44 1/3 entradas la pasada temporada, Giles ponchó a 74 rivales y otorgó 16 boletos.

5. Dodgers de Los Angeles

Con Kenley Jansen de vuelta para ser el ancla de este grupo, los Dodgers están posicionados para parear bien con sus rivales, con un grupo que fue particularmente bueno en la pasada temporada. He aquí algunos de los números que tuvieron que manejar Dave Roberts y Rick Honeycutt diariamente:

Bateadores zurdos vs. Grant Dayton: OPS de .428

Zurdos vs. Pedro Báez: OPS de .553

Zurdos vs. Luis Avilán: OPS de .519

Zurdos vs. Adam Liberatore: OPS de .494

Derecho vs. Josh Ravin: OPS de .120

Los Dodgers tendrán que reemplazar las 80 entradas y 75 apariciones dejadas atrás por Joe Blanton, que se fue a la agencia libre.

Factor X para el bullpen de los Dodgers: L.A. tiene un superávit de lanzadores abridores que eventualmente terminarán en el bullpen, que bien podrían ser Alex Wood, Ross Stripling, Brandon McCarthy u algún otro. Los Dodgers lideraron las mayores en entradas de bullpen la pasada temporada debido a sus problemas de rotación.

6. Yankees de Nueva York

Dellin Betances tuvo problemas en el rol de cerrador en agosto y septiembre luego que los Yankees cambiaran a Chapman y Miller. Betances parecía haber desarrollado un caso de parálisis de los "yips" cuando lanzaba a las bases. Me preguntó si esto podría afectar la percepción de Betances y el potencial del bullpen de los Yankees entre los evaluadores, y la respuesta corta es: absolutamente no. Betances lideró las mayores con 15.53 ponches por cada nueve entradas, y el 40 por ciento de las carreras limpias que permitió fueron anotadas en septiembre. Ahora regresa al rol de preparador, con Chapman volviendo al rol de cerrador. Además los Yankees tienen al relevista veterano Tyler Clippard, al versátil Adam Warren, y a los zurdos Chasen Shreve, Tommy Layne y Richard Bleier.

Factor X para el bullpen de los Yankees: Las entradas generadas por la rotación. Los Yankees no necesitan necesariamente un pitcheo abridor dominante para ayudar a su bullpen, pero no se pueden dar el lujo de depender demasiado de lo que debe ser un bullpen bastante bueno. Así que la habilidad de CC Sabathia y Michael Pineda de llegar consistentemente a la sexta entrada será crucial. El año pasado, la rotación de los Yankees llegó en el puesto 15 en entradas, que es algo que deben tratar de evitar para proteger a sus relevistas de la erosión.

7. Medias Rojas de Boston

El cerrador de Boston Craig Kimbrel tiene 256 salvamentos, y el manager de Boston John Farrell tiene muchos derechos de donde seleccionar, incluyendo a Tyler Thornburg, Matt Barnes, Joe Kelly y Heath Hembree. Los relevistas de los Medias Rojas podrían tener una enorme ventaja sobre aquellos con otros equipos debido a la enorme estabilidad de la rotación de Boston: Chris Sale, David Price y Rick Porcello son fuentes estables de entradas y deberían permitirle a Farrell mantener descansado su bullpen.

Factor X para el bullpen de los Medias Rojas: El comando de Kimbrel. En sus últimas 25 2/3 entradas, otorgó 22 boletos, dejando a algunos evaluadores preguntándose si estuvo completamente saludable en el último par de meses.

8. Cardenales de San Luis

Seung Hwan Oh fue una estrella en su primera temporada con los Cardenales, y se espera que vuelva a encabezar la parte trasera de un grupo que incluye además al zurdo Kevin Siegrist y al derecho Jonathan Broxton. Dada la incertidumbre sobre Trevor Rosenthal y la necesidad de un zurdo, los Cardenales gastaron $30.5 millones para firmar a Brett Cecil.

Factor X para el bullpen de los Cardenales: Rosenthal. Él perdió el puesto de cerrador la pasada temporada en el medio de una temporada en la que dio 29 boletos en 40 1/3 entradas y tuvo un gran declive en el porcentaje de swings de los bateadores rivales ante lanzamientos fuera de la zona. Dado su extenso historial, su actuación dictará la importancia del rol que asuma en esta temporada. Los Cardenales apostarán a él, si pueden.

9. Vigilantes de Texas

El gerente Jon Daniels asintió recientemente que tiene intención de dejar a Matt Bush en el bullpen, luego de una temporada estelar para el derecho. En el 2016, Bush contuvo a los bateadores a promedio de .196 en 61 2/3 entradas, con 14 boletos y 61 ponches. Los Vigilantes están bien equipados alrededor de Bush con derechos (el cerrador Sam Dyson, Jeremy Jeffress) y zurdos (Jake Diekman, Alex Claudio).

Factor X para el bullpen de los Vigilantes: Su carga de trabajo. La parte trasera de la rotación de Texas no está definida, y, al igual que le ocurre al grupo de los Yankees, el cuerpo de relevistas de Texas se beneficiaría grandemente si el manager Jeff Banister y el coach de pitcheo Doug Brocail encuentran soluciones sólidas para el puesto de cuarto y quinto abridor; Andrew Cashner y A.J. Griffin serán asignados cuando comiencen los entrenamientos primaverales.

10. Piratas de Pittsburgh

Parece que los Piratas tienen muchas de las piezas necesarias para tener un buen bullpen, incluyendo a Tony Watson, Felipe Rivero, el recién firmado Daniel Hudson y Jared Hughes.

Factor X para el bullpen de los Piratas: Watson como cerrador. Tuvo algunos días difíciles luego de asumir el puesto tras la salida de Mark Melancon. En 19 salidas del 5 de agosto al 19 de septiembre, Watson permitió seis jonrones en 17 1/3 entradas y tuvo efectividad de 5.19. Los Piratas necesitan que él mejore para mantener en pie su estructura de bullpen.

Mención de honor

Azulejos de Toronto: Los Azulejos recibieron muchas nominaciones entre los 10 mejores de parte de los evaluadores dada la presencia del cerrador Roberto Osuna. La pérdida de Brett Cecil podría lastimarle.

Marlins de Miami: Los grandes planes del dueño Jeffrey Loria eran firmar a Chapman o a Jansen. Pero cuando eso no ocurrió, probablemente hubo algunos ejecutivos de los Marlins que se sintieron aliviados, quienes lograron evitar otro elemento de gran atracción. Los Marlins añadieron a Brad Ziegler y Junichi Tazawa para servir de preparadores del cerrador A.J. Ramos, y Miami ya tiene a Kyle Barraclough, quien logró 113 ponches y permitió apenas 45 hits (un cuadrangular) en 72 2/3 entradas la pasada temporada.

Reales de Kansas City: Kelvin Herrera asumirá el rol de cerrador de Kansas City, y los Reales necesitan una temporada de recuperación en la actuación de Joakim Soria.

Marineros de Seattle: El surgimiento de Edwin Díaz la pasada temporada convirtió el cuerpo de relevistas de Seattle en uno mucho más peligroso. Díaz y Steve Cishek lograron 164 ponches en 115 2/3 entradas la pasada temporada.

Mets de Nueva York: Ellos tuvieron un fuerte 2016, pero todavía no está claro por cuánto tiempo estarán los Mets del 2017 sin su cerrador Jeurys Familia luego de su incidente de violencia doméstica.

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