Aunque su verdadero nombre era Lawrence Peter Berra, el mundo lo conoció como Yogi, su apodo desde niño. Y nunca habrá otro Yogi Berra.

Las palabras no son suficientes para describir lo que Berra significó no sólo para los Yankees sino para la ciudad de Nueva York.

Más allá de ser una leyenda en el béisbol, con 15 apariciones consecutivas en el Juego de Estrellas, tres nombramientos de Jugador Más Valioso y 10 anillos de Serie Mundial, hazaña que es muy poco probable que vuelva a ser repetida, Berra era el último recordatorio de la época más exitosa y legendaria de la franquicia neoyorquina.

Yogi Berra, 1925-2015
Ilustración ESPN Digital

En un equipo colmado de leyendas, Yogi era la leyenda viviente, el que jugó con DiMaggio y con Mantle, el que fue amigo de todos los peloteros sin importar el color de su piel, el que por 14 años no visitó Yankee Stadium por su mítica riña con el "Boss" George Steinbrenner, el que fue héroe de guerra y quien cuyos "yogismos" han sido repetidos a través del mundo.

Los Yankees honraron a Berra en Twitter tras darse a conocer la noticia del fallecimiento con la siguiente frase: "Estamos profundamente entristecidos por la pérdida de una leyenda de los Yankees y un héroe estadounidense".

Berra fue sin duda el mejor receptor en vestir el uniforme rayado, y uno de los mejores en Grandes Ligas, finalizando con un promedio de bateo de .285 con 358 jonrones y 1,430 carreras impulsadas, el mayor número de remolcadas para un cátcher en la historia.

Sin embargo, su presencia fue mucho más allá de sus menos de 5 pies y 7 pulgadas de estatura.

En torno a un legendario equipo como los Yankees, con 19 números retirados y 53 ex jugadores o dirigentes habiendo sido exaltados al Salón de la Fama, siempre gira un misticismo sobre qué figura podría aparecer a la vuelta de la esquina.

Durante los entrenamientos primaverales y los partidos entre ex jugadores, conocidos como "Old Timers Day", ningún equipo deslumbra con un mayor número de figuras que los Yankees de Nueva York, y nadie era más querido que Berra.

Sus presentaciones en el estadio los últimos años habían sido limitadas, ya que estaba gozando de poca salud, pero en cualquier momento se anticipaba que Berra entraría por la esquina posterior del clubhouse, al lado del casillero que le pertenecía al capitán Derek Jeter, para saludarte con una de sus legendarias y cómicas frases.

Yogi falleció el miércoles en la madrugada, después que los Yankees se alzaron con una impresionante victoria ante los Azulejos, uno de esos partidos que en múltiples ocasiones estuvo a un solo lanzamiento de tener un resultado muy distinto.

Y Berra nos hubiera recordado muchas veces en Toronto que "nada se acaba, hasta que se acabe", una realidad que aplica no sólo al béisbol sino a la vida misma.

Puede que haya muchos mejores peloteros de los Yankees en la historia, pero ninguno como Yogi Berra.

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Será ahora o nunca para los Yankees de Nueva York en su última serie contra los Azulejos de Toronto si es que tienen alguna intención de clasificar a playoffs como líderes del Este de la Liga Americana.

Con 14 partidos restantes esta temporada regular, los Yankees aún podrían tener la oportunidad de colocarse en posición de ganar el banderín divisional, pero se verían limitados a depender por completo de los resultados de los Azulejos de no ganar terreno en sus próximos tres enfrentamientos.

Tras salir airosos de la "Serie del Subterráneo" ante los Mets, y recibido ayuda de sus archirrivales Medias Rojas de Boston, que ganaron dos de sus tres partidos en Toronto, los Yankees han visto la ventaja de los Azulejos al tope divisional reducirse a dos juegos y medio.

Los Azulejos cuentan con el mejor récord en todo Grandes Ligas desde el 29 de julio, habiendo acumulado una impresionante marca de 35 victorias y sólo 13 derrotas. No sólo eso, dominaron por completo a los Yankees en su propia casa, finalizando con una marca de 8-2 en el Yankee Stadium esta temporada.

También cabe destacar que los Azulejos, que perdieron sus últimos dos partidos ante Boston, no han tenido una racha de tres derrotas consecutivas desde principios de julio, y han ganado 11 de sus 16 partidos contra los Yankees este año.

Toronto arrancará la serie con el as David Price en la lomita, quien cuenta con una marca de 7-1 y efectividad de 2.17 en nueve salidas desde que fue adquirido de Detroit, además de tener un récord de 2-0 con ERA de 2.33 en sus tres aperturas contra los Yankees con el uniforme de los Azulejos.

La única buena noticia para los Yankees es que se las arreglaron para ganar dos de sus últimos tres enfrentamientos en el Rogers Centre a mediados de septiembre para poner fin a una histórica racha de 11 triunfos al hilo para el equipo canadiense.

Los decaídos Yankees milagrosamente han sabido mantener el paso con los líderes del Este de la Americana, pero habrá que ver qué sucederá ahora con el último golpe a la rotación, la baja del lanzador Masahiro Tanaka, quien sufrió un tirón en la corva durante el encuentro del viernes contra los Mets.

La lesión de Tanaka es un fuerte golpe para la rotación de los Yankees, la cual intentaron acomodar específicamente para que el as japonés pudiera enfrentar a los Azulejos.

Tanaka, quien los Yankees confían se perderá una sola apertura por la lesión, cuenta con una marca de 12-7 y efectividad de 3.38 esta temporada, pero mucho más importante para el equipo era su récord de 2-0 con una efectividad de .056 en sus últimas dos aperturas contra la poderosa alineación de Toronto.

Iván Nova, quien fue degradado al bullpen después de permitir seis carreras y siete hits en una entrada y dos tercios el 12 septiembre, precisamente ante los Azulejos, tendrá la oportunidad de reivindicarse al ser llamado para ocupar el puesto de Tanaka. El dominicano registró una efectividad de 3.10 en sus primeras siete aperturas esta temporada, pero acumuló un pobre ERA de 7.46 en sus últimas siete.

Otro detalle importante para Nueva York no será sólo tener una buena presentación en Toronto, sino también barrer series contra equipos como los decaídos Medias Blancas de Chicago, su próximo rival durante cuatro partidos en el Bronx, y seguir dominando a sus últimos dos rivales divisionales, como han hecho a través de la temporada.

Después de su serie contra Chicago, los Yankees jugarán cuatro partidos contra los Medias Rojas, a quienes han dominado 10-5 este año, y cerrarán la temporada con tres juegos contra los Orioles, otro rival divisional contra quienes tienen una marca ganadora (9-7).

Los Azulejos por su parte, después de su serie contra los Yankees, disputarán 6 de sus 10 juegos restantes contra los Rays de Tampa Bay, quienes al igual que los Medias Rojas, han sido un rival divisional que se les ha hecho sumamente difícil esta temporada, habiendo ganado sólo cinco de sus 13 enfrentamientos, aunque hay que especificar que fue antes de la completa renovación de su plantel.

Entre medio de sus dos series contra los Rays, los Jays se medirán a Baltimore, contra quienes cuentan con un dominante récord de 9-6, antes de finalizar la temporada regular en Tropicana Field.

Dos victorias será lo mínimo que los Yankees necesitarán en Toronto para que el banderín divisional esté a su alcance, sino, los poderosos Azulejos seguirán siendo la mejor historia esta segunda mitad de la temporada y al fin darán por terminada la sequía de béisbol en octubre más larga activa en Grandes Ligas.

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Los Yankees de Nueva York y los Azulejos de Toronto finalmente arrancarán su anticipada penúltima serie de temporada regular este viernes en el Bronx. Serán los primeros cuatro de siete partidos restantes entre los rivales divisionales este 2015, los cuales están siendo augurados como decisivos para las aspiraciones de postemporada de ambos equipos.

Los Azulejos cuentan con el mejor récord en todo Grandes Ligas desde el 29 de julio, habiendo acumulado una impresionante marca de 29 victorias y sólo 9 derrotas.

Los decaídos Yankees, a pesar de múltiples lesiones, milagrosamente han sabido mantener el paso con los líderes del Este de la Americana y se ubican a un juego y medio del tope divisional.

Pero mientras no cabe duda que todas y cada una de las series disputadas por equipos aspirantes a playoffs cobran mayor importancia llegado septiembre, nada quedará decidido una vez los Azulejos se despidan del Yankee Stadium al concluir el partido del domingo.

Y esa es precisamente la perspectiva de los peloteros en Toronto, incluido el estelar toletero dominicano Edwin Encarnación: que aún queda mucho béisbol por jugar.

"Va a ser [una serie] muy importante, pero no la que va a decidir nada, faltan muchos juegos", dijo el estelar primera base y bateador designado. "Todavía faltan muchos juegos después que juguemos con los Yankees. Los momentos decisivos se verán al final".

El jardinero Jose Bautista coincidió con su compatriota y compañero de equipo, reiterando que con más de tres semanas y 23 partidos restantes de temporada, es muy temprano para otorgarle demasiada importancia a un solo resultado.

"Cuando el posicionamiento está cerrado, como es el caso con nosotros ahora mismo, los juegos cogen más importancia pero uno no puede cambiar la forma de pensar, y pensar que cada juego es el último de la temporada", sentenció Bautista. "Uno tiene que concentrarse en lo que lo ha mantenido teniendo éxito hasta este momento en la temporada y seguir haciendo eso".

Pero mientras ganar la serie contra los Yankees este fin de semana será un gran impulso para sus aspiraciones, al equipo canadiense le esperan múltiples desafíos a la vuelta de la esquina.

Al concluir la serie en Nueva York, los Azulejos viajarán a Turner Field a medirse a los deplorables Bravos de Atlanta, una serie que deberían barrer con muchísima facilidad con su poderosa ofensiva y el pésimo pitcheo de sus últimos rivales interligas.

No obstante, después los Azulejos disputarán el resto de sus partidos contra rivales divisionales, incluidos tres juegos más contra los Medias Rojas de Boston, ante quienes han perdido sus últimas dos series y cinco de sus últimos siete enfrentamientos.

Tras tres juegos más contra los Yankees en casa del 21 al 23 de septiembre, los Azulejos tendrán tres partidos contra Tampa Bay, otro rival divisional que se les ha hecho sumamente difícil esta temporada, habiendo ganado sólo cinco de sus 13 choques este año (aunque cabe destacar que sus peores rachas fueron a principios de temporada, mucho antes del gran momento que están viviendo en la actualidad).

Las últimas dos series de temporada regular de los Jays serán contra Baltimore, contra quienes cuentan con un dominante récord de 9-6, pero luego se toparán de nuevo con Tampa Bay para concluir la campaña regular.

Los Yankees fallaron en aprovechar las dos derrotas de los Azulejos en Fenway Park, sufriendo a la vez dos reveses ante los Orioles, un equipo que habían dominado a través de todo el año.

De los 24 partidos restantes para el equipo neoyorquino, 17 serán contra rivales divisionales, siete de ellos contra los Azulejos, ante quienes han ganado sólo cuatro de sus 12 enfrentamientos. Los Yankees también tendrán que enfrentar a los candentes Mets de Nueva York para su última serie de interliga del 18 al 20 de septiembre.

La única esperanza para Nueva York no será sólo tener una buena presentación ante los Jays y los Mets, sino también barrer series contra equipos como los decaídos Medias Blancas de Chicago, y seguir dominando a sus rivales divisionales como han hecho a través de la temporada. Fuera de Toronto, los Yankees han ganado la serie de temporada contra Tampa Bay (10-6), Boston (10-5) y Baltimore (9-7).

Pero al fin y al cabo, podría ser demasiado poco y demasiado tarde para los Yankees, con los Azulejos perfectamente posicionados para ganar su primer banderín del Este de la Americana y clasificar a su primera postemporada desde 1993, y poner fin a la sequía de béisbol en octubre más larga activa en Grandes Ligas.

Una sola serie a mediados de septiembre puede que no determine nada, pero no cabe duda que de ser barridos, los Yankees podrían verse relegados a ser meros observadores de resultados en el marcador y tener que conformarse con una cita en un partido de comodín para decidir su temporada.

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La serie entre los Yankees de Nueva York y los Azulejos de Toronto este fin de semana hizo muy poco para definir la tabla del Este de la Liga Americana con casi 50 partidos restantes de la temporada regular, pero mucho para revelarnos la identidad de ambos equipos.

Aunque les habían augurado que serían sepultados por los candentes Azulejos, ubicados hasta el viernes en el primer lugar tras una racha de 11 victorias al hilo, los Yankees sorprendieron ganando los primeros dos partidos y recuperando el primer lugar que custodiaron por 41 días consecutivos desde principios de julio.

Los Yankees demostraron que aún no hay nada perdido, y que, como afirmó el propietario mayoritario Hal Steinbrenner, la división quizás sea suya para perderla o ganarla.

Pero los Bombarderos del Bronx también volvieron a revelar su talón de Aquiles, los años que pesan en una ofensiva que ha fallado en ser consistente a través de la temporada.

Lo sucedido ante Toronto este fin de semana nos recordó cuando los Yankees perdieron 10 de 11 juegos a fines del pasado mes de mayo, lo cual no había sucedido desde 1995.

Después de aquella pésima racha, el equipo neoyorquino retomó el sendero del triunfo barriendo a quienes han sido sin duda el mejor equipo en la Liga Americana, los Reales de Kansas City, y siguieron subiendo sistemáticamente hasta el tope divisional, donde llegaron a tener una ventaja de siete partidos.

Así hicieron los Yankees este fin de semana, que después de haber sido casi barridos por los Indios de Cleveland, uno de los peores equipos en la División Central, le ganaron la serie a Toronto para retomar una ventaja de medio juego al tope del Este.

Los Azulejos por su parte nos mostraron tener una debilidad similar a la de los Yankees, viviendo o muriendo de la mano del corazón de su ofensiva, pero a la vez exhibieron una entereza y profundidad que hace mucho tiempo no se había visto en Toronto.

La ofensiva canadiense no pareció el mejor 1 al 5 en Grandes Ligas, como muchos expertos lo han laureado, ante el pitcheo de los Yankees, pero no cabe duda que su victoria el domingo sirvió para recordarnos que en la candente batalla por el Este será determinante contar con la amenaza de bates como Josh Donaldson, José Bautista y Edwin Encarnación en el corazón de la alineación.

El trío Donaldson-Bautista-Encarnación se ha combinado para 80 cuadrangulares y 234 carreras impulsadas, pero lo más importante para el equipo es que 15 de esos jonrones y 37 de esas remolcadas han sido estas primeras dos semanas del mes de agosto.

Los Yankees por supuesto cuentan con Alex Rodríguez, Mark Teixeira y Brian McCann, que han sumado 75 cuadrangulares (11 en agosto) y 211 RBI, pero la mayor diferencia es que han registrado sólo 17 carreras impulsadas en los últimos 13 partidos.

Mientras la ofensiva de los Azulejos ha ido calentando con seis semanas restantes del calendario regular, la de los Yankees ha ido en retroceso, y entre dos equipos cuyo pitcheo abridor ha estado colmado de altas y bajas eso será lo que finalmente podría voltear la balanza a su favor.

Una gran beneficio para los Yankees para mantenerse al tope de la tabla será que tendrán la ventaja como dueños de casa el resto de la temporada, ya que disputarán casi dos terceras partes de sus 46 partidos restantes dentro de los lujosos confines de la catedral del béisbol en el Bronx.

En sus 53 partidos en Yankee Stadium, la menor cantidad de juegos en casa en toda la Liga Americana (en comparación los Blue Jays han jugado 63), Nueva York tiene una marca de 32 ganados y 21 perdidos, 10 victorias más que las que han registrado como visitantes.

Fuera de casa, los Yankees han ganado 32 y perdido 31, que aunque es uno de los pocos récords sobre la marca de .500 en la Americana, debería ser mucho mejor al liderar la mayoría de las categorías ofensivas como visitantes en el nuevo circuito, como hits (538), carreras anotadas (282), impulsadas (271) y son segundos en cuadrangulares (75).

Para los Yankees no hay nada como jugar en su estadio y así lo podrán hacer en 28 ocasiones hasta el 1 de octubre.

No sólo eso, 14 de esos 28 partidos en casa serán contra rivales divisionales. Fuera de Toronto (4-8), los Yankees cuentan con un récord ganador ante todos sus oponentes del Este de la Americana, con marca idéntica de 8-5 ante los Rays de Tampa Bay y Orioles de Baltimore, y 8-4 sobre los Medias Rojas de Boston.

Además, a pesar de tener que medirse en series de tres partidos a sólidos equipos como los Astros y los Mellizos, ambos cuentan con pésimos récords como visitantes, Houston (24-35) y Minnesota (21-34).

Ahora quedará de los Azulejos demostrar que su marca de 12 ganados y sólo tres perdidos en agosto no fue un espejismo, porque aunque dominen a los Yankees en los siete partidos que les quedan por disputar, lo que cada equipo sepa hacer con los oponentes más débiles el resto del año será lo que marcará la diferencia, y les garantizo que el resto del béisbol buscará vestirse de aguafiestas.

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