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Washington rompe cadena de fracasos en postemporada

En el último suspiro, los Washington Nationals ganaron por primera vez un juego de postemporada en que enfrentaban la posible eliminación.

De paso, dejaron en el camino a los Milwaukee Brewers al vencerlos 4-3 en el juego de comodines de la Liga Nacional, con que dieron inicio los playoffs del 2019.

El jovencito Juan Soto fue el héroe indiscutible del encuentro, con su cañonazo en el cierre del noveno con las bases llenas, que se combinó con un error del patrullero derecho Trent Grisham, para limpiar las almohadas y darle un vuelco de 180 grados al marcador.

Soto había fallado en sus tres primeros turnos, con dos ponches incluidos, pero a la hora buena le pegó hit al supersónico cerrador zurdo Josh Hader con dos outs en la pizarra.

Hader, salvador de 37 partidos en la campaña regular, se presentó con poco dominio de la zona de strikes y primero golpeó al emergente Michael Taylor, luego admitió imparable de bate partido del también sustituto Ryan Zimmerman y embasó por boleto a Anthony Rendón.

Si el manager Craig Counsell no levantó del montículo a Hader después del pasaporte a Rendón, a pesar de su manifiesto descontrol, habrá sido por la condición de zurdo del jovencito dominicano, quien echó por tierra la teoría y le despachó el lineazo a la pradera derecha.

El otro villano de la noche fue el novato Trent Grisham, quien al entrar a cortar el batazo de Soto, perdió la pelota y permitió que Rendón anotara desde primera la carrera que decidió el encuentro.

Fue ahí, a la defensa, cuando se echó más en falta la ausencia de Christian Yelich, un ganador de Guante de Oro que si bien no hubiera podido evitar que anotaran los corredores de tercera y segunda con las carreras que empataban el choque, pues tiene menos brazo que la Venus de Milo, al menos, con su experiencia, habría sabido cerrar la pelota e impedido que se fuera hacia atrás, como sucedió con el debutante Grisham.

Pero quizás el gran causante de la derrota, más que Hader o Grisham, haya sido el manager Counsell, quien una vez más fue traicionado por los nervios, cuando tuvo el triunfo al alcance de la mano, como le sucedió el año pasado en la Serie de Campeonato de la Liga Nacional ante Los Ángeles Dodgers.

Hader es su cerrador y tal vez se apuró al llamarlo a trabajar en la octava entrada con ventaja de 3-1, a pesar de que el también zurdo Drew Pomeranz, tercer pitcher que utilizó en la jornada, había trabajo dos episodios perfectos, con dos ponches.

Y tratándose de un serpentinero experimentado con gran camino recorrido como abridor, perfectamente pudo haberle dado un inning más, para reservar a Hader para su habitual novena entrada.

Por su parte, el mentor de Washington, Dave Martínez, se la jugó con su principal carta, el diestro Max Scherzer, como lo hubiera hecho el 95 por ciento de los dirigentes, con todo y que el astro de los ojos de colores distintos no estaba en su mejor forma.

Scherzer volvió a fallar, al permitir dos carreras antes de sacar el primer out, por jonrón del cubano Yasmani Grandal con uno a bordo y otro bambinazo en el segundo, solitario de Eric Thames.

Pero Martínez manejó bien el pitcheo y a sabiendas de que no había mañana, trajo de relevo a su segundo mejor abridor, Stephen Strasburg, quien se apuntó el triunfo con tres entradas inmaculadas.

Scherzer sigue quedando a deber en postemporada, pero al menos esta vez, la vida le regaló más oportunidades para reivindicarse, aunque para ello tenga que hacerlo nada menos que frente a los Dodgers, rival de Washington en la próxima serie divisional.