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¿Le cerró la puerta el Tata a Marcelo Flores?

LOS ÁNGELES — Marcelo Flores hila fantasías de día. Gerardo Martino las deshila de noche. El atacante del Ársenal espera el llamado a Qatar. El Tata, le advierte, sin hablar con él, que no puede poner condiciones.

Queda claro, en la estática, en la interferencia sonora, en el ruido que genera esta torcida comunicación a tres bandas, que es el modelo perfecto de la imperfección para comunicarse. Una distorsión absoluta del mensaje. Una confusión de chismorreo. Parloteo de vecindad.

Marcelo Flores quiere estar en Catar 2022. Lo deja claro, si no es con México podría ser con Canadá. Es obvio que ha elegido al Tri. Está convocado para enfrentar este miércoles por la noche a Guatemala, uno de esos juegos moleros, apéndices indeseables de la forma en que SUM tiene esclavizado, con muy buena marmaja, al Tri.

“Canadá también quiere (convocarlo), pero si México me llama al Mundial, sí, ahí es donde quiero estar", ha explicado el jugador nacido en Ontario, Canadá.

La interpretación que da Martino a la aseveración de Flores, es totalmente sesgada. El jugador no ha dado un ultimátum, ha respondido una pregunta.

De verdad, ¿el Tata se ofusca con el escenario? ¿Será posible que un tipo en la ruta a los 60 años, se irrite, se incomode, se exaspere por una respuesta específica a una pregunta ambigua, hecha a un muchacho de 18 años?

Ojo, el mismo Marcelo Flores revela que el tema de su presencia en el Tri, NO lo ha platicado con Gerardo Martino. Es decir, el técnico argentino ni siquiera ha tratado de conocer al futbolista y sus inquietudes, sus sueños, sus pretensiones. No tiene que prometerle nada, pero

tiene la obligación, sin duda, de conocer al ser humano detrás del atleta profesional. Después de todo, insisto, tiene 18 años.

Por el contrario, Martino ha sido implacable como si hablara de un deportista maduro y con recorrido. “Nosotros no tenemos que ofrecerle nada a los futbolistas. Son los futbolistas los que le tienen que ofrecer a la selección y dentro de lo que le tienen que ofrecer es el aspecto futbolístico y las ganas de pertenecer. Si no tienen ganas de pertenecer (…) no tiene sentido. Nosotros no estamos acá para ofrecerle cosas a los futbolistas. Son los futbolistas los que le tienen que ofrecer cosas a un país poniéndose la camiseta y representándolo, sobre todo con la camiseta”.

Obviamente, es un magnífico ejemplo del teléfono descompuesto. Marcelo explica su postura a pregunta específica. Martino responde a una pregunta que ya es una interpretación de la respuesta original de Marcelo, pero no es la respuesta original. Marshall McLuhan lo explica bajo una teoría profunda en “El Medio es el Mensaje”

Entiéndase que el delantero del Arsenal, no es Pelé ni es Maradona, para cambiar el destino de la selección mexicana. Es un futbolista con virtudes, actitudes y aptitudes que lo hacen apetecible dentro de un grupo competitivo.

Es decir, en un país donde las grandes referencias son Hugo Sánchez y Rafa Márquez, por su recorrido internacional, cualquier futbolista por encima de la media, no puede ser menospreciado.

En la conferencia de prensa de este martes, cuando Gerardo Martino pudo simplemente comprometerse a hablar con el impetuoso canadiense hijo de mexicanos, para evitar esa barrera ruidosa, esa distorsión del mensaje, pareció más propenso a darle un portazo en la nariz, que a la diplomacia y simpleza de un telefonazo.

Insisto: Marcelo Flores no va a hacer campeón del mundo a México, pero cuando escasean los buenos jugadores, se debe tratar de reclutarlos.

Con lo que ha mostrado entre los 17 y 18 años, en selecciones nacionales, enfrentando a jugadores Sub 20, es evidente que tiene más futuro, que el presente lastimero de otros seleccionados, como Uriel Antuna, Héctor Herrera (próximo a jubilarse en la MLS), Henry Martín, Rogelio Funes Mori, José Juan Macías, y agregue una decena más.

Es evidente que si el Ársenal de la Liga Premier lo ha convocado, sin debutarlo en la Premier League, algo atesorará el jugador para quererle poner a prueba en la mejor Liga del mundo.

Ahí, es cuando los supuestos directivos de selecciones nacionales, y el mismo Yon de Luisa, deberían sentarse a cuestionar a Martino. Vaya, si ya le han manoseado las alineaciones, las convocatorias y las logísticas, ¿por qué no hacerlo por una buena causa? ¿Por qué ante Guatemala, Martino no llamó a la base americanista que sí tenía disponible? Claro, se lo sugirieron. ¿Ahora resulta que sí quiere observar a jugadores de Pachuca que tanto tiempo desdeñó y menosprecio, y han mostrado un excelente nivel en la Liga Mx? Entonces, si quiere observar nuevos talentos, ¿qué hacen en la convocatoria Sebastián Córdova, Roberto Alvarado y Jesús Angulo, a los que ya ha citado?

Ojo: no se trata de que a partir de ahora, la selección mexicana la conformen Marcelo Flores y diez más. Ni remotamente. Se trata, sin embargo, de llevar a un jugador joven y talentoso a encarar los asombros, las maravillas, los momentos bravos y felices, de una Copa del Mundo. Madurez, le dicen.

Recuérdese, además, que en México siempre hay una o dos plazas de desperdicio, para llevar jugadores a la Copa del Mundo.

1.- ¿O ya se olvidó cómo Alberto García Aspe y Luis Hernández fueron a la Copa del Mundo 2002, y quedaron fuera Tato Noriega y Claudio Suárez?

2.- O a Ricardo LaVolpe llevando a su yerno a cuidar los nietos, cuando esa experiencia la merecían Carlos Vela o Giovani dos Santos, en una vivencia que tal vez habría dado mayores beneficios a su carrera. Ya lo de Cuauhtémoc Blanco, fue un capricho hormonal del argentino.

3.- Javier Aguirre, como ocho años antes, se entercó con el Bofo Bautista, y bajó de la caravana a un entonces prometedor Jonathan dos Santos.

4.- Juan Carlos Osorio aceptó que le agregaran a la lista a Marco Fabián de la Mora, Giovani dos Santos y Oribe Peralta, a sabiendas de que ninguno de ellos, salvo emergencia, sería utilizable.

Entonces, si al final la selección mexicana sólo sirve para satisfacer caprichos de patrocinadores, promotores, directivos, clubes y familiares, de cara a la Copa del Mundo, porqué al menos, por una vez, no aprovechar, a futuro, esos cupos. Recuérdese que para el Mundial de Qatar se dispondrá de 26 espacios para jugadores, por delegación.

Pero, parece que Martino prefiere jugar al teléfono descompuesto, esperar una visceral opinión de su caballerango Jorge Theiler, antes que, al menos, por rescatar a un jugador ilusionado, dialogar con Marcelo Flores y conocer qué hay detrás del futbolista, en las entrañas estrictamente, del ser humano.

Si es por el costo de la llamada, que tema le mengüe su salario multimillonario, bien puede conseguir tarjetas prepagadas de cortesía con el patrocinador de la selección mexicana. O total, que llame por cobrar.

Y por otro lado, recuérdese la larga lista de vetados de Gerardo Martino en este proceso mundialista. Tiene más inquilinos en esa lista negra, que decentes actuaciones del Tri en el Octagonal. Una respuesta que él considere inadecuada, basta para tachar el nombre en rojo.