Si eres aficionado a los Raiders, primero permíteme felicitarte por tu resistencia, no cualquiera. Tu equipo se pasó una década y media en la obscuridad, en los calabozos más profundos de la NFL. Normalmente en noviembre la temporada estaba liquidada, las esperanzas de postemporada se iban como agua entre las manos.
Hoy la historia ha cambiado. Al fin terminarán con récord victorioso, aspiran a ganar la división más competitiva de la NFL y a recibir los playoffs en casa. ¡Número uno en la siembra! Se supone que no debo escribir esto, pero me da mucho gusto por ustedes. Los Oakland Raiders tienen tradición, personalidad propia, historia y una larga lista de integrantes del Salón de la Fama. ¡Enhorabuena!
Después de pegar serios petardos con Kerry Collins, Andrew Walter, Daunte Culpepper, JaMarcus Russell, Jason Campbell, Carson Palmer y Terrelle Pryor, al fin tienen un verdadero quarterback. Derek Carr tiene todo lo que puedes pedir: hambre de triunfo, carácter, liderazgo, preparación, profesionalismo y una constante evolución desde que llegó a la NFL.
Es en el cuarto período y en tiempo extra cuando Carr mejor juega. Así lo reflejan sus 10 series ofensivas ganadoras desde que llegó en 2014 a la NFL, y sus 10 pases de touchdowns y apenas 1 intercepción en este 2016. Carr ha sabido ayudarse de la línea ofensiva más cara de la NFL, es el quarterback menos capturado con apenas 13; y de herramientas como Latavius Murray, Michael Crabtree, Seth Roberts y Amari Cooper.
Bill Musgrave, el coordinador ofensivo, es lo suficientemente creativo para aprovechar todas sus armas. Usa un sexto liniero ofensivo recurrentemente; si le frenan el ataque terrestre, involucra a los corredores con pases cortos, como hizo en México ante Texans y completó pases para casi 200 yardas; si desactivan a Cooper, explota a Crabtree en el juego vertical.
Su defensiva permite muchas jugadas grandes, pero las compensan a la ofensiva. Contra Carolina por ejemplo, los Panthers hicieron tres jugadas de 40 yardas o más; ellos respondieron con cuatro de 25 yardas o más. Su perímetro deja mucho que desear, pero en cualquier momento Khalil Mack o Bruce Irvin hacen una jugada grande presionando al quarterback rival. Y muy pronto agregarán un jugador más a su front-seven que puede ayudar a generar más presión al quarterback rival, Aldon Smith.
¡Bienvenidos de regreso a los primeros planos queridos Raiders, se les extrañó mucho! Hoy tienen un equipo con mucho talento, bien manejado por Jack del Rio y Reggie McKenzie desde la oficina. Un juego con ustedes es garantía de espectáculo, y de ninguna manera los descarto para llegar lejos en esta misma campaña.