BUENOS AIRES -- Al margen del entretenido espectáculo que disfrutaron miles los espectadores en Mar del Plata y muchos más a través de la televisión, el triunfo de Racing sobre Boca quizá no deja mayores concusiones para los DT de uno y otro equipo.
Cada verano se repite la misma sensación: los partidos se hacen para cumplir con un programa y cobrar el caché. Pero pocos se los toman en serio como preparación para la competencia oficial.
Paradojas estivales, Racing, que estrena director técnico, luce sólido y su juego fluye armoniosamente. La estructura montada por Cocca –en la que el deslumbrante Bou marca una apreciable diferencia– no se vio afectada por el nuevo discurso y los nuevos hábitos que caracterizan los cambios de gestión.
Mientras que la novedad sonaba conocida por el lado de Racing, el campeón Boca desnudaba su precariedad defensiva y una desorganización propia de equipo que está dando los primeros pasos.
Claro, el Vasco Arruabarrena decidió no incluir un solo titular. Le pareció que enfrenar a la Reserva era un ensayo más productivo para el Boca oficial y dejó a sus mejores hombres en casa.
De modo que si Magallán y Rolín fueron un colador, el entrenador no tiene por qué afligirse. Su plan original incluye en la zaga a Tobio y el Cata Díaz, a los que, sin embargo, opta por preservar en las pruebas más exigentes y necesarias cuando se pretende garantizar el entendimiento.
El hincha boquense deberá aceptar determinaciones curiosas. Por caso, que el Vasco prefiera que sus titulares jueguen partidos de entrenamiento a puertas cerradas en lugar de hacerlo frente al público que sufre la abstinencia del verano y está ansioso por ver a sus ídolos.
Se supone que los hinchas se salen de la vaina por ver la lujosa dupla Tevez-Osvaldo en acción.
¿Cómo se corregirán problemas?, ¿cómo se acoplarán sin crisis los nuevos? ¿cómo se obtendrá rodaje si el DT opta por no competir? ¿No es la puesta a punto la finalidad de estos amistosos?
Por supuesto, ante River, un clásico cuyo resultado puede dejar secuelas graves, Arruabarrena alineará a los mejores. Así que para hablar de Boca versión 2016 habrá que esperar al menos hasta el sábado.
Del otro lado, la alegría de un triunfo holgado le permitirá a Racing enfrentar la fajina semanal con entusiasmo. Pero es difícil que jugadores y cuerpo técnico se la crean.
Fueron superiores a Boca, es cierto. Un Boca, eso sí, de emergencia, de compromiso. No se trata de una medida real.
El Superclásico tal vez se asemeje más a las competencias formales y ambos la encaren con verdadero rigor profesional.