BUENOS AIRES -- Hace mucho tiempo que no me siento ante el televisor a mirar puros superclásicos. Domingo gris e ideal para el fútbol. Domingo de melancolía y de tristeza. Pagué a una empresa con internet satelital e invité a mis amigas cubanas Bárbara y Belkis. Estoy pasando unos días en La Habana, solo ante el mar, vivo en un departamentito de un barrio llamado Varadero.
Abro mi ventana todas las mañanas y una gran estatua de bronce de Camilo Cienfuegos me da la bienvenida. El mar siempre está bravío. Los atardeces son fosforescentes y a veces, me agarro un vaso de vodka y me subo a la terraza ver morir al sol, allá bien lejos, sobre el mar. ¿Qué habrá del otro lado del horizonte?
Miami...
Camino por el malecón, entro a un kiosquito y me compró una gaseosa cola fría y una botella de vodka y espero a Bárbara y a Belkis. Ellas jamás en su vida vieron fútbol argentino ni ningún otro. Hace días que les hablo y le entró una curiosidad a estas negras. Las conocí en la calle, en la Avenida Lara, rumbo a la heladería Coppelia. Era unos de esos días húmedos, calurosos en los que no se puede estar y decidí salir a la calle.
River-Boca y Racing-Independiente, esperan a mis amigas... Tocan el timbre justo unos minutos antes del partido. Mi televisor brilla loco de contento. Yo ya tengo todo preparado y nos sentamos frente al televisor. Por supuesto, no vienen solas, siempre se traen algún familiar, un hijo, un sobrino, un amigo directo que sus padres se marcharon a Estados Unidos en el período especial y todo eso que es pura tragedia de la historia contemporánea cubana.
"Oye, Cucu, ¿tienen que meter la pelota en el arco?", me pregunta Bárbara, ya un poco aburrida a los 20 veinte minutos del primer tiempo. Pablo Perez fue expulsado por un tremendo patadón al moreno jugador de River Plate.
- Claro, Bárbara, de eso se trata. Tiene que meter la pelota en la red y eso es un gol.
- ¿Y por qué no la meten? ¿Por patean la pelota tan alto y luego la cabecean, no tiene sentido? ¿No es mejor patear al arco?
Es complejo explicar el fútbol a gente que nunca antes lo vio. Imagino que será lo mismo de difícil que explicarme el beisbol a mí.
"¿Y por qué ese hombre dice que Dálessandro sabe jugar al fútbol? ¿Los demás no?" Contraataca Belkis y es una pregunta dificilísima de responder. Ensayo una pregunta de cotillón.
- Porque es habilidoso con la pelota y ¿ves? ¡Patea al arco! Él sí quiere convertir un gol.
- Ahora voy entendiendo, papi, es habilidoso porque patea al arco.
- Algo así.
Ver fútbol lejos de Argentina es todo un tema. Mis amigas se aburrieron. “Cucu, el fútbol es aburrido”, me dijeron. Se levantaron y se fueron a escuchar salsa al bar de abajo. Cuando termine todo iré con ellas.
Me quedo colgado mirando al Mellizo gritar en el banco de suplentes. Boca juega poco y nada. River también.
Cuando termina bajo al bar y me siento a tomarme mi sexto ron. La salsa es una compañía ideal.