<
>

Un día como hoy, hace 24 años, acabó la era Cruyff en el Barcelona

BARCELONA -- El final de una época, el de una saga ganadora, suele ser tan amargo como difícil de digerir. Le ocurrió al Real Madrid de la Quinta del Buitre, que tras dominar con puño de hierro la Liga española durante cinco años se vio superado por el Dream Team… Y le ocurrió a ese Barcelona de Johan Cruyff, que un 18 de mayo, en 1994, despertó abruptamente del sueño.

Aquel día significó el principio del fin. Del Dream Team que fue aplastado en Atenas por el Milan y del propio Cruyff, que justo dos años después, el mismo 18 de mayo pero de 1996, fue despedido de mala manera como entrenador del equipo azulgrana.

1994

18 de mayo. Cuatro días antes, contra toda lógica y alcanzando el límite de lo verosímil, el Barça conquista el título de Liga, el cuarto al hilo, gracias a un penalti fallado en el último suspiro del campeonato por Djukic, que enterró las esperanzas de un Deportivo que tardaría seis años en lograr el trofeo. Borracho de felicidad, acaso creyéndose invencible, el equipo azulgrana acude a Atenas para enfrentarse al Milan en la final de la Champions, convencido de una victoria que nadie duda.

“Cuando vi que no jugaba Laudrup me convencí de que ganaríamos” afirmó tiempo después Fabio Capello, entrenador del equipo que arrasó, literalmente, al Barça en Atenas. En una época en que solo podían jugar tres futbolistas no seleccionables, Cruyff solventó dejar fuera de la convocatoria al danés, formando con Koeman, Stoichkov y Romario. Y la apuesta del holandés desembocó en una auténtica masacre porque el Barcelona fue un juguete roto a manos de un rival que le pasó por encima.

El Barça ni preparó (no tuvo tiempo) aquella final porque se pasó el mes anterior centrado en la conquista de la Liga; el Milan, por el contrario, llevaba un mes largo centrado en el partido. Campeón del Scudetto desde el 17 de abril, la Serie A había acabado oficialmente el uno de mayo y en Milanello solo se vivía y respiraba por la final.

¿El resultado? 4-0. A los 22 minutos, en su tercera llegada a portería y cuando el Barça ni había avisado a Rossi, Massaro abrió la cuenta, que amplió en la última jugada del primer tiempo. Pensando en un milagro tras el descanso, el golpe del 3-0 logrado por Savicevic apenas comenzar la segunda parte provocó un éxodo numeroso de aficionados azulgranas de la grada, que ya no vieron el cuarto gol de Desailly.

“Teníamos estudiada al detalle la final, todo lo que podía pasar, cómo jugar. Todo estaba muy preparado” explicó hace algunos meses Massaro a ESPN Deportes, durante una visita al Camp Nou en la que recordó que aquel partido “fue mucho más fácil de lo que pensamos, pero es que éramos un gran equipo y quizá algunos no lo tuvieron en cuenta”.

EL CAMBIO

Atenas significó el primer punto y aparte de Cruyff en el Barça. Apenas acabar aquella final se marcharon del club Zubizarreta y Laudrup, personajes indiscutibles del Dream Team, y con ellos Goikoetxea, Julio Salinas o Juan Carlos, secundarios de lujo de una plantilla cuya renovación encabezaron Hagi, Lopetegui y Abelardo.

Pero el final del Dream Team, el paso a una nueva era, no resultó como se esperaba. El Barça se alejó de la excelencia, el Real Madrid primero y el Atlético después le condenaron a un segundo plano deportivo y el Camp Nou pasó de la euforia a la paciencia esperando un resurgir que no llegó a producirse.

Los fichajes no funcionaron, Cruyff echó mano de la cantera alumbrando a la conocida como Quinta del Mini y confiando en su crecimiento estalló su guerra personal con el presidente de la época, Josep Lluís Núñez, que acabó siendo fatal para él. Y para el club en general.

EL FINAL

Diez días de 1996 significaron el fin del cruyffismo. El 10 de abril el Barça perdió, en la pròrroga, la final de Copa ante el Atlético de Madrid; el 16 el Bayern Múnich venció (1-2) en el Camp Nou y eliminó al equipo azulgrana en la semifinal de la Copa de la UEFA y el 20, cuatro jornadas antes de acabar la Liga y en el partido decisivo, el Atlético ganó por 1-3 para redondear la depresión.

Por más que de puertas afuera de especulase que Cruyff y Núñez trabajaban juntos en un nuevo proyecto ganador, deslizándose los nombres de Giggs, de Zidane o Rui Costa, el presidente ya tenía decidido cambiar de entrenador. Negoció en secreto con Bobby Robson y cuando el 15 de mayo el Barça se despidió definitivamente del campeonato el nombre del entrenador inglés saltó al primer plano público.

El 17 de mayo el Barcelona acordó con Robson su fichaje para la siguiente temporada y un día después una reunión en la que el vicepresidente Joan Gaspart debía acordar con Cruyff su salida al acabar el curso acabó de mala manera, con insultos, menosprecios… Y el club sentenciando su despido inmediato.

Ocurrió un 18 de mayo de 1996. Dos años después, ni un día más, desde que, en Atenas, comenzase a romperse la magia.