El poder marea, transforma, nubla. Y si algo le dio el París Saint-Germain a Kylian Mbappé para convencerlo de renovar contrato con el club y no marcharse al Real Madrid al final de la temporada pasada, fue poder.
El francés, quien pese a su juventud y múltiples conquistas tanto individuales como colectivas, solía mostrarse como un personaje centrado, sensible con las causas sociales y hasta humilde, de algunos meses a la fecha (hace cinco renovó con el PSG) parece más un niño berrinchudo que un campeón del mundo.
Con la selección ha condicionado su presencia y amenazado con no participar en sesiones fotográficas al pretender un contrato especial por el uso de su imagen; ahora se reporta que en el club no está conforme porque no juega al lado de un ‘9’ nominal y no contrataron a un defensa central tal como lo solicitó, con todo y que comparte ataque ni más ni menos que con Leo Messi y Neymar.
Tampoco son un secreto las órdenes que ha girado a ciertos compañeros, Achraf Hakimi uno de ellos, para que le pasen el balón bajo cualquier circunstancia cuando el PSG esté cerca del arco rival.
Otro elemento: una estadística al inicio de la presente campaña reveló las asistencias de gol que tanto Messi como Ney (cinco y tres respectivamente) le han dado al delantero que, a cambio, no cedió nunca el balón a ninguno de sus compañeros de ofensiva ni a cualquier otro futbolista del PSG. ¿Egoísmo?
La Temporada pasada Mbappé brilló por encima de un Neymar irregular y aquejado por las lesiones, y de un Messi sin adaptación y agobiado por los largos viajes con la selección Argentina. Sin embargo, en lo que va de este año futbolístico, la antigua dupla del Barcelona está de regreso y su entendimiento renació, situación que parece no tener nada contento al joven de 23 años que está relegado a un rol secundario.
El propio técnico del equipo, Christophe Galtier, reconoció que intenta darle gusto a Mbappé, hecho que ha quedado de manifiesto, pues se ha atrevido a sacar del campo en múltiples ocasiones a Messi y en menos medida a Neymar, pero al ‘7’ no lo toca con todo y que pueda estar jugando mal.
“Estoy tratando de tranquilizarlo encontrando diferentes opciones… No sé qué le dijo el club antes de que yo llegara en verano, pero somos muy sensibles a cómo se siente y lo que dice porque es un jugador muy importante para el equipo”, dijo recientemente el entrenador.
Mbappé es el presente y el futuro del futbol, un jugador extraordinario que está llamado a pelear por el trono que dejarán vacante los monstruos que viven la etapa final de sus carreras; sin embargo, hoy se parece más a ese Cristiano Ronaldo que si no brilla no está contento con todo y que su equipo gane, y está muy lejos del Messi humilde que siempre prioriza al equipo.
A final de cuentas, CR7 es el ídolo de la infancia de Kylian y hoy parece empecinado en imitarlo.