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Manchester United y Liverpool empataron en el clásico y se apretó la lucha por la cima de la Premier

Manchester United le puso un freno a Liverpool en su camino hacia el título de la Premier League. El empate 2-2 en el clásico disputado en Old Trafford le impidió al equipo de Jurgen Klopp recuperar la cima del campeonato, que ahora le pertenece a Arsenal con 71 puntos, la misma cantidad que los Reds, pero con mejor diferencia de goles, y uno más que Manchester City.

El colombiano Luis Díaz, con asistencia del uruguayo Darwin Núñez, había abierto el marcador a los 23 minutos en un primer tiempo de ensueño de Liverpool en el Teatro de los Sueños. La única noticia negativa fue la escasa ventaja con la que se fue al descanso tras la enorme diferencia en el juego.

La conducción de Alexis Mac Allister, más el vértigo que proponían los delanteros sudamericanos y Mohamed Salah, sumado al peligro que generaba Dominik Szoboszlai, eran demasiado para el equipo local, que solo había mostrado cierta paridad en los instantes iniciales del juego con la velocidad de Alejandro Garnacho.

Las atajadas de André Onana fueron determinantes para que la distancia en el desarrollo de la primera parte no se viera reflejada en el resultado.

El comienzo del segundo tiempo parecía una continuidad de la etapa inicial: Liverpool dominaba la pelota y avanzaba con decisión en el terreno. Pero un grosero error de Jarell Quansah, que le regaló la pelota a Bruno Fernandes en la salida desde el fondo, originó el empate. El mediocampista protugés pateó desde larga distancia cuando recibió el obsequio y convirtió la igualdad parcial. La combinación entre el fallo de Quansah y la genialidad de Fernandes cambiaron la dinámica del partido.

Liverpool ya no tuvo el control del juego. Los dirigidos por Erik ten Hag se animaron a plantarse de igual a igual, le perdieron el respeto al conjunto que había llegado a Old Trafford en busca de recuperar la cima del campeonato.

Tanto se animó el United que a los 22 minutos Kobbie Mainoo clavó un golazo al ángulo para dar vuelta el resultado. La calidad para pegarle a la pelota y la irreverencia del joven mediocampista generaban un movimiento fuerte en lo más alto de la Premier.

Mainoo, con 18 años y 354 días, se convertía en el jugador más joven de la historia de Manchester United en anotarle un gol a Liverpool en la Premier League. La marca anterior la tenía Wayne Rooney desde 2005, con 19 años y 83 días.

El equipo de Klopp fue con todo a rescatar, al menos, un empate. Le costó encontrar los espacios que había tenido más temprano en el partido. Una falta de Aaron Wan-Bissaka sobre Harvey Elliott en el área les abrió la puerta a los Reds. Salah ejecutó el penal con frialdad y anotó el 2-2 definitivo. El delantero sumó un gol más a su espectacular racha en el clásico: le convirtió 14 goles en 15 enfrentamientos contra Manchester United, equipo al que le marcó más goles en su carrera. Esos 14 tantos son el récord en la historia del clásico. Además, Salah se erigió, con 11 goles en Premier frente a los Diablos Rojos, como el jugador que más goles les metió, superando al mítico Alan Shearer.

Liverpool intentó llevarse el triunfo en los últimos minutos, pero no tuvo la capacidad para volver a ponerse en ventaja. El empate le dejó un sabor amargo a los de Klopp: ya no dependen de sí mismos para ser campeones, aunque aún resta un largo recorrido hasta el final del campeonato.