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Atacar, el camino que siguió Ecuador para jugar como un grande ante Países Bajos

DOHA (Enviado especial) -- En esta Copa del Mundo de Qatar 2022, el que ataca tiene premio. La gran mayoría de los seleccionados que salieron a proponer, a imponer condiciones y a intentar jugar en campo rival han prevalecido. Ir al frente, no especular y atacar con decisión e intensidad ha rendido frutos en lo que va del torneo. Gustavo Alfaro tomó nota de esto y la Selección de Ecuador redondeó una actuación impecable en el empate frente a Países Bajos en la segunda jornada.

La Tri jugó como un grande. No se guardó nada, algo indispensable en un Mundial, pero esa actitud no fue solo en el sentido defensivo del concepto. También fue generosa en el gasto de energías para intentar lastimar a la Naranja. Lo hizo sobre todo en los primeros veinte minutos, en los que fue una verdadera tromba y se llevó puesto a su rival sin importarle demasiado los pergaminos. Allí comprendió que estaba en condiciones de ganarle a cualquiera. Necesitaba esa muestra tan palpable de su poderío.

Gustavo Alfaro lo dijo en la conferencia de prensa previa: "Siempre podés defender, pero si solo nos quedamos ahí vamos a perder la mayoría de los partidos. Si a los rivales más grandes no los obligas a correr hacia atrás en determinados momentos del partido, vas a tener problemas". Eso fue exactamente lo que hizo su equipo en el estadio Khalifa, obligó al conjunto dirigido por Louis Van Gaal a correr hacia atrás. Lo arrinconó en el inicio del segundo tiempo, lo empató y estuvo a punto de pasar al frente. Jugó como una selección con ambiciones serias de llegar bien lejos.

Esta Copa otorga la invaluable oportunidad de presenciar y seguir en detalle varios partidos. Incluso más de uno en el mismo día. La singularidad logística permite ver mucho mejor las características del juego que se ha desarrollado. Y, además del gran ritmo que han tenido la mayoría de los cotejos, también se puede decir que los más audaces llegan al éxito, salvo excepciones.

Alfaro comprendió que así era y modificó un poco su idea primaria. Es que en Argentina se lo reconoce como un entrenador muy rendidor que siempre ha privilegiado el orden y el equilibrio por sobre la prepotencia ofensiva. Sin embargo, en el desafío más importante de su vida ha demostrado valentía incluso contra adversarios de mayor calidad.

En el primer tiempo, su equipo se encontró en desventaja demasiado rápido, cuando aún no se podía sacar conclusiones sobre cómo sería el juego. A los cinco minutos ya perdía 1-0. El primer indicio de que podía ser una buena noche para Ecuador fue el hecho de que no se desesperaron ni cambiaron el libreto. La línea de tres tuvo algunos errores normales de sincronización que afectaron al mediocampo, pero nunca fue superado con amplitud por el combinado neerlandés.

Lo mejor llegó tras el descanso. En esos quince minutos, Alfaro tocó el corazón y las cabezas de sus futbolistas, que salieron a comerse vivo a uno de los favoritos a ganar el Mundial. La furia de la Tri en el inicio del complemento ya puede destacarse como uno de los mejores pasajes de fútbol colectivo en el certamen.

Los líderes de esa presión asfixiante fueron Pervis Estupiñán, Moisés Caicedo y Enner Valencia. Detrás, Piero Hincapié adelantó la línea defensiva y en la derecha también se mostró siempre como salida Ángelo Preciado. En ese contexto, el lateral izquierdo fue el mejor. Incansable para escalar pero también pensante y resolutivo, participó del gol del empate y fue siempre un peligro para Países Bajos. Por su parte, el mediocampista de Brighton fue clave en la presión alta y Valencia volvió a ponerse el traje de crack mundial no solo para marcar sino también para crear.

Ecuador podría haberle ganado a Países Bajos. Hablar de merecimientos en este juego es inútil, pero sí se puede afirmar que hizo todos los méritos para lograr la victoria.