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Blog de Rafa Ramos: Mariposas de Fernando Beltrán estercolan a Chivas y alertan al Tri

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Hugo Sánchez advierte que saldrá a la defensa de Jaime Lozano si incian las presiones (1:56)

El 'pentapichichi' señaló que se le ha tenido paciencia a técnicos extranjeros y deberá ser lo mismo con el 'Jimmy' (1:56)

Fernando Beltrán desnudó los deficientes manejos tácticos y emocionales de Veljko Paunovic en la Final de mayo pasado ante Tigres, un aviso que puede servir a Lozano en el Tri.


LOS ÁNGELES -- Entre el Efecto Mariposa y la Teoría del Caos. Fernando Beltrán estercoló a Chivas, a su entrenador y a sus compañeros, pero, tal vez, mandó de rebote, un recordatorio de alerta a la Selección Mexicana y a Jaime Lozano, no sólo para enfrentar a Honduras, sino al descomunal desafío en la Copa del Mundo 2026.

En un espacio en YouTube, el ex jugador Miguel Ponce, integrante del Salón de la Infamia de los “ya meritos”, charló con quien es eventualmente uno de los capitanes de Chivas y uno de sus mejores futbolistas.

Entre anécdotas, avivadas con un lenguaje perdulario y procaz, y entre más mentadas de madre que en un convento en quemazón, Beltrán coincide con Ponce en los deficientes manejos tácticos y emocionales de Veljko Paunovic en la Final de mayo pasado ante Tigres, pero hace especial énfasis en la carencia de un líder genuino en la crisis del medio tiempo.

Beltrán respalda y profundiza la teoría de los errores de Paunovic en esa Final, viéndose como deficiente ajedrecista, pero, aún como un peor caudillo del grupo, aunque enfatiza que una gran responsabilidad fue totalmente de los jugadores.

En síntesis, establece que el trabajo perfecto de aquellos primeros 45 minutos en la Final ante Tigres, con el 2-0 de ventaja, se colapsó, se resquebrajó en los 15 minutos de descanso.

El esfuerzo de 22 partidos y medio se fueron a la cloaca en el entretiempo, irónicamente, porque, supuestamente, ese remanso del medio tiempo debe servir para las grandes soluciones y para las grandes consolidaciones. Debe ser un oasis para fortalecerse y no para debilitarse.

Brutalmente, Beltrán explica que, en el vestidor de su propia trinchera, el Estadio Akron, en lugar de armonía, solidaridad, hubo caos. Hubo discusiones, reclamos, enfrentamientos, y, lo más grave, según el jugador de Chivas, ocurrió por situaciones banales, factibles todas ellas de dialogarse, pero de la desesperación pasaron a la histeria.

No queda ahí esta catarsis de Beltrán en este confesionario con Miguel Ponce. En medio de semejante rebatinga, pone a danzar en el comal ardiente de las dudas, la capacidad de Paunovic para tomar el control como caudillo obligado, y reencauzar los ánimos, encendidos y dispersos, hacia un compromiso común.

Pero, la queja, con ese alarido oculto de denuncia, es que, entre sus compañeros y él mismo, no surgió una voz de mando, de cordura, de conciliación, ante la mudez estupefacta del entrenador. Caos. Y en esa Final estuvieron veteranos como Víctor Guzmán, Pollo Briseño, Alan Mozo y Alexis Vega, jugadores con recorrido, algunos en selección nacional, en mundiales, campeones en otros equipos, o hasta con un paso breve por Europa.

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1:28
Así fue el primer entrenamiento de Julián Quiñones con la selección mexicana

El flamante convocado por Jaime Lozano trabajó al parejo para adaptarse lo más pronto posible al grupo.

Pero no surgió nadie. La histeria colectiva arruinó un cierre de campaña de ensueño. Habían echado en Liguilla a Atlas y a América, sus dos supremos antagonistas en la historia, y una guerra tenaz, de 22 batallas y media.

Aquella fábula ilusa, fantasiosa, alucinada, demencial de Paunovic y sus fastuosos capitanes de “cinta negra”, una verborrea grupal e interna desde el torneo anterior, terminó hecha añicos. No hubo senseis a las puertas de la gloria.

¿Cuál es el Efecto Mariposa de la catarsis de Fernando Beltrán con la Selección Mexicana? Tal vez le agregue detalles a un tipo devoto de involucrarse con las condiciones y situaciones emocionales de los futbolistas como lo es Jaime Lozano.

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4:12
Jimmy Lozano sobre como ha logrado el convecimiento de los jugadores del 'Tri'

El técnico de la selección mexicana charló con el pentapichchi en Hugo Sánchez Presenta.

Aguardan las encerronas con una Honduras renovada, en todos sentidos, y con un entrenador especialista en labores pragmáticas como Reinaldo Rueda, aunque con más fracasos que éxitos con selecciones nacionales.

Los dos más recientes mundiales han cuestionado las habilidades de liderazgo y de hidalguía y fortaleza ante desafíos importantes. En Rusia, Juan Carlos Osorio fracasó para despertarles la enjundia antes de Brasil, y en Qatar, Gerardo Martino castró, emasculó, futbolística, táctica y emocionalmente al grupo, para el juego ante Argentina.

Osorio hizo años después una dolorosa y doliente revelación. Le preguntó a sus jugadores, antes de salir a la cancha ante Brasil, si estaban listos para jugar el partido más importante de sus vidas. Sólo encontró el ominoso ruido del silencio. Los supuesto líderes como Rafa Márquez, Andrés Guardado, Guillermo Ochoa o Javier Hernández, estaban bloqueados. Y sí, el Tri se caricaturizó en la cancha ante Brasil.

Martino convenció a su plantel de que era imposible no perder con Argentina. Embaucó al grupo con la idea del empate. Los futbolistas se molestaron, pero lo hicieron evidente hasta después del juego. No hubo un líder que se rebelara a la tendenciosa y humillante verbosidad del Tata. No fueron capaces ni los Guardado, ni los Ochoa, ni los Moreno, ni los Chuckys, y mucho menos lo iba a hacer el invitado de piedra, el infiltrado Rogelio Funes Mori.

Porque ya ha habido casos de amotinamiento en selecciones nacionales. Amotinamientos saludables, como el ocurrido ante Estados Unidos en Columbus, con el mismo Osorio, partido en el cual entre Márquez y Guardado tomaron el control del Tri, y rompieron el maleficio del 2-0.

Recuérdese que Chivas es, en sentido figurado, “más mexicano” que el Tri en su plantel, quien cuenta con dos naturalizados, que además le sientan bien al grupo, lo fortalecen, como Julián Quiñones y Santiago Giménez. Así que Lozano deberá trabajar con y por ese ADN.

Afortunadamente, El Jimmy entiende mucho mejor esa extraña idiosincrasia del futbolista mexicano, dispuesto más a vender cara la derrota que a pagar cara la victoria, corroborando la eterna reflexión de Octavio Paz: “El mexicano teme más a la victoria que a la derrota”, y el mismo Premio Nobel de Literatura enmarca la dualidad efímera de un desenlace: “Toda victoria es relativa y toda derrota es transitoria”.

Habida cuenta que Jaime Lozano no tiene entre su listado de candidatos a Beltrán, tal vez no llegue a enterarse de una de las disecciones, de una de las autopsias de uno de los fracasos más sonados en una Final del futbol mexicano, como la que hace el eterno “Nene” en ese podcast con Ponce.

O, tal vez, todo esto ya lo sabe bien el técnico del Tri, pero es deseable que el Efecto Mariposa de este desahogo, de este acto tardío de purificación de Beltrán, prevenga otro caos emocional en el vestidor de una Selección Mexicana.