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La historia de Diego Gurri, exjugador de Boston y Tigre, que estuvo 10 meses preso y quiere volver a jugar

“Caí en una depresión y un cúmulo de cosas negativas que me llevaron a entrar en una vida fea, de drogas, que después que entrás es difícil salir”, dijo el jugador. @BostonRiver

Diego Gurri, jugador que se destacó en Boston River y lo llevó a emigrar a Tigre de Argentina y La Guaira de Venezuela, reveló que tras estar 10 meses preso por una depresión que lo llevó a meterse en un camino de drogas, quiere volver a jugar al fútbol.

Gurri fue un referente de Boston River, club al que llegó en 2009/2010 procedente de Unión Santa Rosa, y sus buenos rendimientos lo llevaron a emigrar a Tigre de Argentina (donde fue dirigido por Caruso Lombardi) y La Guaira de Venezuela.

El valor de Gurri en Boston River quedó reflejado a través de las redes sociales del club. El 23 de febrero de 2021, el elenco sastre lo saludó por su cumpleaños: “Hoy cumple 28 años un jugador muy querido y valorado en el club. Diego Gurri, llegado en la temporada 2009/10 (Unión Santa Rosa), y desde ese instante siempre vinculado al Boston”.

En 2021, cuando se fue a Progreso, el presidente de entonces, Sergio Pérez Lauro, expresó: “Te fuiste como llegaste en silencio. Sos el jugador que más veces vistió la camiseta de Boston River en el fútbol profesional y nos diste muchísimas alegrías. Ojalá que este paso por una gran institución como Progreso sea un trampolín para el retorno a tu casa. Te deseo lo mejor”.

En el club de La Teja jugó pocos partidos y se le perdió el rastro dentro del ambiente futbolero. ¿Qué pasó con Diego Gurri?

“La vida misma te lleva a tropezar, a darte de frente contra la pared, y cuando te querés dar cuenta es tarde y ya estás privado de libertad. Me metieron preso y así fue como me fui despertando y me di cuenta de que había perdido todo. En un segundo me encontré detrás de las rejas por malos pasos que fui dando, sin darme cuenta capaz, o no queriéndolo ver, porque mi familia me lo decía”, comenzó diciendo el jugador en el programa Minuto 1 de Carve Deportiva.

Gurri fue apresado el 1º de julio de 2023 en la Unidad 1 de Punta de Rieles y el pasado domingo recuperó la libertad.

Consultado sobre los motivos que lo llevaron a estar preso, el jugador expresó: “Fue un momento feo del que uno se acuerda y se le pone la piel de gallina. En la vida hay gente buena y gente mala. Caí en una depresión porque se me vinieron cosas complicadas en la vida. La separación de la madre de mi hijo y el hecho de no poder verlo, excusas no, pero que en su momento fueron golpes fuertes que no me dejaban levantar de la cama para ser feliz. Aún me afecta porque hablo de mi hijo y me pongo mal, y después la pérdida de un amigo de la infancia como Emiliano Cabrera, que jugaba en Boston y se ahorcó”.

Gurri agregó: “Eran un cúmulo de cosas negativas que a uno lo nublaban y eso me llevó a entrar en una vida fea, de drogas, que después que entrás, si no buscas ayuda es difícil salir. Yo no busqué la ayuda que debía buscar, creía que me las sabía todas, y no me daba cuenta que estaba perdiendo todo. Después que estás adentro no hay marcha atrás, no vale un perdón, un me arrepiento, y eso fue lo que me llevó a estar en prisión. Las malas juntas capaz, pero no le hecho solo las culpas a los demás porque va en uno también. Y bueno, ese mal momento me llevó a esas cosas, a esa vida gris, mala, donde perdí todo”.

En ese momento Gurri jugaba en Progreso, club que pretendió ayudarlo como reveló en la nota: “Me quisieron poner un psicólogo pero yo ya estaba en la mala, rodeada de gente mala que iba conmigo a las canchas y me esperaban en un auto a la salida para ir a hacer cosas”.

El jugador, que actualmente tiene 31 años, dijo que en el período en el que estuvo preso se preparó para volver a jugar al fútbol. “Me enfoqué en entrenar con un profesor, que por circunstancias de la vida le tocó estar ahí también, y lo hacíamos con lo que teníamos, por ejemplo, circuitos con botellas. Además, en el sector había una selección y tuve la posibilidad de salir a jugar al fútbol”.

Gurri concluyó diciendo que ahora que recuperó la libertad quiere volver a la actividad y reveló que tiene pensado hablar con su excompañero y actual presidente de la Mutual de futbolistas, Diego Scotti, para ver si lo autorizan a entrenar con el equipo de la gremial.

“Quiero volver a jugar al fútbol, pero hay que vivir, hay que comer, tengo que mantener a mi familia que fue un pilar fundamental en estos 10 meses y son mi motivo. Pero quiero jugar porque tengo esa espina que me quedó y espero tener una oportunidad para demostrar que estoy con más ganas que nunca”.