Rayo Vallecano alcanzó a rescatar un punto con inferioridad numérica

Paola Núñez | Corresponsal

MADRID -- En inferioridad numérica tras la expulsión de Morcillo, Rayo Vallecano logró rescatar un punto del encuentro disputado este jueves en Vallecas gracias a un empate 1-1 con Valencia.

Un descuido de Alves tuvo el Rayo Vallecano para adelantarse en el marcador, ventaja que el Rayo no supo administrar y que perdió en un momento demencial, que le costó una roja y dos valiosos puntos. Habían transcurrido ya 19 minutos en que Valencia apenas había podido cruzar el campo hacia el área de Toño de tanto empeño que ponía el Rayo Vallecano en adelantarse lo más pronto posible. Valencia intentaba mantener un digno cerco en torno a su portería, y aunque anuló efectivamente al máximo goleador de Vallecas, Alberto Bueno, cometió el error de dejar escapar a Adrián Embarba.

El mediocampista del Rayo dominaba la banda, cuando no hacía aguas con sus carreras por el centro. Pero Valencia lo subestimó. Con sigilo se internó en el área y para cuando Barragán se dio cuenta e intentó bloquearlo, Embarba ya había lanzado un disparo desde el borde del área. No fue el disparo más potente ni llevaba veneno; fue, mejor dicho, ordinario y, encima, iba dirigido a las manos del arquero valencianista. Pero Alves no pudo controlar el balón y lo dejó escapar después de que le pegara en las manos e, irremediablemente, se coló en la red.

La ventaja dejó tranquilo al Rayo, que se entregó a la pasividad sin tener en cuenta que tenía enfrente a un contendiente por la tercera plaza de la tabla, que no es poco. Por fortuna para lis de Jémez, también el Valencia pasó por alto el detalle. El conjunto naranjero desaprovechó los numeroso regalos de la defensa rayista al punto del absurdo; sobre todo Negredo, que en las dos más claras dejó todo en un susto para el Rayo.

La amenaza de los últimos minutos de la primera parte sirvieron para que el Rayo aumentara la presión y buscara con ahínco el segundo. Pero cuando más cerca estaba Manucho de ajustar bien la mirilla, el partido la suerte se volvió a torcer para los de Vallecas. Valencia había amenazado con el enésimo disparo flojo de Álvaro Negredo y la defensa local se multiplicaba para pelear con sus limitaciones y mantener lejos a gente más peligrosa, como Dani Parejo. Y ahí fue donde se torció la suerte para los locales.

Con media hora por jugarse, Morcillo vio la roja por una falta en el borde del área, una decisión arbitral que desató polémica pues los locales reclamaban obstrucción de Negredo. De nada sirvieron las protestas a los locales. Como consecuencia, el silbante concedió el libre directo a Valencia para que Parejo, haciendo gala de la técnica, pusiera el 1-1 en el marcador.

Creció la tensión en Vallecas mientras los locales se replegaban para evitar que la visita hiciera más daño mientras los nervios se apoderaban del temperamental técnico Paco Jémez. Encendido, el canario protestaba cada decisión con más rabia, hasta que a 15 del final, el árbitro terminó por hartarse y lo expulsó. El mundo se le venía encima al Rayo, que a este punto, parecía condenado al naufragio. Pero ni eso supo aprovechar Valencia. Al contrario, losde Nuno permitieron que lis franjirojos se reagruparan y con mayor frialdad, pusiera mayor resistencia a las llegadas rivales y que incluso se animara a probar suerte ocasionalmente para cerrar el partido de la manera más digna que pudo: fiel a su costumbre de morir matando.

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