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Héctor Herrera: La primera gran necedad de Jaime Lozano

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Héctor Herrera: Los tiempos de Dios son perfectos (1:18)

El mediocampista mexicano habló su presente en la MLS y el llamado a la selección nacional. (1:18)

Su calidad y el destacado desempeño que tuvo en los Mundiales de 2014 y 2018 no está en tela de juicio; sin embargo, desde hace un rato que ‘HH’ no tiene argumentos para justificar un llamado a la Selección Mexicana ni para competir en la élite.

Sobrado de soberbia tan pronto se dio a conocer su regreso a la Selección Nacional en la primera convocatoria de Jaime Lozano, Hector Herrera proclamó ser poseedor de una de las mejores carreras que un futbolista mexicano pueda presumir.

Desestimó a sus críticos, quienes “se creen los ‘Messis’ del futbol y nunca han pateado un balón”, se dijo realizado al “estar en donde quiere estar” e hizo oídos sordos ante las voces que no tengan alabanzas y camaradería barata hacia él debido a su trayectoria.

De su desempeño en el Mundial de Qatar e incluso dos años antes cuando el Tricolor se hundía dramáticamente mientras Gerardo Martino, directivos y futbolistas se tapaban los ojos, no dijo una sola palabra.

En una entrevista concedida a un adulador de la televisora oficial del equipo nacional, el ahora mediocampista del Houston Dynamo lanzó algunos balbuceos difíciles de descifrar en los que se ufanó de volver a portar la camiseta de la Selección con la etiqueta de “histórico”.

Vamos por partes. En los Mundiales de 2014 y 2018, sin duda alguna Herrera fue uno de los jugadores más destacados —o el más— del Tricolor. También conformó y tuvo un rol importante en el equipo que ganó la medalla de oro en Londres 2012.

A la par, ha sido protagonista de capítulos vergonzosos del futbol mexicano como el ridículo histórico en la pasada Copa del Mundo, el 7-0 ante Chile, las tres derrotas consecutivas frente a Estados Unidos —dos en Finales— y algunos otros tropiezos poco dignos.

Un gran futbolista, sin discusión. Del que ya pasaron sus mejores años y que desde hace un buen rato no tiene argumentos para aparecer en una convocatoria de Selección Mexicana y mucho menos ser titular.

Herrera ya no compite en la élite; para ser más claros, ante rivales de la Concacaf, casos concretos Canadá o Estados Unidos, se ve claramente rebasado por la velocidad, sin ritmo, sin posibilidades de influir para bien en favor de los suyos.

El propio Diego Cocca en su breve y triste gestión en el Tri, no tuvo la menor intención de contemplarlo. Su primera temporada en la MLS fue lamentable, a años luz de marcar diferencia o de significarse como un jugador por encima del promedio al provenir del balompié europeo y de un club de la talla del Atlético de Madrid.

Jaime Lozano ha defendido a capa y espada el regreso de ‘HH’, con los mismos argumentos del jugador, enumerando sus logros y predicando que se le aprende por su experiencia dentro y fuera de la cancha.

Si el técnico tiene la intención de que los futbolistas escuchen y/o se contagien de jugadores mexicanos históricos, bien puede aprovechar su cercanía con Hugo Sánchez e invitarlo a una concentración. Al propio Rafa Márquez en caso de que tenga posibilidades por su compromiso con el Barcelona B. A Nacho Ambriz, Claudio Suárez, Cuauhtémoc Blanco y un largo etcétera.

¿Hasta cuándo se van a terminar esos eternos “agradecimientos” hacia los veteranos que siguen siendo convocados al Tricolor como una especie de homenaje?

¿Acaso Lozano no tiene claro que es urgente y necesaria una renovación real del conjunto nacional?

¿No vio el nivel de Herrera en Qatar? ¿En verdad cree que todavía puede aportar algo de cara al 2026?

En fin que todo indica que Jaime se ‘casará’ con la idea de seguir convocando al mediocampista de 33 años pese a que su presente indique que, como sucedió en el partido ante Australia, ya no tiene nada más que ofrecerle a la Selección Mexicana y en un ejercicio de honestidad tendría que cederle su lugar a los jóvenes.

Sin embargo, es mucho pedir, sobre todo si se considera que para ‘HH’ sólo los ‘Messis del futbol’ están capacitados para criticarlo.