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2-0 sobre Ghana, victoria que maquilla, pero no esconde las urgencias del Tri

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Paco Gabriel de Anda y Héctor Huerta destacan la defensa de México ante Ghana (1:29)

La mesa de Futbol Picante elogia la partcipacion de la seleccion mexicana ante los africanos. (1:29)

Sufrió México para vencer por 2-0 a Ghana, un resultado que refleja los buenos momentos del segundo tiempo y sepulta, peligrosamente, los desaciertos de la primera mitad

CHARLOTTE -- La victoria es una tregua, pero no una reivindicación ni una juramentación. Sufrió México para regresar a la victoria, con un 2-0 sobre Ghana que refleja los buenos momentos del segundo tiempo y sepulta, peligrosamente, los desaciertos y desalientos de la primera mitad.

Un encuentro en el que el Tri pasó de lo insulso a lo dominante, y que embarcó de los bostezos a la euforia de los 60 mil 963 asistentes con boleto pagado al Estadio de las Panteras de Carolina.

Un primer tiempo trabado, nervioso, nervudo, en el que la Selección Mexicana era incapaz de controlar el balón, fuera porque tenían los zapatos al revés o por el acertijo entramado en la cancha artificial, la cual, sin embargo, le sentaba cómodamente a Ghana.

En la segunda parte, entre la explosión con la etiqueta tan propia de Chucky Lozano (1-0), como los ingresos posteriores de Chino Huerta y Uriel Antuna, quienes tejieron el 2-0, en la mejor jugada del partido, para rubricar el 2-0 en el epitafio de los africanos.

Quedará siempre la duda sobre si Jaime Lozano determinó su alineación ante Ghana, hasta después de ver el desenlace humillante de Alemania sobre Estados Unidos. De haber sido así, una apuesta de alto riesgo.

CALVARIO…

Impreciso, nervioso, agobiado, disperso. Un primer tiempo en el que México tuvo más tiempo el balón, pero el control absoluto era de la paciencia y serenidad de Ghana. Mientras el Tri jugaba con una intensidad más encauzada, confundida más con la desesperación, Ghana controlaba con asombroso aplomo los intentos de embestida del adversario.

Luis Chávez dejando en evidencia que su trabajo de medio tiempo en Rusia, le ha restado ritmo y le ha sumado desconcierto, repercutiendo de manera directa en los espacios y movimientos de Edson Álvarez y Chiquito Sánchez.

Más estupefacto debió dejar a Jaime Lozano el ver cómo Orbelín Pineda rebotaba los balones, mostrando evidentes deficiencias en el control de la pelota. Y cómo explicar la propensión de Chucky Lozano para jugar con recortes cortos y cambios de perfil, sabiendo que era una tentación constante a las faltas.

Un primer tiempo en el que los despliegues de Ghana, sin llegar a sacudir las alarmas, al menos dejaba, en acciones individuales o en paredes cortas y precisas, histeria en el cuadro bajo de México, cuya única respuesta fue un disparo al minuto 31, con el ornato improductivo de una rabona por parte de Raúl Jiménez.

Y como el 0-0 se consolidaba como sello de la pobreza futbolística de México en el primer tiempo, el sonido local del Estadio de las Panteras de Carolina empezó a reproducir melodías en cada ocasión que el portero de Ghana despejaba, para tratar de evitar la explosión de #ElGrito.

METAMORFOSIS

A su estilo, Lozano alargó la cita con los cambios que urgían en la cancha en la segunda mitad. Luego de más minutos de forcejeo e ímpetu intrascendente, el Tri se encuentra el gol del alivio, de la despresurización al minuto 58, con un cobre vertiginoso, madruguete absoluto para que Chucky Lozano por izquierda, despliegue su vals favorito: embestir, recortar hacia adentro, generar el espacio y disparar. Raso y potente vence a Lawrence para el 1-0.

Generoso, paciente, desesperado, angustiado, el público estalla en la tribuna, con el vómito festivo controlado en ese magma tricolor que es la maldita razón por la que han vuelto a invadir los escenarios de las giras del Tri.

Al minuto 61, finalmente, Jaime Lozano mueve piezas, intuyendo la descobijada que debería hacer Ghana: Uriel Antuna y Chino Huerta por el Chucky y el multi-errático Orbelín Pineda. El efecto es inmediato.

México se posesiona de los costados y pone intención en la cancha. Y mientras la tribuna reclama ansiosa con el grito de “Santi, Santi, Santi”, los conjurados se confabulan al minuto 71. Chino Huerta traza una línea de precisión a la incursión de Uriel Antuna, quien gana en velocidad, para fulminar el 2-0, como corolario a un dominio absoluto ya del Tri, mientras Ghana sucumbe víctima de fatiga, desesperación y frustración.

Y después del 2-0, de la jugada más expresiva de futbol del Tri, sigue la oleada de cambios, para tratar de engordar el marcador, y buscar soluciones este sábado y respuestas para el martes ante Alemania: Santiago Giménez por Raúl Jiménez, y Luis Romo por Edson Álvarez.

Poco pudo hacer ya Santiago Giménez, obligado a jugar bajo condiciones que le incomodan, distinto de su posicionamiento en el Feyenoord, mientras que Sebastián Córdova desató el último alarido con un disparo potente que desvió el arquero ghanés.

La Selección Mexicana viajará este domingo por la noche a Filadelfia, donde enfrentará a Alemania, que este sábado goleó 3-1 a Estados Unidos.

De acuerdo con los entrenamientos y al rendimiento de este sábado ante Ghana, Jaime Lozano hará varios movimientos, principalmente, de media cancha hacia el frente.