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De mañana dormía, y de tarde entrenaba sin remera para tomar sol: las anécdotas de Menotti en Uruguay

César Luis Menotti murió este domingo 5 de mayo de 2024 a los 85 años de edad. Fue reconocido por haber sido el primer Campeón del Mundo con Argentina en 1978 y por su paso en varios clubes argentinos, pero en Uruguay tuvo una historia particular con Peñarol.

“¿Y si traemos a Menotti?”, disparó un joven Juan Pedro Damiani en la mesa directiva de Peñarol. En la sala se produjo un silencio. Pero su padre, el Contador, tomó el guante y al otro día se tomó un avión.

“Tomé aquella propuesta como un desafío y me fui a Buenos Aires un sábado por la mañana, encontrándome con el famoso técnico en el hotel Claridge”, narró el entonces presidente de Peñarol, José Pedro Damiani, sobre la forma en que Menotti llegó al club para sustituir a Roberto Fleitas en la dirección técnica del equipo.

Una vez reunidos, el Flaco Menotti bebió un sorbo de café y mientras el Contador encendía su característico habano, el técnico se dispuso a escuchar al presidente aurinegro.

Comencé diciéndole que me daba vergüenza ir a hablar con él para ver si quería ser el técnico de Peñarol, porque las posibilidades económicas nuestras no estaban a la altura de otras instituciones”, expresó el presidente carbonero en su libro Damiani el Contador (Ediciones de la Plaza/Eduardo Rivas y Jorge Señorans).

Damiani reveló que en ese momento se produjo un silencio y que Menotti lo miró seriamente y le respondió:Mire… Yo dirijo a los grandes equipos, nunca entrené un club que no tenga tradición histórica. Estuve en Boca, Barcelona, Atlético de Madrid, River, así que esta propuesta que me hace es un honor”.

Después que Menotti le abriera la puerta a Damiani, llegaba el momento en que el Contador debía elevar la propuesta económica…

Damiani encendió su habano y fiel a su estilo de semblantear a las personas con las que entrevistaba, miró al Flaco y le dijo: “Mire, yo puedo ofrecerle una platita, nada más. Mi propuesta es 250 mil dólares por un año. Los va a cobrar y se los voy a pagar sufriendo mucho”.

“Arreglamos enseguida, porque me replicó que la plata no era impedimento, pues a esa altura tenía un valor accidental y llegamos a un acuerdo en ese mismo momento. Los que no arreglaron rápidamente fueron sus colaboradores, Rogelio Poncini y Ángel Cappa, que al final me salieron más caros que el propio Menotti”, contó Damiani.

Asume Menotti y sale de gira a Europa

César Luis Menotti asumió la dirección técnica de Peñarol en julio de 1990. “Se generó una expectativa impresionante. Salimos de gira por Europa y nuestro primer partido fue ante el Real Madrid, a quien estuvimos a punto de superar, cayendo apenas por 2 a 1. Cuando llegamos al viejo continente, no había llegado Peñarol, lo hacía Menotti con su nuevo equipo. Le daba una categoría muy singular al conjunto. Le otorgaba relieve al plantel”, comentó el Contador.

Desde el primer momento el Flaco sorprendió a sus dirigidos porque todos los entrenamientos eran con pelota, cosa que no pasaba en Uruguay.

Pero lo que más polémica generó fue la instrumentación del famoso achique en la defensa para dejar en posición fuera de juego a los rivales. Fue un dolor de cabeza…

“Adoptó una forma de jugar muy particular, a la cual quizás aquí no estamos acostumbrados, tratando de jugar permanentemente al achique, y de ese estilo no se apartó nunca a pesar de que la campaña se fue torciendo cada vez más”, expresó el presidente de entonces, José Pedro Damiani.

Dormir y tomar sol

El Flaco llegó a Uruguay y vivía en un paraíso. Se alojó en un chalet frente a la rambla de Carrasco. Los entrenamientos de aquel Peñarol eran todos de tarde. Jamás de mañana. ¿Motivos? Al Flaco le gustaba dormir.

Una mañana, el presidente Damiani lo llamó por teléfono y no lo encontró. El Contador sabía del asunto, pero se sorprendió con la respuesta de Menotti: “Sabe lo que pasa Contador, que yo de mañana salgo a comprar el diario…”.

Años después el Flaco contó en el programa Derechos Exclusivos de Radio Uruguay: “Parecería que si un entrenador hace tres turnos es un fenómeno. Sería más o menos como si un médico te visita una vez es un buen médico, si te visita dos es un fenómeno, y si te visita todos los días es Dios y no es así”.

Otra particularidad de los entrenamientos era que, como a Menotti le gustaba tomar sol, salía a la cancha de Los Aromos con la remera envuelta en la cabeza. También era común que los titulares entrenaran sin remera, costumbre que trasladó a Independiente, donde hizo debutar a Diego Forlán.

Diego, que cuando llegó Menotti a Uruguay tenía 11 años, reveló en radio Sport890 que llegó a concurrir a algún entrenamiento de la mano de su padre Pablo Forlán.

Paolo, el pichón de Passarella

Menotti sorprendió a propios y extraños en el inicio de su era al jugarse por chicos de las formativas de Peñarol entre los que destacaron Paolo Montero, Víctor López y César Silvera.

Entre las cosas que más se recuerdan de aquella era fue que el técnico comparó a Paolo Montero con Daniel Passarella diciendo que era un pichón del capitán argentino de 1978.

A partir de ahí ya me miraban diferente, porque me estaban comparando con uno de los mejores zagueros de la historia del fútbol. Yo tenía 18 años. Me comparó en una gira que hicimos con Peñarol. Menotti nos subió a un montón de pibes de mi generación”, recordó Paolo en una nota con El Gráfico.

A nivel deportivo aquel Peñarol alcanzó su punto más alto eliminando a Santos y Boca Juniors de la Supercopa de 1990.

Sobre aquella serie contra Boca, el Flaco recordó una anécdota: “Yo me acuerdo que les dije a mis jugadores de Peñarol, miren, ustedes son tan uruguayos que cuando salen del país somos invencibles, pero cuando venimos acá tienen una historia que están viendo la sombra de Obdulio Varela en el Centenario, y entonces juegan el 40% menos. Fuimos a jugar con Boca y le ganamos en La Bombonera. Fuimos a jugar a Europa contra los mejores y les ganamos. Y después vinimos acá y les pesó la historia”.

Sus dirigidos coincidieron en señalar que Menotti era un seductor de la palabra. “Cuando íbamos a las canchas chicas, él se paraba a mirar las condiciones del vestuario y nos decía: ‘esto es culpa de ustedes por no hacerse respetar como corresponde”, dijo el entonces golero Fernando Álvez en Sport890.

El 21 de abril de 1991, Danubio, que era una sombra negra para el Peñarol de Menotti, le ganó 3 a 1 en el Centenario lo que marcó el inicio del fin de su conducción al frente del plantel aurinegro.

Si bien aquella tarde el Flaco había declarado: “Renunciar es de cobardes”, la gente se había puesto en su contra y se había manifestado colgando banderas en el talud pidiendo su renuncia. Sobre las 18.50 horas de aquella tarde, Menotti se retiró junto a sus colaboradores en medio de insultos y piedras que volaban contra su vehículo. Horas después la directiva confirmó su destitución en el cargo.