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Grondona, el dirigente más influyente de la historia del fútbol argentino

BUENOS AIRES -- Julio Grondona, quien fue presidente de la AFA desde 1979 y uno de los hombres de mayor poder en la FIFA a partir de 1988, ejerció una conducción polémica y personalista que lo convirtió en el dirigente más influyente en la historia del fútbol argentino.

Grondona nació en Avellaneda el 18 de septiembre de 1931 y con 47 años se convirtió en el presidente de la AFA, cargo que ostentó hasta este miércoles 30 de julio de 2014. Con él al frente de la entidad, el seleccionado consiguió el Mundial de México 1986 y fue finalista en Italia 1990 y recientemente en Brasil.

Además, los representativos argentinos se adjudicaron las copas América de 1991 y 1993, las medallas doradas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y Beijing 2008, y fueron campeones mundiales los seleccionados sub-20 en Qatar 1995, Malasia 1997, Argentina 2001, Holanda 2005 y Canadá 2007.

Asumió en la AFA el 6 de abril de 1979, mientras el país era presidido por el dictador Jorge Rafael Videla, y convivió con los gobiernos de factos de Roberto Viola, Leopoldo Galtieri y Reynaldo Bignone, y luego, desde el regreso de la democracia, con Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando De La Rúa, los interinatos de Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saa, Eduardo Caamaño y Eduardo Duhalde, y desde 2003 con Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

Bajo el lema "Todo Pasa", que llevaba siempre consigo en un anillo que lucía en la mano izquierda, Grondona manejó al fútbol argentino durante 35 años con una conducción personalista, de principio a fin de su mandato. Nunca importó demasiado qué pensara el Comité Ejecutivo de la AFA o los dirigentes de los clubes.

Sólo fue permeable a los requerimientos de los poderes de turno, sea de los gobiernos de los últimos años de la dictadura militar, como los que siguieron con el regreso de la democracia o desde la puesta en marcha del programa Fútbol para Todos.

Para llegar a la presidencia de la AFA fue clave su desempeño como máximo dirigente de Arsenal, club al que fundó junto a su hermano Héctor en 1957 y también como titular de Independiente, del que era hincha, entre 1976 y 1979.

Tras nueve años al frente de la AFA, Grondona fue ungido vicepresidente de la FIFA, el 30 de abril de 1988. Además, en la máxima entidad del fútbol ocupó un rol clave en la Comisión de Finzanzas. Ambos cargos fueron refrendados mediante votación en seis oportunidades, la última en 2011, con duración hasta 2014.

"Soy el vicepresidente del mundo", deslizó alguna vez Grondona, alardeando del poder con el que contaba debido a su posición en la FIFA. Grondona murió ocupando el lugar del que nunca quiso irse. Ni los pedidos familiares ni los cuidados médicos de los últimos años lograron separarlo del día a día de la gestión en la AFA.

En la noche del martes participó de una acalorada discusión en la reunión de Comité Ejecutivo y al salir contó que ya tenía en mente al sucesor de Alejandro Sabella, a quien hoy iba a acompañar en la conferencia de prensa en la que el entrenador confirmaría su alejamiento del seleccionado.