ASUNCIÓN -- A sus 37 años Gustavo Morínigo, el técnico de Nacional, destaca en el fútbol paraguayo como en 2012 cuando fue nombrado Mejor Director Técnico, ahora es el primer entrenador que clasifica a la centenaria Academia a una final de la Libertadores.
Nacido en 1977, en Colonia Blas Garay, un pequeño pueblo del departamento de Caaguazú, Morínigo empezó en el fútbol profesional en el Libertad, uno de los grandes de la liga paraguaya, donde fue centrocampista entre 1996 y 1998.
Volvió al Libertad en el 2000 tras una breve estancia en Guaraní, lo que marcó su periplo itinerante como jugador.
Así, en 2005 emprendió la aventura de ir al exterior y recaló en Argentinos Juniors, equipo donde no brilló, pero que lo curtió como deportista y amplió su visión futbolística.
Regresó otra vez al Libertad y en 2009 aceptó la oferta del Deportivo Cali colombiano, donde tuvo una breve experiencia por los pocos minutos que jugó.
Para entonces era una baza de la selección paraguaya, siendo titular en el Mundial de Corea del Sur y Japón 2002 y posteriormente en el de Alemania 2006.
De nuevo en Paraguay, jugó una temporada en Cerro Porteño para desembarcar luego en Nacional, equipo en el que fue titular entre 2007 y 2011, y donde le aguardaba su destino como técnico.
La oportunidad le llegó en 2012, a pocas fechas de finalizar el torneo Apertura, tras la marcha del entrenador Juan Manuel Battaglia; y no la desaprovechó.
En el Clausura de ese año Nacional logró el subcampeonato y sus colegas se descubren ante un técnico que, además de su declarada admiración por el Tata Martino, tenía entre sus cualidades una comunión perfecta con los jugadores debido a ese reciente pasado.
En 2013, ya asentada su jefatura, Nacional se proclamó campeón del Apertura con cinco fechas de antelación.
Y lo hizo con puntales de la actual alineación como Marcos Riveros, Silvio Torales, Julián Benítez y otras figuras con las que poco antes había coincidido como jugador y con las que ahora, en su faceta de técnico reconocido, enfrentará a San Lorenzo el próximo miércoles en el Nuevo Gasómetro.
Serio dentro del vestuario y ante los medios, no se le conocen exabruptos ni declaraciones polémicas.
Sin embargo, recientemente, en vísperas del partida de ida contra San Lorenzo, en Asunción, contradijo ese talante al recordar que él ya había ganado al club argentino en el pasado: cuando era jugador del Argentinos Juniors.