<
>

Boca y la "maldición" del 9

BUENOS AIRES -- Suele pasar. Hacer olvidar a un grande, a un verdadero ídolo, nunca resulta fácil en los clubes de fútbol. Y Boca no es una excepción. Tras el adiós de Martín Palermo, el máximo goleador de la historia xeneize, ningún centrodelantero pudo afirmarse con la "9" azul y oro. Y eso que pasaron varios: entre otros, Viatri, Silva, Blandi... ¿Será la maldición del "9"?

Pero de todos, el caso de Emmanuel Gigliotti es el más llamativo: el Puma tiene la mayor efectividad en las redes desde que se fue Palermo: en 56 partidos marcó 24 goles. Sin embargo, es suplente.

En el torneo local es el máximo anotador del equipo, con cuatro goles. Y en todos los partidos en los que marcó, Boca se llevó los tres puntos. Belgrano (1 a 0), Olimpo (1 a 0) y Tigre (2 a 0). Más: el último superclásico que Boca ganó (en octubre del año pasado) fue gracias a su gol: 1 a 0 en el Monumental. También fue el goleador del equipo en el torneo Inicial 2013, con ocho conquistas.

Los números no admiten discusión, pero Rodolfo Arruabarrena hoy lo considera suplente: la dupla titular del Vasco es Jonathan Calleri-Andrés Chávez. Hasta el propio Carlos Bianchi, el mismo que lo pidió como refuerzo a mediados del 2013, lo relegó a comienzos del torneo pasado y también en el inicio del actual.

Hay una verdad indiscutida sobre los delanteros de área: el "9" tiene que hacer goles. Gigliotti los hace, pero en su caso no alcanza.

En su momento, ell Virrey le cuestionó cierto desgano dentro del campo de juego, una suerte de relajación que se dio tras la transferencia de Blandi (con quien peleaba la titularidad) a San Lorenzo.

Para el Vasco, es una opción en los segundos tiempos. El entrenador apuesta de entrada por Calleri, con menos gol pero más movilidad y presencia en el juego colectivo.

El perfil bajo y la falta de carisma sin dudas influyeron para que la gente xeneize todavía no termine de aceptarlo. Pero, sin dudas, el "fantasma" de Palermo algo tiene que ver: el Puma no fue el único mirado de reojo por la parcialidad tras el alejamiento del Loco.

Viatri (con 31 goles en 132 juegos), eterno suplente detrás del Titán, tuvo su chance apenas se retiró el ex Estudiantes y no la supo aprovechar; Silva, quien llegó de la mano de Falcioni y parecía nacido para jugar en Boca, pasó por la Ribera sin pena ni gloria (19 conquistas en 55 partidos); Blandi (20 en 61), surgido de las Inferiores, nunca pudo sostenerse.

Y ahí está Gigliotti, buscando su lugar en la historia xeneize. Mientras los DTs dudan sobre ponerlo de titular o suplente y la gente lo trata con indiferencia, él responde con goles. Tal vez así pueda romper con la "maldición" del "9" en el mundo xeneize.