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Algieri: ¿La gran Esperanza Blanca?

Hasta que Bob Arum metió la cuchara, nos vendió a Chris Algieri como si fuera Rocky Balboa, no dudó en invitar al mismísimo Sylvester Stallone a su presentación y lo instaló en el imaginario popular - a semejanza de Gerry Cooney en los 80'- como "La gran Esperanza Blanca", Algieri no era más que un candidato a convertirse en las más reciente "pompa de jabón" en el mundo del boxeo.

Y es verdad, las cosas han cambiado en cierta forma. Algieri sigue siendo candidato a emular a "una efímera pompa de jabón", pero también aparece frente a nuestros ojos como la redención épica de un héroe imprevisto, dispuesto sorprender a la historia de un deporte que no consigue imaginarlo venciendo a Manny Pacquiao este 22 de noviembre en Macao. Pero tratemos de definirnos por una u otra denominación. ¿Esperanza blanca o "Pompita"?

La columna que para hoy imaginé hace meses, se había pre-guionado exclusivamente sobre la segunda denominación, pero Arum no solo me amargó la tarea, también me obligó a replantear mi convicción. ¿Podrá Algieri, con esa imagen de médico de familia, elegancia de modelo Armani y digno habitante de este país de emigrantes (es estadounidense hijo de argentina e italiano) dar el segundo batacazo consecutivo de su carrera?

Con toda honestidad, yo no lo creo y necesito explicar mi porqué. Chris Algieri viene de dar la gran sorpresa, venciendo al ruso Ruslan Provodnikov un rival fuerte, agresivo, pero de un limitado intelecto técnico y reducidas herramientas ante un rival con un plan inteligente de pelea. Así y todo, la batalla estuvo a punto de terminar tan temprano como en el primer asalto, cuando Algieri visitó la lona por dos veces y sufrió una inflamación aterradora encima de uno de sus ojos.

Pacquiao, no es Provodnikov. El filipino es rápido, inteligente y en el peso pactado, su poder es demoledor. A eso sumemos su enorme experiencia. Y si las dudas pasan por las ventajas físicas que el Manny le otorga a su rival, olvídense de ello: el mexicano Antonio Margarito era más alto y con mejor alcance que Algieri y así le fue contra el filipino. Y aunque en boxeo nada se puede afirmar en lo previo, no me imagino ni en sueños una victoria del estadounidense.

Pero... ¿ y si estoy equivocado? ¿Y si Bob Arum en realidad no intentó vendernos al nuevo Rocky, sino que conoce algo que lo induce a pensar en una increíble victoria de Algieri el 22 de noviembre? Respetando esa posibilidad hay que imaginar cómo podría Algieri romper todos los pronósticos.

En primer lugar aclaremos que sería una falta de respeto acusar a Algieri de ser un bulto o rival a modo. Nada de eso. Él tiene cualidades que lo hacen un rival de cuidado para cualquier oponente. Es rápido, tiene mejor altura (5' 10" a 5' 6½") mejor distancia (72" a 67") y una pegada de poder respetable. A ello sumemos sus virtudes técnicas, a mi juicio su mejor herramienta. La victoria sobre Provodnikov es buena prueba de su apego a la disciplina y su asimilación a un plan adecuado en una batalla donde fue duramente golpeado en mismo inicio.

Chris Algieri es un púgil inteligente y subirá al cuadrilátero con la tranquilidad de los que no son favoritos y todo lo bueno que puedan lograr, será doblemente bueno, ya que nadie da un centavo por su posible éxito. Tal vez esa sea su carta bajo la manga y con ella nos dejará a todos, otra vez, de boca abierta. Puede ser un pronóstico delirante, pero no siempre ocurre lo que uno afirma en su predicción.

A lo largo de su historia, el mundo del boxeo ha sabido sorprenderse con victorias increíbles. Episodios inauditos, como la victoria de Kirkland Laing sobre Roberto "Mano de Piedra Duran en 1982 o la de James "Buster" Douglas sobre Mike Tyson en 1990, por citar a dos de ellas. Que un campeón imprevisto de las 140 libras le quite el cinturón de las 147 al filipino, no se me cruza por la cabeza, pero ello no significa que no pueda suceder. ¡Claro que puede ocurrir! Si a Juan Manuel Márquez le bastó un sólo golpe para noquear a Pacquiao, hay que considerar la posibilidad de que Algieri también lo consiga, por más remota que sea esa posibilidad.

Todo lo escrito, en estos últimos párrafos es parte de la ética del columnista. Mi deber es respetar el análisis neutral y priorizar los argumentos por encima de las simples convicciones. No obstante, como fanático de este deporte también tengo derecho a responder la pregunta del título: ¿Esperanza blanca o Pompa de Jabón? Y para hacerlo, elegiré el recurso de apoyarme en uno de mis poetas preferidos.

El portugués Fernando Pessoa, cierta vez escribió: "Somos pompas de jabón/ frágiles y efímeras/ que van desapareciendo/ como por arte de magia".

Si me pidieran que a mi tosca manera, reescribiera ese poema pensando en Algieri y el resultado de su pelea contra Manny Pacquiao, no tengan dudas, que el texto elegido sería el siguiente: "Aunque suba y se transforme/ el veintidós en Macao/ en vivo o por televisión/ Algieri será tan efímero/ como una pompa de jabón".

Y estaría respondida la pregunta del título.