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La cara oculta del Chicharito

MINSK -- Es la otra cara de Javier Hernández. ¿Hombre de claroscuros? Sin duda.

Algo queda claro: en la cancha se divierte con seriedad y seriamente se lo toma con diversión.

Miguel Herrera abrió las puertas a cobertura total a los medios. De punta a punta. Como debería ser siempre, como no es casi nunca.

Y hay un protagonista sonoro del entrenamiento. Porque Chicharito no es el hombre del espejo mediático cuando está en la cancha.

Ahí, donde habita el genuino, grita, ubica, reclama, aconseja, empuja, se solidariza y guarda silencio cuando cree que la jugada debió intentar consumarse de otra manera.

Javier Hernández no es el de los balcones mediáticos. No es el que recita antes que declarar; que dice lo que cree que debe decir por encima, a veces, de decir todo lo que cree y lo que piensa.

Tal vez su reflexión más rimbombante fue la del Mundial cuando dijo que "estoy cansado de que alguna gente me vea como sustituto de emergencia".

Pero el de la cancha, el que fue factible ver este domingo en las instalaciones de la Federación Bielorrusa de Futbol de Minsk, ese es el Mr. Hyde del apacible Dr. Jekyll de las pasarelas reporteriles.

Queda claro que Javier Hernández sabe usar incluso ese lenguaje prosaico, genuino y arrabalero que es a veces imprescindible en la cancha de futbol.

Expresiones que incluso, en el receptor de ellas, de esas arengas, propias de Tlatilco, de un Cuauhtémoc Blanco, arrancan sonrisa y reacciones positivas.

Antes, durante y después de la práctica, era evidente la participación de Hernández en el trabajo de calentamiento, en el interescuadras que terminó 2-2 y en la posterior sesión de estiramiento.

Concluida la práctica, uno de los estoicos miembros del cuerpo de utileros le acerca agua, y aquel reacciona con una sonrisa.

"¿Qué? ¿Con este frío y me das agua? ¡Dame un pinche chocolate caliente!", le bromea.

Sí, el hombre que recita de memoria sus respuestas, con la cadencia de la obviedad, que cohabita en la inocencia con la pacifista Alicia en El País de las Maravillas, en la cancha recupera la personalidad auténtica.

La misma personalidad que le sostiene para poder generar 38 goles en el Tri y persiguiendo a Jared Borgetti. La misma que le ha llevado, cierto, a las bancas, pero con estadísticas favorables para un goleador de dos equipos de alcurnia en Europa: Manchester United y Real Madrid.