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James Rodríguez es demasiado lindo para ser terrenal

James, con 23 años, llevó el brazalete Getty Images

BUENOS AIRES -- BUENOS AIRES- Sé que mucha gente no cree en la vida más allá del Planeta. Yo tampoco creía, hasta el fin de semana pasado.

Estuve en Jujuy y fui a conocer Purmamarca de noche. Un espectáculo único que deberían aprovechar todos los argentinos. No tengo escrúpulos en asegurar que Jujuy es la provincia más linda de Argentina.

Con un grupo de antropólogos, biólogos, epigtólogos, amantes de lo paranormal, fui a buscar un lugar al final de una ladera. Dos horas de viaje en auto, por pendientes, cornisas estrechas con grandes precipicios, algo de nieve, hasta que llegamos al borde de una ladera perfecta. Como si hubiese sido recortada a regla, recta e imperturbable, dejaba ver el ingreso a un valle.

De pronto, una luz se apareció en la oscuridad de aquella ladera. Dos luces que iban y venían en línea horizontal. Era obvio que no existía helicóptero, ni avioneta que pudiera volar de esa manera.

-Son los ovnis que vienen a extraer minerales de la montaña, nos dijo el Doctor Gregorich.
-AAAAhhh, pero entonces ¿existen los ovnis?
- Por supuesto, hace años que están entre nosotros. Incluso muchos juegan al fútbol de manera profesional.
-¿¡Qué?!
- Lo que escuchaste hay varios marcianos filtrados entre los futbolistas de élite. Creemos que Cristiano Ronaldo es uno de ellos.
- ¿¡Qué?!, dije yo al borde de la risa, pero los médicos me pusieron cara seria y me advirtieron que, con este tema, no se jodía.
- No solo Ronaldo, sino también sospechamos de James Rodriguez, ambos son demasiado bellos y perfectos para ser humanos...
- Por eso, venimos hasta acá, tenemos pruebas de que ambos jugadores vienen a cargar sus pilas a este lugar... Queremos detectarlos, saber la nave en donde descansan para después destruirla...
- ¡No lo puedo creer!, dije un poco incrédulo, si James y Ronaldo son marcianos, entonces Messi, podría serlo tranquilamente, e incluso jugadores de otras épocas que nunca fueron descubiertos.

Los egiptólogos, los antropólogos me miraron mal y comentaron: "Esto es un secreto mundial. Nadie se puede enterar, imaginate que sería un escándalo de infinitas proporsiones e incluso podrían sacar todos sus títulos al Real Madrid".

Las luces se nos acercaron lo suficiente como para instalarnos el miedo en el cuerpo. Vi el vidrio del conductor y una nave estaba conducida por Ronaldo y la otra por James Rodriguez.

¡Tenían razón los técnicos! Me quise morir, pero seguí viviendo.

Sin embargo, James Rodríguez me gritó desde su nave espacial: "Ey, Cucu, te leo a morir, me encantan tus crónicas, venite conmigo que vuelvo para Madrid". Y me enfocó con una luz blanca que me transportó hasta la cabina de su nave.

- Cucu, me debés conocer, soy James Rodríguez...

(continuará)