<
>

12 partidos para la leyenda del Barça

Getty Images Sport

BARCELONA -- El 8 de diciembre de 1899, en el viejo campo de la Bonanova, el FC Barcelona disputó el primer partido de su historia, enfrentándose a la Colonia inglesa de Barcelona y que finalizó con 0-1 para el equipo británico. Hasta el 0-4 con que ganó el pasado martes en el campo del APOEL, el equipo azulgrana ha disputado más de cuatro mil 500 partidos (cuatro mil 294 oficiales).

Resumir tantos partidos se antoja una quimera, pero estos podrían ser los 12 encuentros más destacados en su momento o los que se mantienen en la memoria colectiva del club azulgrana.

En el tintero quedan muchos duelos de la etapa de Guardiola, desde las finales de Champions frente al Manchester United o el Mundial de Clubes frente al Santos y, en la historia pasada, noches inolvidables como el gol de Bakero al Kaiserslautern en 1991, el de Evaristo que eliminó al Real Madrid de Europa en 1961, la remontada del Barça de Ronaldo al Atlético de Madrid con el gol final de Pizzi en 1997, el 3-0 al Anderlecht con el gol de Zuviría, la remontada al Göteborg, los tres goles de Rexach al Feyenoord en 1974, la final de Copa de 1983... Muchos triunfos o derrotas sonadas como la final de Copa de 1974 (0-4) contra el Real Madrid o las más próximas en Mestalla contra el mismo Real Madrid o el aplastamiento sufrido frente al Bayern en las semifinales de la Champions de 2013.

Muchos partidos, muchas leyendas… Con 12 momentos especiales e inolvidables.


AL BORDE DEL ABISMO

Hundido por un nefasto inicio de campaña en el que apenas logró un empate en las primeras seis jornadas y que se repitió con una racha idéntica en la segunda parte de la Liga, el Barcelona vivió la peor pesadilla de su historia en la temporada 1941-42, que le llevó a acabar el campeonato en antepenúltima posición y obligándole a disputar la promoción por no descender.

El 28 de junio de 1942, una semana después de conquistar la Copa de España en el mismo Santiago Bernabéu, el equipo azulgrana, entrenado por Juan José Nogués, se enfrentó al Murcia, tercer clasificado en Segunda División en lo que se adivinaba un partido dramático. Y que no pudo empezar peor, pues Huguet adelantó a los 22 minutos al equipo pimentonero, significando aquel resultado el descenso del Barça.

Pero la mayor calidad y sangre fría azulgrana se impuso a la fatalidad y poco después Mariano Martín, el primer gran goleador de la posguerra, igualó. En la segunda mitad, con una exhibición del delantero, que anotó tres goles más, el Barça sentenció con una goleada (5-1) que evitó que abandonara la Primera División.

Campo: Santiago Bernabéu. 44 mil espectadores.

FC Barcelona: Miró, Zabala, Benito, Raich, Rosalench, Franco, Sospedra, Escolà, Mariano Martín, Balmanya y Valle.

Real Murcia: Suárez, Novo, Sierra, Castro, Romero, Neira, Vega, Rancel, Vilanova, Solé y Huguet.

Árbitro: Escartín.

Goles: 0-1, Huguet (22'); 1-1, Mariano Martín (27'); 2-1, Mariano Martín (60'); 3-1, Mariano Martín (72'); 4-1, Sospedra (77'); 5-1, Mariano Martín (89').


EL GOL DE SAMPEDRO

El 16 de junio de 1957, Barça y Espanyol disputaron la que hasta hoy es la única final entre ambos en la Copa, en aquel entonces del Generalísimo. El encuentro se disputó en el Estadio de Montjuïc ante más de 62 mil espectadores y se decidió con un solitario gol de Sampedro, a los 79 minutos, rematando un centro de Eulogio Martínez.

Campo: Montjuïc. 62 mil 300 espectadores.

FC Barcelona: Ramallets, Olivella, Brugué, Segarra, Vergés, Gensana, Basora, Villaverde, Eulogio Martínez, Kubala y Sampedro.

RCD Espanyol: Vicente, Argilés, Cata, Faura, Gámiz, Casamitjana, Ruiz, Sastre, Cruellas, Oswaldo y Moll.

Árbitro: Zariquiegui Izco.

Gol: 1-0, Sampedro (79').


LA FINAL DE LOS POSTES

Disputada en Berna, el 31 de mayo de 1961, la primera final de la hoy Champions League que disputó el Barça ha pasado a la historia como el partido más desgraciado de su historia.

El equipo azulgrana perdió por 3-2 después de estrellar hasta cuatro remates en los postes de la portería defendida por Costa Pereira y encajando dos goles en los que Ramallets, portero legendario y considerado el mejor del club hasta Víctor Valdés, estuvo muy poco afortunado.

Aquella derrota dio paso a una época muy gris en el club, que había ganado la Liga el año anterior y no volvería a hacerlo hasta 1974. Y aún tuvo que esperar 31 años, hasta 1992, para romper el mal fario de la Copa de Europa.

Campo: Wankdorfstadion. 33 mil espectadores.

SL Benfica: Costa Pereira, Saraiva, Angelo, Neto, Germano, Cruz, José Augusto, Santana, Aguas, Coluna y Cávem.

FC Barcelona: Ramallets, Foncho, Gensana, Gracia, Vergés, Garay, Kubala, Koksis, Evaristo, Suárez y Czibor.

Árbitro: Gottfried Dienst.

Goles: 0-1, Kocsis (20'); 1-1, Aguas (30'); 2-1, Ramallets en propia puerta (32'); 3-1, Coluna (55'); 3-2, Czibor (75').


LA FINAL DE LAS BOTELLAS

Así es como se conoce la final de la Copa de España que enfrentó al Barcelona con el Real Madrid en el Santiago Bernabéu en 1968 y que, ganada por el Barça con un autogol de Zunzunegui, acabó con el césped lleno de envases de vidrio lanzados por los aficionados locales, que encajaron de mala manera la victoria azulgrana.

La federación, de acuerdo con el gobierno de Franco, marcó el partido en jueves, el 11 de julio de 1968; siendo en día laborable la asistencia de aficionados del Barcelona en Madrid fue mínima.

Al acabar el encuentro, con el césped lleno de botellas que ya habían empezado a caer en los últimos minutos, la esposa de Camilo Alonso Vega, ministro de Gobernación, se dirigió al presidente del Barça diciéndole: "Felicidades. Porque Cataluña también es España, ¿verdad?", al tiempo que los jugadores no podían celebrar la conquista del título por una nueva lluvia de proyectiles.

Campo: Santiago Bernabéu. 100 mil espectadores.

Real Madrid: Betancort, Miera, Zunzunegui, Sanchis, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, José Luis y Miguel Pérez.

FC Barcelona: Sadurní, Torres, Gallego, Eladio, Fusté, Zabalza; Rifé, Pereda, Mendoza, Zaldúa y Rexach.

Árbitro: Rigo Sureda.

Gol: 0-1, Zunzunegui en propia puerta (6').


EL 0-5

Es el partido cumbre, la cita legendaria de una temporada para la leyenda. El Barça de Johan Cruyff cabalgaba con paso firme hacia su primer título de Liga después de 14 años de espera y llegó a aquel 17 de febrero de 1974, en la jornada 22, con seis puntos de ventaja sobre el Zaragoza y nueve por encima del Real Madrid, que era séptimo.

Era la última oportunidad para el equipo merengue de reengancharse a la lucha por el título, pero el Barça le pasó por encima como un vendaval, con la mayor humillación posible. A los 39 minutos, el equipo azulgrana ya ganaba por 0-2 con goles de Asensi y Cruyff y en la segunda mitad redondeó la goleada con otra diana de Asensi y sendas de Sotil y Juan Carlos.

El encuentro, que mereció tiempo después una canción muy popular en Catalunya interpretada por el grupo 'La Trinca' (Botifarra de pagés), se disputó una semana después del nacimiento de Jordi Cruyff, a quien Johan dedicó el triunfo. Además, tuvo como anécdota que el equipo azulgrana tuvo que alinear en la portería al suplente Mora, inédito hasta aquel momento durante la temporada, por una indisposición del titular Sadurní.

Campo: Santiago Bernabéu. 100 mil espectadores.

Real Madrid: García Remón, Morgado, Benito, Zoco, Rubiñán, Pirri, Netzer, Velázquez, Aguilar (Santillana 45'), Amancio y Macanás.

FC Barcelona: Mora, Rifé, Torres, Costas, De la Cruz, Juan Carlos, Rexach, Asensi, Cruyff, Sotil y Marcial (Tomé 70').

Árbitro: Orrantía.

Goles: 0-1, Asensi (30'); 0-2, Cruyff (38'); 0-3, Asensi (53'); 0-4, Juan Carlos (63'); 0-5, Sotil (69').


BASILEA

El Barça, que no conquistó su primera Copa de Europa hasta 1992, había ganado la Copa de Ferias en 1958, 1960, 1966 y 1970, pero su primer gran título a nivel continental lo consiguió el 17 de mayo de 1979, conquistando la Recopa frente al Fortuna de Dusseldorf por 4-3 en el estadio Saint Jacobs de Basilea.

Aquel partido significó el primer desplazamiento masivo de aficionados, contándose 30 mil hinchas que viajaron hasta la ciudad suiza para apoyar a un equipo que se había ya desinflado en la Liga y que tenía en aquella final la salvación de otra temporada discreta.

El partido, el título, se mantiene en el imaginario del club azulgrana por significar una fiesta absoluta que se vivió de forma muy intensa.

Para dignificar la leyenda, fue un encuentro enloquecido y que no se decidió hasta la prórroga tras acabar los 90 minutos con empate a dos y en el que Rexach, gran especialista y que acabaría marcando un gol en el tiempo extra, falló un penalti. Migueli fue otro de los protagonistas al jugar con la clavícula rota, mientras que Krankl disputó el choque con su mujer internada en un hospital de Barcelona tras haber sufrido pocos días antes un grave accidente.

Campo: Saint Jacobs. 59 mil espectadores.

FC Barcelona: Artola, Zuviría, Migueli, Costas (Martínez 68'), Albadalejo (De la Cruz 57'), Sánchez, Neeskens, Asensi, Rexach, Krankl y Carrasco.

Fortuna Dusseldorf: Daniel, Baltes, Zewe, Zimmermann (Lund 4'), Brei (Weikl 24'), Köhnen, Schmitz, Bommer, Thomas Allofs, Klaus Allofs y Seel.

Árbitro: Károly Palotai.

Goles: 1-0, Sánchez (5'); 1-1, Thomas Allofs (8');2-1, Asensi (34'); 2-2, Seel (41'); 3-2, Rexach (104'); 4-2, Krankl (111'); 4-3, Seel (114').


LA MALDICIÓN DE SEVILLA

Acabada en falso la etapa de Maradona en 1983, la llegada de Terry Venables al banquillo catapultó al Barça la siguiente temporada, dándole la oportunidad de disputar la Copa de Europa por primera vez en 11 años en la campaña 1985-86.

Fue un torneo en el que el Barça dejó fuera a la Juventus en una eliminatoria dramática y en la que llegó a la final después de remontar en la tanda de penalties un 3-0 contra el Göteborg. Y a Sevilla acudió, con el apoyo de toda su hinchada, convencido de acabar con la maldición.

No pudo ser. Aquel 7 de mayo de 1986 permanece como una de las jornadas más tristes en la historia del barcelonismo, por cuanto el Steaua de Bucarest rumano, que partía con todas las apuestas en su contra, acabó ganando el título en la tanda de penalties ante la incredulidad de los más de 60 mil aficionados desplazados a la ciudad andaluza.

El encuentro significó la rebelión de Schuster contra Venables por sustituirle durante el encuentro y acabó de manera tragicómica, puesto que Urruti, el portero del Barça, atajó los dos primeros lanzamientos del equipo rumano... Pero los lanzadores barcelonistas, Alexanco, Pedraza, Pichi Alonso y Marcos, fueron incapaces de marcar ningún gol.

Campo: Sánchez Pizjuán. 70 mil espectadores.

Steaua Bucarest: Ducadam, Iovan, Belodedic, Bumbescu, Barbulescu, Balint, Balan (Iordanescu 75'), Boloni, Majaru, Lacatus y Piturca (Radu 107').

FC Barcelona: Urruticoechea, Gerardo, Migueli, Alexanco, Julio Alberto, Víctor, Schuster (Moratalla 85'), Pedraza, Marcos, Archibald (Pichi Alonso 106') y Carrasco.

Árbitro: Michel Vautrot.

Penalties: Majaru (0-0); Alexanco (0-0); Boloni (0-0); Pedraza (0-0); Lacatus (1-0); Pichi Alonso (1-0); Balint (2-0); Marcos (2-0).


LA SALVACIÓN DE CRUYFF

Johan Cruyff llegó al banquillo del Barça en 1988 y revolucionó el club absolutamente, pero en los primeros meses de 1990, con el Real Madrid de Toschak escapado en la Liga, vivió sus peores días en el club, hasta el punto que desde distintos foros se pidió su despido al presidente Núñez.

En todo ello llegó, el 5 de abril de 1990, la final de Copa ante el imbatible Real Madrid en Mestalla y ante ese partido muchos fueron los que consideraron que una derrota podría marcar el cese del entrenador holandés. Pero el Barça ganó.

En un ambiente que nada tendría que envidiar al actual, el Barça venció con solvencia con goles de Amor y Julio Salinas, con Hugo Sánchez lesionando al brasileño Aloísio y Núñez proclamando a la conclusión su renovada confianza en Cruyff, quien a partir de ahí cimentó la leyenda del Dream Team.

Y es que sin ser un partido espectacular, la final de la Copa de 1990 sí fue una cita histórica que permitió la felicidad que vendría en los siguientes años.

Campo: Mestalla. 55 mil espectadores.

FC Barcelona: Zubizarreta, Aloísio (Serna 23'), Alexanco, Koeman, Amor (Soler 70'), Bakero, Eusebio, Roberto, Laudrup, Julio Salinas y Begiristain.

Real Madrid: Buyo, Chendo, Ruggieri, Hierro, Sanchís, Gordillo, Míchel (Aldana 75'), Schuster, Martín Vázquez, Butragueño (Llorente 63') y Hugo Sánchez.

Árbitro: García de Loza.

Goles: 1-0, Amor (68'); 2-0, Julio Salinas (90').


WEMBLEY, EL CIELO

Campeón de Liga en ejercicio y en camino de un segundo título que se lograría con el milagro de Tenerife, el Barça, al cabo de seis años, volvía a la final de la máxima competición continental.

Cruyff había empezado a darle la vuelta al calcetín convirtiendo el pesimismo histórico en ilusión. Pero no fueron pocos los aficionados que no quisieron viajar a Londres para ver la final, temerosos de una nueva derrota.

El 20 de mayo de 1992, en la imponente catedral de Wembley y ante la misma Sampdoria a la que tres años antes ya había derrotado en la final de la Recopa, el Dream Team escribió su página más gloriosa y uno de los capítulos más celebrados de toda la historia del club.

A la leyenda ha pasado la frase que dedicó Johan a sus jugadores: "salid y disfrutad", pero el partido fue una auténtica batalla en la que no pocas veces se apareció la maldición con Pagliuca o el poste evitando goles cantados de Stoichkov y Salinas.

Ya en la prórroga, con el miedo reflejado en los ojos de los más de 30 mil seguidores que viajaron hasta la capital británica, una falta cometida por Eusebio la transformó Koeman con un duro disparo que provocó el éxtasis y que, a pesar de los años transcurridos y los éxitos alcanzados desde entonces, permanece en la retina de cualquier seguidor que vivió en directo o por televisión aquella noche que se mantendrá por siempre en el cielo del barcelonismo.

Campo: Wembley. 70 mil 827 espectadores.

FC Barcelona: Zubizarreta, Ferrer, Koeman, Nando, Juan Carlos, Guardiola (Alexanco 113'), Eusebio, Bakero, Laudrup, Julio Salinas (Goikoetxea 64') y Stoichkov.

UC Sampdoria: Pagliuca, Mannini, Lanna, Vierchowod, Katanec, Lombardo, Pari, Cerezo, Bonetti (Invernizzi 72'), Vialli (Buso 100') y Mancini.

Árbitro: Aaron Schmidhuber.

Gol:1-0, Koeman (111').


EL FINAL DEL DREAM TEAM

Tres días después de proclamarse campeón de Liga por cuarto año consecutivo, el Barça acudió a Atenas a recoger su segunda Copa de Europa. A recogerla porque esa era la sensación de disparatada confianza que existía en un Barcelona que no tomó en cuenta que enfrente no estaba cualquiera, sino el Milan, que había ganado el Scudetto hacía un mes y llevaba tres semanas concentrado plenamente en aquella final.

"Ellos han fichado a Desailly y nosotros a Romario, esa es la diferencia", disparó socarrón Johan Cruyff el día antes de la final, desconocedor de lo que iba a suceder.

El 18 de mayo de 1994 significó el final de una era y no pudo acabar peor porque el Milan de Capello atropelló de manera inmisericorde a un Barça superado en todos los ámbitos de un partido que no fue tal. De hecho, hubo aficionados que abandonaron el estadio Olímpico de Atenas apenas comenzó la segunda parte, cuando Savicevic marcó el tercer gol rossonero.

El epílogo de la final fue igualmente cruel para el Dream Team, por cuanto a pesar de que Cruyff había prometido semanas atrás que la conquista de la Liga provocaría la renovación automática de todos los jugadores, tras la pesadilla de Atenas concedió la baja en la misma ciudad griega a Zubizarreta, al que le siguieron Salinas y Goikoetxea, además de Laudrup, que no jugó y se fue al Real Madrid, y un año después Eusebio, Begiristain o Koeman.

Campo: Olímpico de Atenas. 70 mil espectadores.

AC Milan: Rossi, Panucci, Galli, Tassotti, Maldini (Nava 84'), Albertini Desailly, Donadoni, Boban, Savicevic y Massaro.

FC Barcelona: Zubizarreta, Ferrer, Nadal, Koeman, Sergi (Quique Estebaranz 74'), Guardiola, Amor, Bakero, Stoichkov, Romario y Begiristain (Eusebio 51').

Árbitro: Philip Don.

Goles: 1-0, Massaro (22'); 2-0, Massaro (45'); 3-0, Savicevic (47'); 4-0, Desailly (59').


PARÍS MON AMOUR

Contagiado el barcelonismo por la sonrisa de Ronaldinho y después de ganar la Liga con exhibiciones de todo tipo, la temporada 2005-06 fue la de la confirmación de aquel equipo de leyenda comandado por Rijkaard.

Se volvió a ganar la Liga y se consiguió, al cabo de 12 años, volver a una final de Champions, en la que el rival, el Arsenal de Wenger, Henry, Vieira o Cesc buscaba el primer título de su historia.

Como no podía ser de otra manera, aquel 17 de mayo se sufrió de lo lindo por cuanto el equipo inglés se adelantó en el marcador con un cabezazo de Campbell y el Barça, que no contó con Messi que salía de una lesión y en cuyo seno la trascendencia de Ronaldinho fue menor a la esperada, no remontó hasta los minutos finales, a pesar de que el Arsenal jugó con uno menos durante 72 minutos por la expulsión de su portero titular Lehmann.

Apoyado por más de 35 mil aficionados y bajo una tormenta de agua impresionante, un secundario como era Larsson fue vital en la remontada asistiendo primero a Eto'o para empatar y después a Belletti para que lograra el gol de la victoria a nueve minutos del final.

Campo: Stade de France. 77 mil espectadores.

FC Barcelona: Víctor Valdés, Puyol, Oleguer (Belletti 71'), Márquez, Van Bronkhorst, Edmilson (Iniesta 45'), Van Bommel (Larsson 61'), Deco, Ronaldinho, Giuly y Eto'o.

Arsenal FC: Lehmann, Eboué, Kolo Touré, Campbell, Ashley Cole, Gilberto Silva, Pires (Almunia 18'), Cesc (Flamini 74'), Hleb (Reyes 85'), Ljungberg y Henry.

Árbitro: Terje Hauge.

Goles: 0-1, Campbell (37'); 1-1, Eto'o (76'); 2-1, Belletti (81').


INIESTA DE MI VIDA

La era de Guardiola se cerró con un total de 14 títulos, finales inolvidables y, a decir del propio entrenador catalán, un encuentro 'perfecto', como consideró la final del Mundial que el Barça ganó al Santos en 2011.

Tomar un partido de todos ellos, más allá de la final continental de 2009 por ser el primer gran éxito, se antojaría demasiado difícil. Pero Stamford Bridge merece esa consideración especial. Indiscutible. Épica e inolvidable.

Camino al triplete hubo un partido, una semifinal de Champions, que reencontró al Chelsea con el Barça y después del 0-0 de la ida en el Camp Nou, toda la decisión quedó para el encuentro de Londres.

Aquel 6 de mayo permanece presente para cualquier barcelonista que pasó de la depresión a la locura cuando Iniesta lanzó un zapatazo en el último suspiro que batió a Cech y empujó al Barça a la final que acabaría ganando al Manchester United. Como en Kaiserslautern 18 años antes, no valió un título ni tan solo una victoria... Pero fue, es, una noche para siempre.

Campo: Stamford Bridge. 37 mil 857 espectadores.

Chelsea FC: Cech, Bosingwa, Terry, Alex, Ashley Cole, Essien, Ballack, Lampard, Malouda, Drogba (Belletti 72') y Anelka.

FC Barcelona: Víctor Valdés, Alves, Piqué, Yaya Touré, Abidal, Busquets (Bojan 85'), Keita, Xavi, Iniesta (Gudjohnsen 96'), Messi y Eto'o (Silvinho 97').

Árbitro: Tom Henning Ovrebo.

Goles: 1-0, Essien (9'); 1-1, Iniesta (93').