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El Príncipe se ilusiona

Dejó de lado las dudas: Milito hizo mejor a Racing Télam

BUENOS AIRES -- En junio de 2014 Diego Milito firmó su contrato para volver a Racing. Con 35 años y una carrera repleta de éxitos en Europa, donde, entre otros títulos, ganó la Champions League con el Inter de Mourinho, no faltaron los que pusieron un signo de interrogación a su regreso. Las preguntas eran: ¿Estará entero? ¿Vendrá a hacer la plancha? ¿Por qué Racing, pudiendo haber elegido un destino menos conflictivo y más redituable en lo económico? El fútbol tiene estas cosas: Milito le hizo caso a la pasión y no a la razón, y se calzó la camiseta de la Academia 13 años después de haberse consagrado campeón, en 2001, con el equipo de Mostaza.

El tiempo dejó de lado las dudas: a pesar del largo recorrido en Europa y del paso de los años, el Príncipe no llegó a Racing para "robar". A una fecha del final, la Academia está a un paso de volver a ser campeón, y Milito es en gran parte responsable de este presente. Su llegada potenció al conjunto de Diego Cocca, y le dio un plus que a lo largo del torneo fue decisivo.

Jugadores de su jerarquía contagian a los más chicos, brindan tranquilidad dentro del campo de juego, aportan experiencia, son líderes positivos. Juan Sebastián Verón es un buen ejemplo: después de haber triunfado en Europa y todavía con mucho hilo en el carretel, decidió en 2006 pegar la vuelta para ponerse la camiseta de Estudiantes. El Pincha, de su mano, recuperó la gloria perdida: ganó títulos locales, la Copa Libertadores y estuvo a un paso de vencer a Barcelona en la final del Mundial de Clubes. Lo mismo podría decirse de Maxi Rodríguez en Newell's: la Fiera arribó en 2012 y fue fundamental, junto con la conducción de Martino, en el título de la Lepra.

Milito, está claro, no es el mismo de hace 10 años. El tiempo pasa para todos, y en este caso no se trata de una excepción. De todos modos, el delantero aprendió a entender las limitaciones del físico y reemplaza la explosión y la potencia de años anteriores con inteligencia. El ex-Inter regula el esfuerzo en los partidos: pivotea, aguanta la pelota, y muchas veces se convierte en asistidor más que en goleador: el primer tanto de Racing en el triunfo por 3 a 0 contra Central, donde mete un pase exquisito para la entrada de Videla, es un buen ejemplo. Dentro del área es letal: también lo demostró el domingo, con dos goles donde sobresalen el talento y el poder de definición dentro del área.

Ojo, no todo fue color de rosa. El goleador pasó, en su regreso, por momentos delicados: la Academia arrancó con todo el torneo, pero se pinchó ante Independiente en el clásico, nada menos, donde encima Milito se desgarró. Esa lesión, como era de esperarse, volvió a generar dudas sobre su condición física. La caída ante el Rojo y su salida del equipo, además, coincidió con un bajón futbolístico generalizado.

Enseguida se sumó la eliminación de la Copa Argentina, y el Mundo Racing, siempre tan particular, estalló: polémicas por los pases, suspicacias porque el representante del técnico, Bragarnik, era el mismo que el de algunos jugadores (el caso de Bou y de Acevedo, por ejemplo), banderas contra Cocca, fuertes declaraciones del DT y el presidente contra el equipo, y una crisis que parecía terminar con el ciclo del entrenador en el corto plazo.

Dicen que la palabra dentro del vestuario de Milito (junto con la de Saja, el otro gran referente) fue clave para bajar los decibeles, para que el DT siguiera en el cargo y para que sus compañeros entendieran que de esa situación tenían que salir todos juntos. Y así fue: llegó la recuperación "milagrosa" ante Boca y a partir de ese momento lo mejor: ocho victorias con apenas una derrota y un empate, pusieron a la Academia al borde del campeonato.

El Príncipe se ilusiona. Ya nadie duda sobre lo que puede dar. "Vine para esto, vine a Racing para tratar de ser campeón", asegura. Y está muy cerca de conseguirlo.