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Gracias Cuervo querido, campeón siempre

BUENOS AIRES -- Queridos hinchas argentinos, nació un nuevo orgullo de nuestro fútbol. San Lorenzo de Almagro, dejó en claro que es un campeonazo. Además dejó todo en la cancha y el Real Madrid, un equipo de figuras que no quieren agitarse, no es el cuco del que tanto se habla...

San Lorenzo fue mejor, perdió la final del Mundial del Clubes, pero por una cuestión de suerte, jamás en los 90 minutos de juego fue superado adentro de la cancha. Esto debería abrir un debate de reflexión sobre los grandes equipos europeos sostenidos por el dinero más que por las verdaderas cualidades futbolísticas.

Quiero decir: jugar bien al fútbol no es solo ganar partidos o tener super estrellas. Al Real Madrid, le falta espíritu para convertirse en un grande de estos tiempos. Juega de manera robótica, vertical y con pura velocidad, que es lo único realmente distinto que tiene. El Real es una imitación de los equipos de play station. Juega igual, no tiene alma y gana por prepotencia fisica y velocidad.

En San Lorenzo, sin embargo, no tenemos por qué ocultarlo, es un equipo lleno de limitaciones, sin cracks de nivel internacional, pero con jugadores como Ortigoza, Mercier, Romagnoli, Barrientos que nos recuerdan que el fútbol es, por suerte, algo más que super eficiencia y velocidad extrema.

Los mediocampistas de San Lorenzo le ganaron el duelo a Ramos, al morocho Marcelo, a un petisito barbudo que juega de lateral que pega y corre y pega con la misma velocidad. No tengo miedo de decir que el Real Madrid es un equipo obvio, inofensivo, si se lo saca de su esquema. Como la mayoria de los equipos europeos tiene una forma de juego aburrida, exitista y que poco y nada tiene que ver con el fútbol de la fanstasía, el fútbol bien jugado.

¿Qué será el fútbol bien jugado? El que se juega con pasión y con compromiso, el que se juega pensando en la camiseta, el que se juega luchando contra las imperfecciones y las limitaciones. San Lorenzo es un equipo que juega al fútbol más allá del fútbol.

Y por su entrega, en cada pelota, en cada salto, en cada corner y no por otra cosa, el Real no lo pudo superar nunca. Obvio, verticalista, saturante por momentos, sin ingenio, sin James, ni Ronaldo, ni Benzema que desequilibraran y mostraran lo que valen.

Real Madrid no pudo romper la poderosa defensa del Cuervo y jamás ganó con soltura en el mediocampo. Real Madrid, más camiseta y nombres que otra cosa. Poco juego, poca inteligencia, poca pasión.

El fútbol argentino tiene que estar con el pecho hinchado por su hijo San Lorenzo. Los hinchas argentinos debemos estar orgullosísimos con este equipo que demostró que hay muchas formas de jugar al fútbol, que no solo super estrellas mundiales pueden patear una pelota y meterle poesía.

El Cuervo querido de nuestro amado barrio de Boedo, nos dejó como duques en Marruecos, el mundo puede entender que los argentinos jugamos al fútbol como nadie.

Gracias Cuervo querido, campeón siempre.