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Barcelona en Francia IV, el asalto final

RENNES -- La primavera arrecia en Francia, ya hay días de fuerte calor. En la plaza Republic, del centro de Rennes, se juntan todas las tardes un grupito de rusos y árabes, enchufan un televisor y comienzan a ver fútbol de todo el mundo. E

El ruso Vladimir, admirador de Zlatan Ibraimovich, dice que el Paris Saint German, dará la gran nota. No lo creo, pero después de cinco cervezas no me atrevo a contradecirlo. Dentro de poco comenzará el partido casi sobre las nueve de la noche. El sol sigue alto como si fuera el mediodía.

No tengo nada que hacer así que sigo con mis amigos árabes que hablan un inglés defectuoso como el mío. Pero el fútbol aumenta la comprensión de los humanos. El fútbol agita las relaciones y vuelve hasta la cosa más áspera de seda.

Bajo el sol, sé perfectamente bien, porque conozco al Barsa, que es imposible que el Paris Saint Germain, con sus estrellas que no aparecen del todo cuando más se las necesita. Me refiero a Lavezzi y a Pastore.

Corren las cervezas mientras los rusos, los más gritones y acalorados de todos quieren que comience el partido de inmediato. Les llama la atención que un argentino no tenga su misma efusividad. Es que estoy cansado de ver ganar al Barsa y sé perfectamente bien que el Paris no es un equipo de peligro.

Veíamos un partido que pintaba para la grisura total, pero apareció el genio de la lámpara, el gran jugador de Europa, Andrés Iniesta y con una jugada bochinesca liquidó el pleito en muy poco tiempo.

Los rusos y los árabes gritaron el gol del Barsa y eso me confundió, ¿no decían que el Paris daría el batacazo? En mi inglés rioplatense les pregunté...

- Mirá Cucu, la verdad es que el Barcelona marca una diferencia enorme con jugadores como Neymar, Messi o el Toro Suarez, jugadores que siempre desequilibran. Con solo decirte que Suarez es uno de esos jugadores que directamente eliminan la materia, la pasan por encima...

- Pero, hace diez minutos me decían que el Paris daría una gran sorpresa. ¿Qué pasó que cambiaron tan rápido de opinión?

- Es el fútbol, tiene una verdad en el juego y eso es incuestionable, ¿quién puede decir que el Barsa no es el mejor del mundo?

Me quedé pensando, sobre esa posibilidad genial de ser contemporáneos a uno de los mejores equipos de la historia. Fue Vladimir el que me volvió a la realidad de inmediato.

- Nada de eso, el Barsa no es el mejor, simplemente los otros equipos se cuidan, tienen miedo de hacer un papelón y el Barsa que es un equipo psicológicamente fuerte lo aprovecha muy bien.

Me sorprendió el comentario luego de la sexta cerveza. Le pregunté...

- ¿Pero vos crees, querido Vladimir, que al Barsa se le puede ganar?

- Por supuesto, pero hay que tener los cojones para jugarle de igual a igual y tomar mucho las marcas.

- Pero eso hacen todos.

-No, eso solo lo puede hacer el Real Madrid.

- ¿Vladimir, estás insinuando que el mejor equipo del mundo es el Real Madrid?

- No tengo la menor duda, el Real es el gran equipo...

Es increíble como rusos y árabes ven el fútbol de manera distinta. Saben mucho y lo analizan con inteligencia. Todos están de acuerdo en que Messi es el jugador más importante del mundo. Pero no creen que sea el mejor.

Barcelona ganó con facilidad. Messi es el mejor.