CANCÚN -- Se cumplen tres años de aquella rimbombante presentación de la Liga MX que cambiaría la imagen del futbol mexicano hacia el futuro.
No obstante que dirigentes de alto nivel consideran que la reforma al balompié mexicano ha sido exitosa, la realidad en varios de sus puntos dista con la opinión de directivos del torneo mexicano.
El famoso Código de Ética, uno de los puntos torales en ese lavado de rostro ha sido pisado en muchas ocasiones por los propios actores del futbol. Si le añadimos que la violencia no ha cejado en los estadios, el espectáculo no ha sido el mejor, financieramente algunos clubes sufren para pagar nóminas y la multipropiedad se mantiene, sin duda hay muchas cosas por mejorar en el campeonato mexicano.
Cada año, el Draft tiene esa magia que hace crecer la ilusión de millones de aficionados mexicanos. Este miércoles será el cierre de registros de las transferencias que generan una expectativa extraordinaria y que termina por ser dos o tres ‘peces gordos’ los que mueven el mercado de fichajes cada temporada, pero con grandes desilusiones para los seguidores de clubes que no gustan invertir.
Entre lo poco que se escucha en los pasillos, son transferencias que se cocinan y se cierran en las últimas horas. Entre ellas, la posibilidad de que Cirilo Saucedo pueda ser vendido al Pachuca por Diego de Buen y otro jugador Tuzo. Otra de las opciones que corren es que Federico Vilar llegue a Dorados, pero prácticamente está descartado, porque todavía tiene contrato y no quiere salir del Atlas.
Por cierto, se sabe que Matías Vuoso metió una controversia contra dicho club rojinegro y contra Jaguares por el adeudo de sueldos, pero lamentablemente para su causa, se filtró que no le han pagado porque no ha arreglado cuestiones hacendarias que son necesarias para el pago de su sueldo. Mientras no lo haga, no recibirá ni un centavo.
En los corrillos del hotel sede del Draft corre un fuerte rumor de que Decio de María Serrano, próximo presidente de la FMF y Enrique Bonilla, inminente titular de la Liga MX, buscarán como meta principal que los aficionados se sigan acercando a las tribunas. Desechan totalmente la posibilidad de los enrejados, por lo que la idea es que las autoridades sean más enérgicas en las acciones a tomar cuando los vándalos busquen manchar la seguridad del campeonato mexicano.