TAMPA -- Es sencillo cuestionar la decisión del entrenador en jefe de los Tampa Bay Buccaneers, Lovie Smith, de seguir alternando a sus mariscales de campo a lo largo de la temporada baja.
Jameis Winston fue el primer recluta global del draft y los Bucs no lo seleccionaron para sentarlo en la banca. Es casi seguro que será el titular cuando arranque la temporada regular.
Entonces, ¿por qué Smith obligó a Winston y al veterano de tercer año Mike Glennon a compartir oportunidades con el primer equipo durante las actividades organizadas del equipo y el minicampamento?
Smith tiene sus motivos y son legítimos. Es protocolo común no entregar a novatos puestos titulares de inmediato. Ellos no conocen bien el sistema y eso puede frenar al todo el equipo. Incluso Winston ha admitido que le gusta observar a Glennon ejecutar una jugada antes de que él lo haga, para poder aprender del veterano.
También es un modo de darle una lección de humildad. Winston tuvo una carrera colegial de estelar que incluyó ganar el Trofeo Heisman. Al permitir a Glennon trabajar con el primer equipo parte del tiempo, el mensaje que se envía a Winston es que todavía debe ganarse el puesto titular.
Winston ha lidiado el trabajo con el segundo equipo bien. No se ha quejado ni hecho caras. Simplemente ha salido a hacer su trabajo. Esa es una actitud sana y va a pagar dividendos más adelante.
Smith ha manifestado que una vez que arranque el campamento de entrenamiento, será un pasador el que reciba todas las oportunidades con el primer equipo. Se presume que será Winston.
Pero el momento de Winston con el segundo equipo le aportó una valiosa experiencia de aprendizaje que debe ayudarle cuando llegue el momento de que sea el titular.