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Ya 50 años de la última buena noticia

MÉXICO -- Hace 50 años que la natación mexicana no da de qué hablar. Por lo menos no desde los podios internacionales. Hoy, las noticias llegan desde el fondo de la alberca, el lugar donde ha vivido este deporte nacional. Hoy, cuando termina el Mundial de Natación de Kazan, inscripciones con tiempos apócrifos han dado la vuelta al mundo.

Las noticias fueron las mismas de siempre: nadadores nacionales en los lugares 30 y 40 del Campeonato Mundial pero con una agravante: según el portal Swim Swam, uno de los más reconocidos en el medio de la natación, sus tiempos fueron alterados para lograr las marcas A y B que se piden para participar en este tipo de eventos y de las que los nadadores mexicanos casi siempre están lejos.

Dicen que la mentira es una especie de resignación a lo que nunca se va a lograr. Hoy a la Federación Mexicana de Natación no le queda más que mentir para llevar una cuota de nadadores al Campeonato Mundial y justificar su presupuesto ante la CONADE. El problema de la mentira es que, para maquillar la crisis del presente, se renuncia a trabajar el futuro.

Pero la culpa no es de los jóvenes que pasan 25 horas a la semana para nadar cerca de cien kilómetros. La culpa viene desde más arriba. En primer lugar es de la estructura del deporte mexicano, que no ha podido activar físicamente a su población.

La natación es un trágico ejemplo de esta realidad: la Ciudad de México tiene 40 albercas olímpicas y más de cien de 25 metros, si se cuentan las de deportivos particulares y públicos. Eso es más de las que existen en todo Hungría, un país con gran tradición acuática. Pero la clave del éxito no radica en la infraestructura, sino en la capacitación de entrenadores y utilización de los recursos. Sólo cuatro de las 40 albercas olímpicas tienen un equipo de 'primer nivel'; las demás se utilizan para rehabilitar enfermos o para jóvenes que se asolean el fin de semana.

US Swimming, el órgano que regula la natación de Estados Unidos, presume una base de 250 mil afiliados en las categorías competitivas. Nadadores de alta exigencia entre los que pueden salir los mejores del mundo.

La Federación Mexicana, la otra culpable de la crisis, tiene menos de uno por ciento de esos afiliados para competir. No cumple con su labor principal: promover la práctica de un deporte cuyos récords se han quedado con 40 años de retraso respecto al mundo.

Y ÉSTA ES LA CAUSA
"Se llevó a cabo buscando el fogueo internacional de nuestros atletas en una competencia de alto nivel, en un momento especialmente complicado para nuestra especialidad, como fue la cancelación del Mundial de la especialidad, que tendría sede en Guadalajara". Es decir, México sigue apelando a una depresión, que empieza a ser perenne.

Y sus nadadores siguen siendo noticia de primera plana sólo para las noticias amarillas, esas que tienen que ver con inscripciones falsas. Las medallas pueden esperar mientras se puedan manipular tiempos y tener pretextos para justificarlo. Al fin, la natación sólo reparte 32 oros en los Juegos Olímpicos. Parece que México ni siquiera lo sabe.