<
>

Volaron la cerca

ANAHEIM -- Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": la cuarta fue la vencida para David Ortíz. El "Big Papi" se había ido con las manos vacías en sus tres participaciones previas en el Festival de Cuadrangulares, pero finalmente, en el 2010, Anaheim le sonrió al dominicano, otorgándole su primer trofeo de ganador en el evento previo al Juego de Estrellas.

Pero más allá del triunfo de David Ortiz, están las imágenes que la edición de este año del famoso "Home Run Derby" nos dejará para la posteridad: el haber podido atestiguar cómo David se enfrentó en la gran final a uno de sus "hijos", como él mismo ha llamado a Hanley Ramírez, quien ha sido un pelotero que, desde que comenzó su desarrollo en las ligas menores de los Medias Rojas, ha tenido en Big Papi precisamente a eso, un segundo padre que lo ha ayudado a dar cada paso en el béisbol de las Grandes Ligas, y eso se notó cuando ambos se enfrentaron en la final.

Por otro lado, surgió la posibilidad de platicar con una buena cantidad de los peloteros representantes del béisbol latino en el Juego de las Estrellas, el escuchar sus conceptos y sus inquietudes, el observar la manera tan distinta en que cada uno de ellos se encuentra viviendo esta experiencia, y el poder aquilatar los importantes conceptos de cada uno.

Sin lugar a dudas, una de las frases más importantes y que sin lugar a dudas nos quedará siempre en la mente, fue la expresión de Víctor Martínez, cuando le preguntamos sobre Miguel Cabrera y nos dijo: "yo quisiera al menos por un día poder tener el poder que Miguel tiene para conectar esa clase de batazos". El receptor venezolano de los Medias Rojas nos mostraba su todavía muy hinchado pulgar izquierdo, al tiempo que reconocía que el poder y el swing de Cabrera son casi un "don Divino".

Y qué decir de otros como José Reyes y Rafael Furcal. El segundo tuvo que entrar al quite para sustituir al primero en el roster de la Liga Nacional, pero los dos convivieron largo rato durante el Festival de Cuadrangulares, e incluso "Fuqui" nos explicaba con qué gusto asistía a Anaheim a cumplir por un compañero de profesión, de posición y hasta paisano tan querido como Reyes.

Adrián Beltré no sabía por quién decidirse cuando llegó el momento de escoger en la final entre David y Hanley, Tony Peña prefería al Big Papi, precisamente porque él fue su pitcher durante el evento, y de una vez, para acabar con las suspicacias en torno a cómo era posible que un miembro de los Yankees sirviera de forma tan esencial para que un miembro de los Medias Rojas obtuviera una corona, el histórico ex receptor de Grandes Ligas fue claro: "aquí todos somos compañeros de profesión, los dos somos dominicanos y estamos luchando en pro de nuestro deporte, más allá del equipo con el que juguemos". Una mentalidad que todos deberíamos de tener, aunque algunos realmente no la compartan.

Omar Infante disfrutó el evento de principio a fin, tal como quería vivir cada instante de esta sorpresiva pero merecida convocatoria al Juego de Estrellas. Vladimir Guerrero, nostálgico y triste tras recordar tantos episodios positivos que vivió en Angel Stadium, pero satisfecho de sentir esa calurosa ovación de la multitud cada vez que aparecía en la pantalla gigante.

José Bautista, con esa forma de ser seria, recatada y fría, dejó claro que nunca fue invitado al Derby de Cuadrangulares, y que de haber recibido dicha propuesta, habría aceptado sin titubear. Y ¿cómo no? Si se trata del jugador que más jonrones ha conectado en lo que va de la campaña. Pero en su lugar, llamaron a Vernon Wells de su equipo, y nada pudo hacer, quedando fuera en la misma primera ronda.

La tarde californiana fue transcurriendo así, entre risas, camaradería, diversión, momentos para relajarse y olvidar por un instante la presión de salir a un diamante de juego cuando se cobran muchos billetes y la exigencia es al máximo nivel todos los días. Los estrellas volvieron a ser como niños y gozaron cada minuto del evento.

Lástima por Albert Pujols, uno de los más grandes de todos los tiempos, que después de dar la entrevista para ESPN en inglés, ya no quiso hablar con nosotros en su idioma. Sólo espero que eso no sea un síntoma de que ha comenzado a perder piso y que sigue ahora los pasos de Alex Rodríguez. Sería una lástima que dos de los mejores de todos los tiempos, se olvidaran de hablar el idioma que aprendieron en la cuna.

Pero lo que no fue una lástima fue ver a Big Papi levantar el trofeo, disfrutar de su tarde con sus compañeros y familiares. Decir finalmente: "Misión Cumplida". Uno de los trofeos que faltaba en su vitrina ya está ahí … y lo ha conseguido más que merecidamente.